Sexenio de lugares deshonrosos y menores olvidados

Marco Antonio González Villa*

Estamos presenciando el último capítulo del presente sexenio y es evidente que se ha caracterizado por un abandono total de la infancia y la adolescencia del país. Es evidente que cada aseveración que se hace debe ser respaldada por datos objetivos que puedan ser validados y corroborados. Considerando esto, tenemos de buenas fuentes, como la OCDE por ejemplo, números de los cuales podemos realizar un análisis, superficial si gustan, que le brinde certeza a las primeras palabras expuestas.
Haré una división en dos tipos de información sobre lugares deshonrosos que ocupa México para que al final podemos correlacionar ambos grupos.
En el primero referiremos aquellos lugares en los que los menores de edad están implicados. Así, podemos resaltar que México ocupa el primer lugar de obesidad infantil; ocupa también el primer lugar en abuso sexual, violencia física y homicidio de menores de 14 años. Nuestro país tiene también el primer lugar en embarazos de adolescentes, al igual que el primer lugar en sexting en latinoamérica. En el rubro de la tecnología los mexicanos somos los que más música escuchamos en internet y un resaltable cuarto lugar en uso de redes sociales, con un promedio de 4 horas diarias, lo cual adquiere relevancia si pensamos que en países con mayor países desarrollo las personas sólo se dedican una hora en promedio al día a esta actividad.
En el segundo tipo de datos tenemos que ocupamos el primer lugar en corrupción entre los países latinoamericanos lo que genera impunidad, desigualdad económica y enriquecimiento ilícito; esta información se liga con el primer lugar que ocupamos en cuanto a más reporteros asesinados, para que se terminen los intentos por denunciar tales actos. Producto de la desigualdad, somos el país en el que las personas trabajan más horas acumuladas al año y menos ganancia se obtiene en proporción al esfuerzo realizado.
Sin adjudicar responsabilidades, al menos no directamente, podemos reflexionar y señalar que el incremento de la carga laboral de los padres y madres de niños y adolescentes, debido a los bajos sueldos, ligado al tiempo que dedican tanto adultos como menores a las redes sociales, ha propiciado un abandono y falta de guía que se puede traducir en obesidad infantil por ingerir comidas rápidas y por falta de supervisión en la alimentación, al mismo tiempo tenemos estudiantes de secundaria y preparatoria que tienen intimidad y envían “packs” de forma irresponsable y sin conciencia; también ha propiciado que muchos infantes sean abusados sexualmente al no contar con alguien que los proteja y los cuide de los riesgos presentes en su entorno.
Es obvio que cada problema referido dispone de una naturaleza multifactorial, pero es innegable que una sociedad que fomenta y propicia una relación sólida y de mayor interacción entre padres e hijos tenderá a tener no sólo una economía más sana, sino también personas con mayores recursos psicológicos. Este sexenio destacó a nivel internacional en muchos rubros de manera lamentable, afectando las condiciones de las futuras generaciones; es una herida y una deuda pendiente. Es obligación de los siguientes dirigentes bajarnos de tan terribles podios, sólo esperemos que no sean, otra vez, sólo promesas.

*Maestro en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx