Caminante no hay camino…

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

Son palabras que inmediatamente nos evocan al poema de Machado y al tema interpretado por Joan Manuel Serrat “Cantares” que me parece totalmente ad hoc para esta fecha. La lírica alude a dos momentos intangibles e inalcanzables, salvo en el recuerdo o la imaginación respectivamente, mirando hacia el pasado o el futuro, desde el punto en el que uno se encuentra hoy.
Como cada inicio de año, la tradición marca que debemos pensar, plantear, 12 deseos, 12 propósitos, que esperamos alcanzar conforme van pasando los meses del año que empieza y que, como todos los años, también terminará.
Pero aquí Machado y/o Serrat nos recuerdan dos aspectos que considero importantes resaltar.
En primer lugar, la reflexión del pasado, sobre lo vivido. “… y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar…” Palabras que nos llevan a pensar, a entender, que lo vivido ya paso, no se puede regresar hacia atrás precisamente, ni siquiera volviendo por los mismos pasos. Heráclito lo señaló hace casi 2500 años, ya que uno, al igual que los ríos, también cambia y nunca vuelve a ser mismo. No se puede cambiar lo que se hizo o se decidió, pero sí se puede aprender de los errores, corregir o compensar a aquellos que se lastimó o bien, valorar los logros; es tiempo entonces de reflexionar sobre lo que se hizo, bien o mal, en cualquier contexto o situación y guardar solamente aquello que valió la pena y nos enriqueció como personas.
En segundo lugar, y no menos importante, implica sensatez, madurez y conciencia plena de lo que se pudo lograr y de lo que uno fue capaz de hacer. “Caminante no hay camino, se hace camino al andar…”, no hay por tanto un punto final, una meta fija, un lugar único al que se debe llegar, lo que importa es cada paso que se da, el esfuerzo que se realiza, el empuje que se tiene para seguir caminando, sin detenerse o parar sin sentido, sino avanzar en el camino de la vida. A veces las metas, los propósitos o los deseos pueden ser un motivo de frustración cuando no se alcanzan o cuando no se consiguen los resultados totalmente de la forma en que fueron proyectados; es aquí que la frase cobra sentido y relevancia: valoremos el esfuerzo, el ímpetu y el empeño puesto en el logro, porque cada paso cuenta… el camino siempre estará ahí.
Cuando observamos historias de éxito, miramos hasta donde pudo llegar alguien, pero también nos gusta ver el camino recorrido y los pasos que se dieron para el logro. “Siga usted el camino…el caminito…” nos dicen cuando preguntamos cómo llegar a un lugar. Hagamos camino entonces, cada uno el suyo, no sigamos el de otros. Un abrazo y mis mejores deseos para todos los que caminan con Educ@rnos.

*Maestro en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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