Pensamiento de clase y raza ¿educación de casa?

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

¿Se enseña historia de la misma forma en todas las escuelas públicas de América Latina y Estados Unidos? Dadas las similitudes sociohistóricas que hay entre los países que forman parte de este grupo, uno podría suponer que sí, con la diferencia obvia de la explicación sobre los grupos originarios de cada región, así como las particularidades que cada nación tuvo en sus procesos de independencia. Sin embargo, diferentes hechos que algunos interpretan en aislado, devela un pensamiento de clase y raza, expresado a través de racismo, clasismo, discriminación, aporofobia y xenofobia, que ponen de relieve dos situaciones que cuestionan el papel de las escuelas en el desarrollo de la identidad, el respeto y la ética: 1) o se imparte una historia completamente tergiversada, o 2) tiene mayor peso lo que se inculca en casa, aunque lo quieran seguir negando, lo ignoren o también lo tergiversen las autoridades educativas.
En días anteriores, el equivocado mensaje del presidente de Argentina, ampliamente criticado por propios y extraños, en donde señala que, palabras más palabras menos, los mexicanos vienen de los indios, los brasileños vienen de la selva y los argentinos vienen de los barcos, dejando entre líneas un ¿orgullo? por provenir de europeos, que un porcentaje significativo de la población argentina asume, muestra una identidad basada en la ignorancia o reinvención de la historia. Mismo caso ocurre en México cuando diferentes grupos, europeos por fantasía o simplemente racistas, llaman indios a quienes tienen una ideología y simpatía política que apoya al actual presidente, por ejemplo. Igual situación encontramos en los norteamericanos que hablan y defienden la “supremacía blanca” olvidando que, por siglos, en las tierras de lo que hoy conocemos Estados Unidos habitaban pieles rojas, hasta que fueron prácticamente exterminados, asesinados.
Pero lejos de discusiones históricas e identidades, es claro que la escuela tiene un impacto poco significativo y ha fracasado en sus intentos por generar conciencia social, así como actitudes prosociales. El hecho de que siga prevaleciendo el racismo, el clasismo y la discriminación de forma abierta y manifiesta nos hace pensar ¿en que lugar o institución se aprende a mirar con odio o miedo a personas de diferente clase, país o raza? Es algo que seguramente se alimenta en el hogar, puertas adentro. En diferentes espacios y momentos una gran cantidad de profesionales de la educación hemos señalado las limitantes que tiene la escuela en el desarrollo y fomento de valores, por lo que este fracaso social no es atribuible a maestros y/o maestras, es un fracaso no asumido de la sociedad en general, por lo que dista de corregirse. Al mismo tiempo, y lo dejo como reflexión para otro espacio y momento, queda claro que el aprendizaje es una elección, un acto de voluntad, en donde lo externo tiene peso obviamente, pero cada estudiante asume, asimila y da sentido y practicidad a contenidos, ya sean de la escuela o de casa, que elige para sí.
¿Habrá algún país que, a través de la escuela, haya eliminado el racismo o el clasismo? De existir, ojalá pudieran compartirnos sus estrategias; de no existir, sería lógico pensar que estamos viendo hacia el lado equivocado ¿no?

*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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