Radiografía de la UPN Jalisco, ¿los recientes cambios servirán para cambiar y mejorar?
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
1.
Me he enterado a través de una serie de notas y spots (así es la comunicación moderna), difundidas en redes sociales, principalmente el Facebook, del nombramiento de José Luis Arias (director de la Unidad 142 Tlaquepaque de la UPN), como nuevo director del sistema de Unidades de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) en el estado de Jalisco.
Para José Luis este es un reto y un desafío, al ocupar uno de los cargos más importantes al ser nombrado como responsable de la organización y destino de las cinco unidades UPN en el estado.
José Luis Arias forma parte de la última camada de profesoras y profesores que se pudieron incorporar vía concurso de oposición en el año 2005 y, por lo tanto, lograron basificarse (fecha del último concurso de oposición en el estado). Este nuevo nombramiento articula merecimientos, pero también el palomeo político. En la UPN se estilaba la consulta, el sondeo y la participación desde abajo; eso ya no existe.
2.
No es ningún secreto reconocer que actualmente la UPN pasa por momentos difíciles, por una severa crisis de institucionalidad en el ámbito nacional y por un abuso y ninguneo de la autoridad local con las unidades de la UPN. Esta crisis es la más grave de su historia. Si algo conozco, de lo poco que conozco es a la UPN. Aunque poco hablo en primera persona, hoy es necesario hacerlo. Ingresé en el año de 1990 a la Unidad Tlaquepaque vía concurso de oposición; después pasé, a través de volver a concursar, a la Unidad Zapopan y termino, después de un cambio de adscripción, en la Unidad Guadalajara. Soy el único profesor en activo que ha pasado por las tres unidades metropolitanas de la UPN; nunca fui de contrato, gané en dos ocasiones plaza, primero de medio tiempo y luego de tiempo completo.
Lo que logro distinguir en esta larga travesía, es el ninguneo para la UPN tanto de los gobiernos federal como local; en Jalisco, primero con los gobiernos priistas y más adelante con gobiernos panistas, fue necesario tener acercamientos para establecer las reglas del juego y establecer la interlocución con las autoridades locales. Recuérdese que el año de 1992 es una fecha fatídica para el sistema de la UPN a nivel nacional, al vivir el fenómeno de descentralización abrupta, accidentada y autoritaria. Hoy, con el gobierno naranja de Movimiento Ciudadano, el escenario es mucho peor. Existe un manejo patrimonialista de las unidades de la UPN; un claro ejemplo son los recientes movimientos de promoción interna y cambio de directores y directoras y de que no les interesan las voces y las propuestas surgidas desde las comunidades académica, estudiantil y de trabajadores de apoyo.
3.
Hoy en día hay infinidad de rezagos en el seno de la UPN: la indefinición laboral de cerca del 70 por ciento de la plantilla académica, la falta de una figura jurídica que le dé claridad al proyecto y a las condiciones institucionales de la UPN a nivel nacional, y que solidifique el carácter universitario para esta institución de educación superior. Junto a lo anterior, se hace evidente a lo largo de estos años el desdibujamiento del compromiso ético y académico de la nueva camada de profesoras y profesores, que llega como nunca debió pasar, por amiguismo y por afinidad con los directores en turno, a falta de convocatorias de concurso abierto y público de oposición, como marca la normativa actual.
4.
Para José Luis Arias deberá ser una sensación ambivalente este nuevo cargo: por un lado, los compromisos que se tiene frente a una realidad cada vez más compleja y, por otro, el condicionamiento y la imposibilidad de sacar propuestas de fondo de alto calado, con un gobierno al que poco le interesa la educación.
Tres tareas en el corto plazo:
a) Agilizar el concurso de oposición para regularizar la plantilla académica y darle un mejor rostro a la institucionalidad del sistema de las unidades UPN en el estado de Jalisco.
b) Diversificar la oferta académica con programas y propuestas de formación que permitan flexibilizar la formación de agentes educativos: asuntos como educación por la paz y los derechos humanos, inclusión educativa, atención educativa a las diversidades, propuestas para rescatar el compromiso formativo de la lectura, las matemáticas, etcétera. Junto con recuperar la estructura estatal de módulo y subsedes regionales, la UPN en Jalisco deberá desplegarse en todos los rincones de la entidad.
c) Pensar en una mejor gobernanza a partir de la creación de consejos de docentes y estudiantes, en donde las voces y las propuestas fluyan, no solo de arriba hacia abajo, sino también de abajo hacia arriba.
El riesgo que tenemos, así como se acusa de que tenemos una rectora ausente, también pudiéramos tener un director de unidades igualmente ausente, para responder a las problemáticas de la UPN en la entidad. Además, el recién nombrado director tendrá dos cargos, uno como director de la unidad Tlaquepaque y otro como director del sistema de unidades de la UPN en Jalisco. A ver si no le sucede tal como decía mi abuela: “El que mucho abarca…”
*Doctor en Educación. Profesor-investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]
Muy interesante, y necesario hacer la revisión de un planteamiento general y dirigido. También crítico y práctico, también conviene permitir que logren abrir y desarrollar las propuestas propias de la dirección y sobre la marcha, avanzar.