Posdebate

 en Jorge Valencia Munguía

Jorge Valencia*

Cena de parejas en interior. Los invitados comienzan por los aperitivos. Surge la conversación posdebate:

-¿Cómo vieron el debate de los candidatos a la presidencia? -pregunta la anfitriona.
-Lo mejor de Máynez fue su sonrisa. Tan impostada como su candidatura -dice el radical.
-No hay candidatos que convenzan -dice la invitada.
-Claudia es la candidata del presidente; su continuidad depende de la inseguridad y Las Mañaneras.
-Pero la inseguridad es una herencia de los partidos que representa Xóchitl -dice el invitado. Y continúa: -Es el partido de los mexicanos económicamente menos favorecidos, que son la mayoría de la población. Cuando menos, con López Obrador se vive un gobierno austero. En otros sexenios crecieron los pobres y los funcionarios públicos millonarios. Era una corte fastuosa.
-Eso dice él. Hay que ver los trapitos que sacará un presidente de oposición, una vez que gane.
-Comoquiera, se erradicó el cinismo.
-…si erradicar significa tener “otros datos”-subraya “otros datos” con ademanes burlescos-. Y eso quiere decir “inventarlos”.
Se sirven las sopas y los platos fuertes.
-Xóchitl es el PRI -dice el radical.
-Da lo mismo a cuál partido represente quien gane. Lo que importa es cómo beneficie al país.
-Eso dijo el PRI ochenta años. Su último presidente nos encajó la estocada. Votar por Xóchitl es resucitar al monstruo.
-El verdadero monstruo, como dices, es la inseguridad. Y nadie tiene el antídoto.
-El desmantelamiento de la corrupción es el antídoto. Morena y Claudia han luchado por ello.
Viene un silencio y tragos bien maridados con los “ribe eye”, antes del epílogo.
-Todos los partidos son la misma cosa. Cambia el nombre y el género del que gobierna, pero el país sigue igual. Cada día más jodido.
-Depende de cómo lo veas. Los programas sociales…
Interrupción:
-… los programas sociales son una mentira. El principal programa debe ser de salud; y el IMSS, todos sabemos que, si no lo estás, te enfermas nomás de entrar en uno de sus hospitales. Todo es burocrático y de mala calidad. Las jubilaciones son en su mayoría una bicoca. Y lo peor sigue siendo la inseguridad. De la educación, la obra pública, las vías de comunicación… en fin, el ingreso per cápita… seguimos con un atraso general de al menos cincuenta años, con respecto a los países desarrollados.
-Y la democracia es una obra de teatro fallida de golpes bajos e insultos entre los contrincantes. ¿Para qué ser presidente? Para repartir el poder y perpetuar la miseria.
-Visto así, no tenemos esperanza.
-Ni de futuro ni de presente.
Luego vinieron los postres. En esto todos estuvieron satisfechos.

*Director académico del Colegio SuBiré. jvalencia@subire.mx

Escriba su búsqueda y presione ENTER para buscar