¿Qué esa cosa llamada reforma educativa?

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Con este título recuerdo aquel bello trabajo de Alan F. Chalmers, ¿Qué es esa cosa llamada ciencia?
Pues bien, la reforma educativa es una cosa, es un objeto que integra otros muchos objetos, sus verdaderos fines no están pensados en elevar la calidad educativa como lo anunció, sino en controlar al magisterio, monopolizar la atención educativa y vivir un proceso paulatino (lento pero seguro) hacia el desmantelamiento de la escuela pública y la privatización del servicio educativo.
Esa cosa llamada reforma educativa (sin embargo) se le ha salido de control a sus instrumentadores, una reforma no es un laboratorio que sirve para diseñar leyes e intentar imponerlas sin consenso.
Hace unos días me dediqué a la tarea de revisar a detalle el proceso que se ha seguido hasta ahora, de esta cosa a la que mal llamaron reforma educativa.
Todo comenzó con ajustes a la legislación laboral, para modificar la relación entre el Estado y los trabajadores de la educación, se canceló el escalafón y los ascensos por esta vía, se cerró el esquema de carrera magisterial como una forma de promoción horizontal, los puntajes, el valor del estudio, el valor de la antigüedad quedaron cancelados, todo cambió para dar lugar a la obsesión por la evaluación: exámenes de ingreso, de promoción y de permanencia, un examen descontextualizado es la única vía (nunca será la mejor) para garantizar el ingreso y la promoción de los docentes, asesores y directivos en servicio para conservar plazas que ya no serán de base.
En un segundo momento se hizo uso de la imposición de dichas medidas legales, para esto el gobierno recurrió a un discurso beligerante basado no en el convencimiento o la sensibilización sino en la amenaza y el castigo. Se dijo en (un primer momento) del experimento de esta cosa mal-llamada reforma educativa que los docentes en servicio que no recurrieran a la evaluación perderían su plaza de base y así fue, existe un grupo de compañeros, buenos docentes, con prestigio ganado en sus comunidades, eficientes en su desempeño profesional, pero que cometieron el grave delito de no presentarse a ser evaluados, por estar en desacuerdo en todo lo que ello implica, hoy están bajo proceso de impugnación. La legalidad e ilegitimidad gubernamental persisten.
En un tercer momento se instaló la evaluación de todos los componentes del sistema como la gran salvadora de las inconsistencias del mismo, los consejeros del INEE como buenos comparsas (contratados a buen sueldo) han pugnado por darle legitimidad a esa cosa llamada reforma educativa sin conseguirlo.
Y en el cuarto y último momento se diseñó la propuesta educativa, el Modelo educativo 2016, una serie de lugares comunes y de citas de cliché pensados en darle soporte y cobijo pedagógico a esa cosa llamada reforma educativa.
Así llegamos casi al final, el tiempo sigue pasando y en este país los sexenios se acaban y con ello también se acaban los malos experimentos como el aquí reseñado. ¿Qué sigue? Creo que ni la propia SEP lo sabe, el equipo de asesores del Secretario junto con los académicos que le susurran al oído, saben que se equivocaron de principio a fin. Una reforma no se gestiona de esta manera, pero bueno, el tiempo se les agota y con él la imaginación y la inventiva. Veremos qué pasa en los últimos días del sexenio para conocer la nueva etapa de esta cosa mal llamada reforma educativa.

*Doctor en educación. Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Guadalajara. mipreynoso@yahoo.com.mx

Comentarios
  • MARCO ANTONIO GONZÁLEZ VILLA

    Dependemos Doctor de quién ganará las próximas elecciones, ha que de ocupar el poder el PRI o el PAN corremos el riesgo de que intenten sostener esa horrible cosa llamada reforma educativa , no cree?. Gracias por un texto interesante

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