La responsabilidad de los padres como primeros educadores
Luis Christian Velázquez Magallanes*
Con amor para Mely, Mily y Maty.
Los adultos nos estamos empecinando en destruir las condiciones favorables para el desarrollo y crecimiento de nuestros niños. Basta con observar las noticias y sus descripciones para decir que la sociedad no es, para nada, un lugar seguro. Miles de madres no encuentran a sus hijos y millones de niños no encuentran a sus padres.
Si realizáramos un análisis profundo y preguntáramos qué ha detonado esta tragedia, seguramente encontraremos como una de las probables causas las desigualdades sociales entre los individuos, así como también los valores impuestos por la superestructura vigente, en donde se considera que, los sujetos deben alcanzar sus anhelos o aspiraciones de manera rápida y sin ningún tipo de esfuerzo o proceso. Debes ser así, pensar así, escuchar esta música, vestir así y tus sueños deben ser estos. Los valores sociales se presentan como estereotipos que se han encargado de establecer patrones de conducta masificantes y acríticos.
La realidad de la que perviven las niñas, niños y adolescentes es difícil y compleja. Por una parte, se enfrentan con la necesidad de desarrollar habilidades de socialización, tolerancia y convivencia en un entorno en donde pasan la mayor parte del tiempo aislados, pero conectados a un ciberespacio que les pone todo al alcance de la mano.
Además, están en una etapa en donde, a partir de su desarrollo biológico y neurológico, empiezan a determinar su personalidad y, bajo estas circunstancias, se debe comprender su vaivén emocional. No es que sean irrespetuosos, desafiantes o inestables en sí, sino que están en pleno proceso de adquisición, desarrollo y consolidación de habilidades socioemocionales y de autocontrol.
Su infancia se enfrenta, por tanto, a un mundo que, a toda costa, provoca la pérdida de su inocencia. Es difícil encontrar entornos propicios en donde nuestros infantes tengan un desarrollo biológico y neurológico acorde a sus necesidades; parece que los adultos hacemos todo lo posible para que se enfrenten a un mundo que no les corresponde. No han desarrollado el criterio y la maduración necesaria para entender y asumir una postura ante esos sucesos o ambientes que no les corresponden.
¿Por qué, si existen tantos estudios y teorías que explican y hablan sobre los ambientes propicios para el desarrollo y crecimiento integral de nuestros menores, pareciera que estamos tomando como sociedad una ruta contraria?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado cuenta de un crecimiento en problemas emocionales en nuestros infantes y adolescentes:
- Depresión: se estima por los reportes de hospitales o centros médicos que por lo menos el 5% de los jóvenes han presentado síntomas de depresión significativa.
- Trastornos de ansiedad: se estima que por lo menos el 11.8% han presentado trastorno de ansiedad, ya sea generalizada o por fobia social.
- Aislamiento social: el uso exacerbado de las redes sociales ha provocado que los jóvenes experimenten con mayor frecuencia sentimientos de soledad y aislamiento, provocando tristeza permanente y severos problemas de autoestima.
- Estrés académico: la presión social por obtener buenos resultados académicos ocasiona un alto estrés, afectando su estabilidad emocional.
- Problemas de autoestima: la idea de tener un cuerpo con una fisonomía específica y objetos que otorgan el estatus y reconocimiento han provocado, en quien no cumple con los requisitos sociales, severos quiebres emocionales. La pérdida de la autoestima ha generado crisis de ansiedad y depresión.
- Dificultades para desconectarse: la mayoría de los jóvenes mantiene una dependencia absoluta con el mundo que han creado a partir de sus publicaciones en sus redes sociales; esta interdependencia ocasiona que, cuando el adolescente se desconecta de ese mundo cibernético, pueda enfrentar severos problemas emocionales.
La OMS también reporta que, a partir de los diversos registros y bitácoras en los diferentes centros de salud, se ha incrementado en un 30 por ciento las consultas relacionadas con depresión o ansiedad en los jóvenes.
