La calle; entre diferentes sentidos y polaridades

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

Pareciera ser una labor sencilla, pero no lo es: definir lo que significa la calle puede resultar más complicado de lo que parece, dado que contiene diferentes sentidos que van más allá de una simple definición de los componentes físicos y químicos, que la componen o del papel que juegan en las vialidades y geografía de una ciudad. Va más allá de considerarla como el espacio que hay afuera de toda institución o espacio social.
La calle muestra diferentes significaciones que pueden incluso jugarse en dos polos distintos de una misma categoría, lo que hace que se encuentre en una paradoja constante. La calle es de todos y es de nadie (¿alguien no ha empleado la expresión en mi calle o por mi calle?), se juega entre lo público y lo privado, así como puede ser ese espacio al que uno es lanzado o que uno decide tomar.
En muchas ocasiones ha tenido, semántica y metafóricamente, una connotación negativa poco o nada deseable, siendo utilizada con fines despectivos o como adjetivo o apellido que denota una situación social poco favorable. “poner a alguien de patitas en la calle” significa que alguien fue corrido de su trabajo o que fue desalojado de una casa por el incumplimiento de una norma, o un abuso; el apellido “de la calle” también puede significar abandono, pobreza, marginalidad o de calidad cuestionable como en las expresiones “niño de la calle”, “mujer de la calle”, frase de muchas películas de la época de oro del cine mexicano, o “comida o ropa callejera o de la calle” son algunas de las expresiones que pueden entrar en este sentido poco favorable.
Pero también puede representar la calle un sentido o símbolo de libertad para muchos, lo que la pone en el polo opuesto, en el punto de lo deseable: la calle como representación de triunfo, “salieron o tomaron las calles a festejar el triunfo de su equipo, su partido o de la revolución”, son un ejemplo. O, con un sentido muy presente, como paradigma de la libertad: la calle representa libertad para los presos en una institución totalitaria como la cárcel o un psiquiátrico, o para miles de personas durante la pandemia; “pueden venir con ropa de calle” frase que han empleado muchos y muchas docentes para indicar a sus estudiantes que, en un día especial, pueden vestirse con libertad, sin tener que cumplir con el uniforme, lo cual genera júbilo a no pocos de ellos y ellas. Es también, así lo muestran las marchas, el espacio en el que puedo protestar y hacer oír mi voz ante las injusticias y desigualdades.
La calle puede generar júbilo y alegría: “¿puedo salir a jugar a la calle?” es una frase de niños, niñas y adolescentes que se expresa con anhelo; pero también puede generar miedo en “las calles se han vuelto peligrosas”, que harían que evitáramos estar en ellas.
Vemos entonces ironías, paradojas, que nos meten en calles de doble sentido, por sus posibilidades semánticas, queriendo evitar una calle cerrada, lo cual implicaría el imposible de pensar que hay calles infinitamente abiertas que nunca cierran a menos de que caigamos en un bucle, pero al final, cada uno decide por qué calle tomar, y darle el sentido que mejor le parezca o le acomode del concepto. ¿Qué sentido tiene para ti?

*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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