La educación que se encuentra a la mitad del túnel

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Estar a la mitad del camino es el asunto más angustiante que puede haber y más cuando el camino es un túnel. La educación media, la mitad del sexenio, la mitad de la vida y de la formación se vinculan metafóricamente a la mitad del túnel.
Estando a la mitad del túnel, lo que ya pasó se recuerda con nostalgia y lo que está por venir se le mira distante e inalcanzable.
Todo proyecto, toda actividad humana, toda acción educativa y todo acto docente tienen siempre un punto intermedio, un punto que se coloca a la mitad del camino.
La mitad del camino es el proceso más difícil de toda empresa humana. Si se mira al pasado la luz que quedó atrás, se le ve distante y difusa y la luz del frente es tan intensa que no se sabe cómo poder neutralizarla.
Los jóvenes que asisten al bachillerato se encuentran a la mitad del túnel, no sólo en términos escolares sino también de su propia vida. A la mitad del túnel implica rescatar los saberes y la experiencia que ya han sido acumuladas, para que sirvan de base y poder transitar la segunda mitad que está por venir. Aquí se presentan tres tipos de riesgo:

a) Caer en una especia de estado de confort al sentir que todo se sabe o todo se tiene. No querer exigirse para mejorar el nivel de lo ya logrado.
b) Llegar a un nivel de desgaste tal, que no permite avanzar en el segundo trecho del proyecto en turno.
c) Pensar que lo que viene será más difícil de lo que ya ha pasado y las personas renuncian a recorrer la segunda mitad de su proyecto (de su vida, de su formación escolar, de su carrera, etcétera).

Todo lo aquí dicho está en función de la etapa de desarrollo escolar y personal de los sujetos en edad juvenil. Las y los jóvenes por su propia naturaleza se encuentran a la mitad el túnel, han recorrido un largo trecho, pero falta ahora recorrer otro más.
Y otro elemento desfavorable que encontramos a la mitad del túnel, tiene que ver con el rasgo de ceguera por faltar luz de acuerdo al proceso que se sigue. La luz intensa estuvo al inicio y estará a la salida, pero es muy tenue a la mitad del túnel.
Todo lo anterior está dirigido al proceso que actualmente viven las y los jóvenes de nuestro entorno. No sólo la mitad del túnel es difícil sino también los riesgos que implica encontrarse a la mitad del proceso de vida.
Los riesgos de la edad juvenil se multiplican debido a cuestiones ligadas con el grupo etario, con la posibilidad de engancharse frente a distintas situaciones que aparecen en el camino a modo de distracción o provocación y por la falta de discernimiento.
De todo lo anterior, la escuela media está obligada a recuperar su vocación orientadora, su capacidad de acompañar a los sujetos jóvenes en la toma de decisiones y de crear una didáctica adecuada para la toma de decisiones. De esta manera, la mitad del túnel se podrá vivir de manera más amigable.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. mipreynoso@yahoo.com.mx

Escriba su búsqueda y presione ENTER para buscar