Nuevas elaboraciones en torno al análisis de las prácticas educativas

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

¿Qué hay de nuevo en torno al análisis de las prácticas educativas?, ¿ya se ha dicho todo?, ¿qué falta por decirse?
Me parece que de nuevo cobra vigencia el hablar en torno a las prácticas que realizan los docentes que pertenecen al sistema educativo, de todos los niveles también educativos y de todos los ámbitos o espacios de trabajo. La práctica viene siendo el conjunto de acciones que realizan todos los docentes en un ámbito concreto, al lado de los escolares, cuya intención es favorecer aprendizajes, mantener el control y la atención grupal, cumplir con el programa de estudios, adaptar o integrar niños o niñas al aula regular; es decir, la práctica es una tarea compleja, la cual se realiza en un ámbito igualmente complejo, ante circunstancias y condiciones reiteradamente complejas.
Como se podrá apreciar, la práctica educativa es una tarea de desempeño profesional la cual no sólo es compleja por su naturaleza, sino que también, a su vez se realiza bajo condiciones institucionales y contextuales igualmente complejas.
¿Qué tenemos de nuevo en torno a estudios ligados con las prácticas educativas?, la producción ha sido abundante en torno a los mismos asuntos ya abordados, el debate del análisis y diseño de propuestas relacionadas con las prácticas educativas se ha tornado circular, es decir, ya no hay muchas propuestas nuevas. Lo aportado hasta ahora gira en torno a asuntos como:

• El maestro reflexivo.
• El docente investigador.
• El regreso a las acciones.
• El uso de metodologías ligadas con el paradigma cualitativo predominando etnografía educativa, investigación-acción y etnometodología.
• Se incluye la producción y generación de narrativas.
• La creación de redes de práctica o de análisis de las prácticas.
• La vinculación del análisis de las prácticas con la mejora en la calidad del servicio educativo.
• El pensamiento del profesor.
• El imaginario docente.
• Las representaciones docentes acerca de la práctica.

Como podrá verse, la aportación es valiosa y abundante pero, la práctica docente y su análisis es muy importante, viene siendo el corazón de la tarea educativa, es el espacio en donde los sujetos concretizan y sintetizan la forma de cómo entienden y practican la educación, es el espacio en donde los sujetos concretan una formar particular de concebir y realizar la tarea educativa.
Algunos autores se han dedicado a analizar las distintas lógicas a través de las cuales se relacionan o se concatenan las acciones, dónde inicia, en dónde sigue y en dónde concluye la práctica, a partir del armado de las acciones, otros se han dedicado a analizar el pensamiento de los docentes, para tratar de entender que subyace en cuanto a las intencionalidades y la subjetividad profesional del sujeto que educa y otros más, se han dedicado a estudiar la relación que existe entre la práctica educativa con lo que ésta produce en el marco de las disposiciones o los lineamientos normativas regulados desde el sistema educativo. Hay más, pero puede decirse que éstos son los más importantes.
Aunque, como decía M. C. Wittrock, los sujetos docentes siguen realizando su tarea educativa en la soledad, en el aislamiento y en la inmediatez, es decir, no hay colegas cercanos para compartir lo que se hace y las dificultades que se viven a partir de lo que se hace, el margen de tiempo es muy corto para poder responder mesuradamente y todo lo que hay y sale en las acciones de los docentes está en los propios docentes. De esta manera prevalece la pregunta:
¿Cuáles son las nuevas vetas o los nuevos horizontes que se han descuidado o que deben desarrollarse en torno al conocimiento de las prácticas educativas y a las propuestas de intervención o de innovación en torno a las mismas?
Me parece que dos vertientes innovadoras se sugieren y que podrían ser las siguientes:

a) Poder vincular a los investigadores externos con los docentes áulicos para fusionar los distintos horizontes de lo que cada uno percibe de una realidad compleja que es la práctica educativa in situ. Los docentes son, en última instancia, los sujetos que toman las últimas decisiones de lo que tienen que ver con su propio trabajo pero, pueden dejarse ayudar por las miradas que desde afuera les pudieran decir o sugerir algo.
b) Es importante poner en diálogo las elaboraciones de docentes que miran y reflexionan desde su propia práctica con otros docentes que hacen lo mismo. En última instancia los ámbitos macro (contexto), meso (escuela) y micro (aula de clase) de la práctica deberán fusionarse, que lo de afuera se haga adentro y viceversa. Para poder obtener mejores beneficios de las propuestas de cambio y de innovación. Pero en todo esto, son los propios docentes que educan los que tienen la última palabra ellos y ellas, son los responsables de decidir el rumbo de hacia dónde se pretende caminar al hablar del análisis de las prácticas propias.

Los demás somos sólo aficionados, personajes invitados, hablamos del partido desde el graderío, pero el verdadero partido lo viven o lo sufren todos los profesores de las distintas escuelas cada día de clase. De ahí la importancia de conocer más a fondo todo lo que encierra, lo que se hace con la finalidad de mejorarlo, es decir, de sumergirse en torno a los significados y al sentido de la práctica educativa con la intención de encontrar mejores caminos para su realización.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. mipreynoso@yahoo.com.mx

Comentarios
  • J. Leonardo Hernández

    Las prácticas docentes, desde un planteamiento de intervención, es una de tantas posibilidades de investigación para la comprensión de cómo se interpretan y enfrentan los cambios (reformas) en los ámbitos educativos.
    Estos estudios siempre podrán ser un factor de análisis, confrontación y replanteamiento, siempre que se puedan trascender vía su difusión. Me parece que gran parte de la riqueza de la investigación se queda en mera descripción de hallazgo que sólo involucra a un grupo mínimo de docentes. Impulsar el desarrollo de una cultura de y por la docencia es una tarea que se posterga, pero que es fundamental para que la docencia se caracterice por la fuerza de su INTERVENCIÓN.
    El impulso del análisis, reflexión y replanteamiento de la INTERVENCIÓN docente, consideró debería ser el propósito fundamental en la cultura pedagógica de los docentes. La investigación y difusión de estas prácticas tomarían más interés para este propósito…

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