Los resultados educativos y la aplicación de pruebas de fin de año
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
Jalisco aun con sus doscientos años de soberanía, sigue siendo un estado que se ubica a la mitad de diversos indicadores y estándares para el ranqueo en el comparativo nacional, con el resto de las entidades federativas.
En la década de los noventa cuando se puso de moda la atención educativa al problema del rezago educativo, Jalisco ocupaba el lugar 21 de dicha problemática, cifra reconocida por indicadores oficiales. Hoy en día los indicadores pueden ser de aprendizajes esperados, cumplimiento de metas, eficiencia terminal, evidencias de desempeño académico, etcétera.
En esta última semana y de manera sorprendente la Coordinación de Educación Básica de la SEJ envió una serie de comunicados a las escuelas públicas y privadas, con la finalidad de solicitar condiciones favorables para la aplicación de una serie de pruebas o exámenes de fin de ciclo. Esta práctica nos recuerda los peores tiempos del sexenio de Enrique Peña Nieto de la evaluación punitiva y sus desastrosas consecuencias.
De esta manera, a niñas y niños de primaria y de secundaria se les aplicó una serie de pruebas de las asignaturas básicas (español, matemáticas, ciencias) con la finalidad –me supongo– de obtener algunos datos a modo de punto de llegada al respecto de este ciclo escolar. Aquí planteo algunos cuestionamientos: ¿cuál es el panorama de los aprendizajes adquiridos por niñas y niños en este ciclo escolar post pandémico?, ¿qué afirmaciones pudiéramos hacer de lo que se logró o se facilitó por todo el esfuerzo académico y que se pudiera hacer evidente del ciclo escolar que concluye?, ¿de qué manera podemos relacionar el trabajo escolar de todos los días con los resultados obtenidos y que pudieran hacerse evidentes en este final de ciclo?
Las anteriores preguntas y otras más que pudieran surgir no se pueden responder exclusivamente a partir de la aplicación de una prueba estandarizada por muy buena que esta sea en cuanto a su diseño.
Aunque también la aplicación de este ejercicio de evaluación a partir de aplicar pruebas sorpresa de fin de cursos pudiera tener otra finalidad que rebasa lo pedagógico y se junta con la política.
Una idea pudiera ser que el gobierno local quiera presumir el panorama de los resultados obtenidos y diga que Jalisco es un estado cuyo rendimiento escolar es muy alto, no hay reprobados, no hay rezago, ni fracaso escolar y la prueba la tenemos a partir de una serie de exámenes que se han aplicado recientemente.
Otra finalidad de este ejercicio es pensar en términos de diagnóstico al tratar de conocer a través de medir el panorama real de la educación en Jalisco con la idea de hacer ajustes o tomar decisiones, no sólo para el siguiente ciclo escolar, sino también pensando en el próximo sexenio.
Y una última finalidad, es conocer lo que subyace a la aplicación de las tan mencionadas pruebas de cursos, a partir de legitimar el proyecto de Recrea como una ambiciosa iniciativa local de política pública con algunos contenidos propios.
Todo esto que aquí digo y que parece muy especulativo, está asociado a la aplicación de una prueba de fin de cursos, fuera de contexto y sin justificación alguna. La pregunta que le haríamos a las autoridades de la SEJ sería, y la aplicación de estos exámenes, ¿para qué?
Las escuelas poco a poco se van quedando desiertas, la llegada de las primeras lluvias del temporal se van asociando a esta costumbre de las vacaciones largas de verano para niñas y niños. Pero ahí mismo y bajo esta atmósfera de escuelas vacías quedarán las dudas de los exámenes que se aplicaron, ¿para qué?, realmente qué quieren obtener con esto o a dónde quieren llegar.
Así todas y todos, nos quedaremos con dudas, para darle vuelta en este verano caluroso.
*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com