La educación debe caminar por la izquierda

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Ha transcurrido el primer mes de lo que equivale a un tercio de las campañas políticas, en ello tanto las tendencias como los indicadores se mantienen estables, muy parecidos a cuando esta campaña inició.
En este proceso de sólo un mes de campaña se han presentado tres escenarios como evidencias duras de lo que seguirá pasando:

a) La educación no es prioridad de las campañas políticas. Ni la agenda educativa, ni tampoco el debate del proyecto educativo para el país.
b) La prioridad son las aspiraciones del poder, ya sea mantenerlo o disputarlo de todas las formas posibles incluso recurriendo al juego sucio.
c) Es altamente probable que Claudia Sheinbaum gane la elección presidencial el próximo 2 de junio, de acuerdo a los actuales indicadores, en ello este proyecto de izquierda moderada tendrá seis años más para continuar con el “segundo piso de la transformación”.

Sin embargo, aun con todas estas bondades o supuestas bondades de que la esperanza democrática pueda tener seis años más de continuidad, en todo ello se obliga a hacer cambios, ajustes, sobre todo poder neutralizar la agresiva ofensiva de los grupos reaccionarios de este país.
Pero en educación sigue la deuda pendiente con el magisterio en lo particular y con la sociedad en lo general, la CNTE está convocando a un paro de labores en este mes de abril.
La educación debe transitar por la izquierda o hacia la izquierda porque ahí está su proyecto fundacional; educar significa entonces (entre muchas otras significaciones), aprender a vivir al lado de los demás (Touraine), con acciones concretas para inclinarse por la justicia, por el respeto a los demás y a uno mismo, por la democracia, por el respeto a la naturaleza y a todos los seres vivos. Pugnar por una educación integral se vincula con los principios de lo enunciado en el Artículo Tercero de nuestra constitución política, aun con todos los cambios, correcciones y observaciones que ha acumulado dicho precepto constitucional, en los últimos años.
La educación de izquierda y que transite por la izquierda es una educación basada en principios, aquí pongo básicamente tres:

1. La educación es un asunto de educadoras y educadores cuyo abordaje debe ser de frente a las necesidades sociales y a los grupos mas vulnerables o necesitados. Educar es garantizar el desarrollo integral de las personas.
2. La educación no es una mercancía, tampoco se reduce a un servicio neutro que se pueda o no garantizar a los ciudadanos y ciudadanas. La educación es una herramienta para la acción, una plataforma para poder alcanzar metas y objetivos estratégicos y sobre todo un dispositivo pensado en lograr que las ciudadanas y los ciudadanos podamos vivir en paz y e armonía al lado de las y los demás.
3. La educación no es el texto es el meta-texto, es el recurso fundacional que permite -después de hablar de ella- hablar de todo lo demás. Los temas educativos son exclusivos de quien educa, pero se puede dialogar informadamente con todo tipo de personas, científicos, especialistas en campos disciplinares, gente de a pie, amas de casa, obreros, campesinos, empleados, sujetos que no les interesa nada, escépticos, agnósticos, para-militares, sicarios, religiosos, sacerdotes, vendedores de ilusiones y del paraíso, etcétera, etcétera, todas y todas tienen algo que decir sobre los temas educativos y todas y todos están obligados a acatar lo que emana de las ideas y las prácticas pedagógicas.

Es por ello, que debatir el entorno electoral sin debatir los asuntos educativos es un gran error, no de los educadores sino de los políticos. La inseguridad, el clima de miedo, de persecución, la pérdida de desconfianza y muchos temas más; tienen su origen en una equivocada práctica educativa, y que no está impactando favorablemente en los sujetos ni en sus concepciones, ni tampoco en sus acciones asociales.
Por eso, cuando afirmo aquí que la educación debe caminar por la izquierda, me refiero a todo lo que aquí he dicho. La derecha no tiene ni proyecto ni propuesta, sólo intereses mercantiles, bien es derecho, es hipocrática porque al final se inclinan los intereses de los poderosos para que lo siga siendo.
Maestras y maestros responsables de escuelas, todas y todos debemos sumar en la construcción de un proyecto amplio, que vaya más allá de esta coyuntura electoral y que nos ayude a construir los recursos necesarios para garantizar la formación de hombres y mujeres que aprendamos a vivir en este pequeño y últimamente controversial país llamado México.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com