Luego entonces, ¿cuáles son los deberes o aspectos que deberían ser abordados por las madres y padres de familia como primeros responsables del proceso formativo de nuestros infantes y adolescentes?
Una revisión preliminar mostraría que existe una correspondencia entre el ambiente que se vive en el seno familiar y la salud emocional que presentan los infantes.
En este sentido, cuando los niños y adolescentes conviven en un entorno donde existe un estrés y apuro permanente, habitualmente se observan infantes en estado de alerta y a la defensiva.
Cuando los gritos y las voces fuertes son una constante en la resolución de conflictos, los infantes consideran que las voces fuertes y gritos son formas válidas de comunicación e interacción social.
Los núcleos en donde permanentemente se ignoran o desacreditan las emociones o sentimientos, han ocasionado que los infantes muestren una tendencia a reprimir y ocultar sus verdaderas emociones o sentimientos porque consideran que no son correctos.
Así como también, en el seno familiar, en donde los infantes están acompañados físicamente, pero carecen de acompañamiento emocional, son altamente propensos a desarrollar sentimientos de soledad.
Las condiciones y los padecimientos emocionales que se han desarrollado a partir de los elementos expuestos –obviamente el listado de causas y consecuencias no se presenta como terminado– requieren de la intervención inmediata de los padres y madres de familia en la construcción de ambientes propicios para la correcta maduración de los infantes y adolescentes. De lo contrario, seguiremos consolidando generaciones con severos problemas emocionales y múltiples trastornos que, puntualmente, describirán, en un futuro no muy lejano, el terrible papel que hemos desempeñado como los primeros educadores en la formación de nuestros jóvenes.
*Licenciado en Filosofía. Profesor en la Escuela Secundaria General 59 “Francisco Márquez”. [email protected]
Muy acertado, oportuno y necesario tu planteamiento. En la configuración del actual escenario de abandono parental es mayúscula la responsabilidad de los gobiernos neoliberales que poco les interesa la formación de sujetos responsables individual y socialmente; gobiernos que no han dudado en hacer que la responsabilidad de educar por parte de las familias se convierta en requerimiento legal laxo, a cambio de seguir contando con clientes electorales.
Excelente
Como regularmente estimado maestro y amigo muy acertado con su articulo. Muchas felicidades.
gracias por ser ese maestro y padre que hace todo lo posible por superarse día a día, pocos como tú
increíble artículo, sin duda debería de ser leido por muchos maestros. hacen falta más educadores dispuestos a dejar de juzgar y comenzar a escuchar más a los jóvenes 👏🏻👏🏻
Totalmente de acuerdo, todos los maestros deberían de tomarse el tiempo de leer este artículo para generar un poco de conciencia sobre el cómo juzgan a los alumnos cuando lo que principalmente deberían de hacer es escucharlos y apoyarlos ya que no saben lo que cada uno pasa fuera de la escuela.
Gracias profe por compartir con nosotros
La participación activa y comunicación de los padres en todo momento sería un impacto positivo para el desarrollo de los adolescentes.
Felicidades maestro muy acertado con su investigación.
Desgraciadamente todo el panorama que describes es absolutamente cierto, ahora el gran reto es como sensibilizar a padres y maestros para trabajar y encontrar como recuperar los valores y virtudes ausentes en muchos hogares y escuelas o centros de formación, además de llenar los vacíos existenciales y espirituales que solo la fe en un ser superior puede llenar.
Te felicito x tu labor como maestro y padre de familia.
Muy cierto todo lo que comenta, excelente información muy acertada describió lo q estamos viviendo día a día gracias
Felicidades maestro una información muy valiosa para meditar y gracias por preocuparse por nuestros hijos, por la paciencia y comprensión 👏🏼👏🏼un ejemplo de maestro presente.
Lo primero que se me viene a la mente es la necesidad de tener más espacios libres y seguros para que nuestros niñas, niños y adolescentes tengan una vida más recreativa y saludable. La falta de espacios con más accesibilidad para realizar algún deporte. Para que liberen ese cortizol y producir más citoxina que nos da la felicidad!!!