México y los directores escolares ¿líderes ideales?

 In Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

En el presente año, como parte de los trabajos de la UNESCO del informe del seguimiento de la educación en el mundo, se publicó el material América Latina: Liderar para la democracia, el cual se enfoca en realizar un análisis de las responsabilidades de liderazgo que poseen los directores de centros escolares de América. Se tomaron como base los estudios de caso de 6 países, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica y Honduras, representativos de Sudamérica y Centroamérica, pero con implicaciones y ejemplos que atañen a nuestro país sin duda.
Dentro de las conclusiones que el informe señala destaca la necesidad de ejercer un liderazgo distribuido que implica la participación, capacitación y toma de decisiones de los diferentes miembros de la comunidad escolar, bajo el entendido de que el director no puede hacer todo por sí solo y necesita de colaboradores que trabajen en el mismo rumbo para el logro de objetivos, considerando también que sus responsabilidades se han ampliado abarcando lo administrativo, el bienestar de la comunidad, el logro de los aprendizajes y la implementación de diferentes políticas, lo cual es solamente posible si se conforman equipos de trabajo, por lo que se sugieren 4 estructuras, 4 equipos que ayuden a cumplir estas tareas, como serían un equipo directivo, un equipo que pueda analizar y debatir aspectos pedagógicos, de bienestar y/o administrativos, un tercer equipo se conforma como un órgano colectivo de la comunidad y el cuarto equipo conformado por organizaciones estudiantiles.
Con relación a las recomendaciones, se consideran convenientes las siguientes: dotar de autonomía, de parte de autoridades, a los directivos en torno a los recursos financieros y humanos; describir con claridad las funciones y papel de cada uno de los miembros de la comunidad; realizar investigación que sistematice experiencias en diferentes contextos; describir con claridad los criterios para ocupar un cargo directivo y ejercer el liderazgo; promover el desarrollo profesional que desarrolle habilidades para ejercer un liderazgo participativo y colaborativo que incluya a la tecnología; y concientizar y preparar a la comunidad para tener voluntad de realizar trabajos de manera conjunta.
Como el informe señala, en América Latina, y hablando ya específicamente de México, existen intentos por implementar este tipo de liderazgo distribuido, pero aún no se ha consolidado. ¿Qué ocurriría si alguien no dispone de la capacidad para ejercer un liderazgo con estas características y se dedica solamente a ejercer el poder que el cargo le confiere? Generará conflictos al interior de las instituciones, lo que provocará malestar y posible rotación de personal, lo que limitaría la elaboración de proyectos de mediano y largo plazo. ¿Qué pasaría si existe opacidad en los criterios para ocupar una plaza directiva? Hoy se intenta regular esto mediante la aplicación de exámenes, pero muchos de los directivos en funciones lograron, al menos en el Estado de México, sus puestos por acuerdos y componendas políticas, en donde varios, para no hacer una generalización injusta, llegaron a ese puesto sin capacidad, sin méritos y sin voluntad de entender que sólo a través de un liderazgo distribuido se podrán conseguir los objetivos y conformar un equipo de trabajo colaborativo.
Realizar una investigación que permita identificar una correlación entre los directivos sin capacidad de liderazgo o que obtuvieron su cargo por designación inválida directa de una autoridad y el logro real de los objetivos institucionales nos daría una posibilidad de poder generar cambios y corregir en bien de cada estudiante y la educación. Pero eso no va a pasar, así que son bonitas las recomendaciones de la UNESCO, pero no gracias, nos quedamos con lo que algunas autoridades políticas decidan sobre nuestro futuro en la educación. Y luego se preguntan por qué el rezago y retroceso de la educación: he aquí una variable más de afectación. El estado que no tenga un directivo impuesto sin méritos y evaluación, que tire la primera piedra.

*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

Start typing and press Enter to search