¿Qué se entiende hoy por satisfacción en el trabajo?

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

Es una idea para reflexionar, porque puede, puede ser que se encuentre en desuso e incluso puede tornarse inconcebible. Pareciera que se liga a esta idea de lo que se conoce como vocación, aunado a una pasión y, finalmente, satisfacción por lo que se hace, tres conceptos que no son fáciles de unir o que pocas veces hayamos entrelazados en la vida laboral de una persona.
De inicio, pudiéramos pensar que es entre los deportistas y los artistas, dos áreas de menor formación y preparación en las escuelas, donde puede observarse juntos a este trinomio, sin embargo, la satisfacción ha venido o viene a menos conforme pasan los años, a no ser que, dentro de las verdaderas artes, aquellas que precisan estudio, una persona alcance niveles de virtuosismo y su talento le sea reconfortante y remunerativo para su vida. El deportista, por su parte, tiene una vigencia efímera y pronto pasa a ser desplazado por alguien de las nuevas generaciones o un extranjero, sobre todo en México dependiendo del deporte obviamente.
La vocación y la pasión suelen ir juntas: sentir que uno nació para dedicarse a algo en específico, así como disfrutar plenamente lo que se hace se consideran incluso hoy elementos de suerte, de mucha fortuna, para quien logra estar en su campo y área de disfrute y capacidad. Pero, sí en el mundo real tiene que haber un pero, es un hecho que existen factores en contra que determinan tanto el actuar como el disfrute que alguien tiene de su labor: difícilmente con el tiempo van a mejorar las condiciones laborales de una persona en comparación al momento en que ingresó a un empleo.
Comúnmente, la satisfacción viene del lado del aspecto económico, del reconocimiento de la labor desempeñada, de ascensos, el respaldo y confianza que se percibe de parte de las autoridades o bien de la libertad que se posee para realizar el trabajo. Medir entonces la satisfacción laboral pareciera ser fácil de obtener como dato con fines de investigación, sin embargo, pareciera también que no resulta un tema de interés para muchas personas. A manera de ejercicio, no de investigación si no de reflexión personal, dejo entonces aquí una serie de preguntas para que cada uno pueda identificar su nivel de satisfacción labora, sin importar que seamos académicos o no:

• ¿Considero que lo que percibo económicamente por mi trabajo es justo y acorde a mis responsabilidades y conocimientos? ¿Por qué?
• ¿Con qué frecuencia mis autoridades o jefes inmediatos reconocen y valoran mi labor desempañada?
• Ante alguna adversidad ¿cuento con el respaldo y confianza de mis autoridades?
• Apegándome a una ética laboral obviamente ¿dispongo de libertad para realizar mi trabajo?
• ¿Siento pasión por mi trabajo? ¿Por qué?
• ¿Aún pienso que esta es mi vocación? ¿Por qué?
• ¿Puedo aspirar a ascender por mi capacidad o desempeño? ¿Por qué?

Si sus respuestas son en su mayoría sí, sin duda hay elementos para considerar que hay satisfacción en el trabajo, pero si la mayoría son un no, nos queda claro que la satisfacción, la vocación y la pasión pueden terminarse, agotarse en algún momento, no por uno, por algo o alguien más; basta con ver el rostro o la actitud. Después de la reflexión, dejo aquí entones una última pregunta: ¿qué pesa más?, ¿la satisfacción laboral o la necesidad de tener un trabajo? Por aquí hubiéramos empezado ¿no?

*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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