Sobrevivir a la primera semana del regreso en el contexto de la Pedagogía de la pandemia

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Después de unas vacaciones muy largas que para muchos iniciaron desde el mes de marzo del presente año, por fin este lunes 24 iniciaron las clases de distinta forma en los diversos niveles y grados académicos.
Esta semana inaugural del ciclo escolar 2020–2021, estuvo marcada por las diversas formas de proceder, los miles de docentes que atienden el sistema educativo no fueron formados ancestralmente para trabajar bajo un contexto de tanta incertidumbre como el que vivimos ahora, en donde predomina la distancia y las formas remotas de trabajo, entre el uso de estrategias basadas en la virtualidad, las redes sociales y la conexión incluso por vía WhatsApp.
En algunos colegios privados han preferido la conexión por internet, vía plataformas que ofrece Google, como es el caso de Classaron, incluso han pagado el dominio del sitio para poder tener un mejor uso de las herramientas que ofrece esa poderosa empresa multinacional.
Pero aun así, y aun con el pago con la capacitación en el uso eficiente de redes, dispositivos y móviles, la señal de internet ha brindado una mala jugada si hace algunos años de cada 10 usuarios 3 se conectaban a internet; hoy de cada 10 hay 10 conectados. Incluso las empresas que venden el servicio del internet han encarecido la propagación de la señal, ofreciendo una mejor conexión pero por más costo. Las inequidades vienen al alza y esto ha golpeado incluso a los estratos medios y superiores de la sociedad.
En algunos hogares con varios niños y niñas el ruido natural de la conexión contribuye a que todos trabajen, pero que nadie se escuche, los hogares (pequeños en su mayoría) han tenido que distribuir sus espacios para permitir a que cada niño o niña trabaje de frente a un procesador.
Todo lo anterior está dando lugar a una nueva veta de investigación llamada la ciber etnografía, la observación y el acercamiento a estas formas inéditas de conectarse y de establecer vínculos educativos se torna en un objeto de indagación emergente. La pandemia nos ha traído muchos regalos y éste es uno de ellos.
A partir de eta primera semana se nota el cansancio natural y el aburrimiento predecible por esta innovadora forma de trabajo educativo, muchos niños preguntan “y cuándo podremos volver a la escuela, ya quiero ver a mis amigos”.
Sobrevira a esta primera semana de trabajo escolar, nos da ánimos de adaptarnos a las que vienen, la mirada está puesta en el mes de diciembre o tal vez un poco más.
Sería muy bueno iniciar haciendo un reconocimiento a los maestros y maestras de todos los niveles, a las educadoras de prescolar que tienen que buscar (por todos los medios posibles) conectarse con padres y madres de familia, para que se conviertan en aliados y ayuden a los pequeños a continuar con el compromiso de formarse.
Hoy la escuela está en todos lados y funciona a todas horas, ésa es el área de oportunidad que debemos aprovechar. En el marco de la pandemia que vivimos todos y todas, México puede dar el brinco, mostrarse ante el mundo y ante sí mismo de que somos un país educado.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. mipreynoso@yahoo.com.mx

Comentarios
  • Gilberto Pindter

    ….no fueron formados ancestralmente….;
    Me parece suficiente expresión para discutir su incorreccio

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