Retos para docentes

 en Miguel Bazdresch Parada

Miguel Bazdresch Parada*

Reanudar el servicio educativo después del transcurso del tiempo de la crisis sanitaria, aun en curso, presenta retos para las personas involucradas en este servicio: estudiantes, maestros, maestras, autoridades, familiares y administradores. El reto más importante es para estudiantes y maestros pues son quienes estarán ante un nuevo contingente de las actividades escolares y educativas. El salón de clases no será igual. El patio de la escuela tampoco. La entrada, la salida y el modo de llegar a la escuela tampoco.
La gran tentación es intentar seguir como antes de la crisis, como si no hubiera pasado nada. No estoy seguro de si ese intento constituye un error y, si lo estoy, de lo no recomendable del intento pues estaría basado en no aceptar lo ocurrido y sus consecuencias. La crisis sanitaria modificó rutinas, hábitos, procedimientos cotidianos y desde luego trastoco reglas y normas usuales en el mundo educativo. Es clave aceptarlo y reflexionarlo. No fue una pesadilla de una noche. No fue una fuerte tormenta o un día de horror. Han sido más de dieciocho meses de vida diferente, educativa, social y familiar. Por tanto, reiniciar las labores educativas requiere hacerse cargo de las situaciones vividas y sus consecuencias. Como se dice vulgarmente: No nos vayamos con la finta.
Supuesta la aceptación de lo complejo de la situación social, educativa y social, y desechado el intento de proceder bajo el engaño de “aquí no pasó nada”, ¿cómo reiniciar la escuela, el salón, el patio… sobre todo las relaciones entre las personas? Desde luego el vernos las caras en vivo de nuevo provocará preguntas y comentarios sobre cómo vivimos ese tiempo de ausencia prolongada y forzada, de precauciones poco usuales en la vida cotidiana, y cómo enfrentamos la enfermedad de los cercanos, parientes y conocidos, si fuera el no deseado caso.
¿Y en el salón de clases? ¿Será posible iniciar con un “buenos días niños… buenos días maestra… saquen su libro de texto y abran en la página…”? Reitero: No puedo afirmar que sea un error. Si pienso que no es propio de personas humanas ignorar las experiencias vividas, inéditas y sus efectos en el ánimo de cada quien. ¿Qué hacer? ¿Cómo regresar a clases?
Ante la situación vivida, la tarea es reflexionarla para comprenderla, es lo propio de quien quiere aprender de lo vivido. Es lo esencial de la educación. ¿Cómo reflexionar? Ante todo, recuperar la experiencia. Para reflexionar hemos de traer al presente lo vivido y reconocer los impactos en nuestra persona, en nuestros cercanos y lo que vivimos en lo social. Procuremos, por ejemplo, narrar, relatar y compartir nuestra experiencia e invitar a los estudiantes a hacerlo también. Ahí, en grupo contar, escuchar, escuchar activamente, sentir, consentir, conversar, reflexionar y compartir esa reflexión, animar para seguir adelante, indagar de los estudiantes qué les gusta, qué no, de la nueva forma y qué esperan del estar así en la escuela.
Sólo un tipo: se puede preparar un cuaderno sencillo para solicitar a cada uno de los estudiantes escriba algo personal que quiera compartir con sus compañeros. Entre todos, incluido el maestro o la maestra tendrán poco a poco más y mejores noticias de la vida en medio de la crisis, aún vigente, se podrán comprender mejor y se podrá introducir de nuevo y poco a poco, el aprender juntos.

*Doctor en Filosofía de la educación. Profesor emérito del Instituto Superior de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). mbazdres@iteso.mx

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