Los que se quedan… bailando. De cine, refranes y docentes

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

Se ha abordado en diferentes momentos por una cantidad cada vez mayor de personas: cada cierto tiempo ponen en la pantalla grande una película que tiene como protagonistas a un o una docente y a la escuela como el escenario en el que se suscitan los hechos que se muestran. Actualmente se encuentra en algunos cines, pocos en realidad, la película Los que se quedan, nominada por cierto a varios premios Oscar. Ha recibido en general buenos comentarios, sin embargo, dispone de un argumento que, lamentablemente ya hemos visto en otros momentos; y lo lamentable que señalo no alude a la película en sí, sino a que lo expuesto en ella lejos de mandar un mensaje que uno pensaría es claro, porque sensibiliza, tiende a ser ignorado y pasar de largo. Lo expongo:

Hay un estudiante joven que tiene un buen nivel académico, pero que proviene de una familia desestructurada que le ha generado dolor y tristeza. Conoce entonces a un docente de características peculiares que lo hace, poco a poco, cambiar la forma en que mira las cosas. Hay una cercanía afectiva, no de pareja ni sexual, amable y de construcción y crecimiento mutuo entre el docente y el estudiante. La familia se entromete y desafortunadamente ya no tendrá un final ideal el filme: el docente será despedido de la institución.

Dejar la sinopsis hasta aquí haría pensar, tal vez, también en la conocida Sociedad de los poetas muertos; hay paralelismos entre ellas, sobre todo precisamente en el final. Y esto me lleva a reflexionar sobre lo que la sabiduría popular nos arroja a través de los refranes, por ejemplo: bien cabe aquí decir que el hilo se rompe por lo más delgado u otra de sus variantes la cuerda revienta por lo más delgado. De tal suerte que, en el campo educativo, lo más delgado, débil, es el docente, quien, metafóricamente, lo pueden romper (despedir) con facilidad. Esto implica que, socialmente, es el menos protegido de los actores educativos y puede perderlo todo, desde su valía hasta su trabajo. Coloquialmente, se puede quedar bailando, lo que implica que se queda sin nada, que puede perderlo todo, aunque en muchas ocasiones, sea la familia de los estudiantes los verdaderos causantes de sus infortunios.
Y esta situación hace entender en mucho las razones por las cuales el Sistema Educativo Mexicano no consigue repuntar y vive continuamente en el fracaso: una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil, reza el refrán que permite explicar esta situación, dado que si el Sistema Educativo, representado como una cadena, tiene en los docentes su eslabón más débil, porque así lo han diseñado y confeccionado y son los que se encuentran en el aula, lo obvio y lógico sería fortalecer nuevamente su papel y tratar de llegar, por diferentes medios, al eslabón más débil real que es la familia en la actualidad, no muy lejana en fuerza de la política por cierto.
Pero, ya para terminar, volvamos de nuevo a la película y reflexionemos finalmente en los pros y contras reales, no ideales, del acercamiento afectivo entre docentes y estudiantes que, como podemos ver, no siempre funciona y resulta como se espera. No lo digo yo, lo dice el cine; al menos ahí todos son empáticos con los docentes.

*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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