Inicio turbulento del ciclo escolar 2023–2024

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Este lunes 28 de agosto, ha dado formalmente inicio el ciclo escolar 2023–2024, que a nivel nacional servirá para que cerca de 24 millones de niñas y niños junto con 850 mil docentes de educación preescolar, primaria, secundaria, especial e indígena, asistan a las escuelas públicas y privadas en el país.
El arranque de este año escolar será muy diferente a todos los años anteriores, el entorno y las condiciones contextuales de dicho inicio se han visto perturbadas por el debate en cuanto a la entrega y uso de los libros de texto gratuitos (LTG), las posturas ideológicas encarnizadas surgidas de un bando y de otro, y el calendario político que marca la cercanía para los relevos presidencial y de algunas gubernaturas. Todo esto empaña el inicio del ciclo escolar, ningún discurso es neutral en estos momentos de controversia política y de turbulencia social.
El debate en torno a la entrega de los libros de texto, ha servido para que corra mucha tinta y surjan muchas ideas creativas y propositivas; investigadores, especialistas en diseño curricular y en la elaboración de libros de texto, se han hecho presentes con sus planteamientos más a favor que en contra, pero también padres de familia, personajes de la sociedad civil, supuestas asociaciones y agrupamientos de padres también se han hecho presentes, básicamente en contra argumentando el peligro de algunos contenidos ligados con el cuerpo, la sexualidad y algunas definiciones de carácter político.
El debate no va a terminar pronto, pero ligado a éste, está encarnado un viejo debate en la pugna entre liberales, conservadores progresistas, conservadores, personas de izquierda versus de derecha.
El libro de texto es un artefacto cultural que viene siendo una de las creaciones e innovaciones más importantes de la humanidad, la versión 2022 de los libros de texto gratuitos para México tiene sus grandes bondades. Por un lado, ayuda a que la gente piense y no piensa por ella o sustituye la capacidad de pensar de las personas, contribuye a que cada quien concluya con un juicio o una postura personal sobre cada asunto o tópico de que se trate, tiende a interactuar y a generar un diálogo significativo, entre docentes, alumnos, contexto, contenidos, situaciones problema, etcétera; para que sean alumnas y alumnos quienes construyan caminos por los cuales quieran caminar.
Si bien, la pedagogía es una ciencia dinámica y en movimiento, hoy nos sirve para demostrar que es mejor trabajar con estos libros que sin ellos, que es mejor tener un apoyo cultural que sirva como mediador pedagógico que no tenerlo. Además, el quemar, ocultar, y guardar libros, nos refiere a los peores días de la Santa Inquisición y de la Edad Media en donde predominaba el oscurantismo como forma de hacer circular y debatir ideas, en este caso en torno a la educación.
Es especialmente gratificante saber que miles de docentes se manifiestan por la entrega y circulación de los libros de texto, en Chihuahua, en Zacatecas y en algunos otros estados ¿y en Jalisco? Aquí el SNTE pudiera incidir, pero está dividido ante dos amos a los que sirve: por un lado, la dirigencia nacional le ha brindado su apoyo al proyecto del presidente AMLO y, por otro lado, han hecho una alianza con la iniciativa del gobernador Enrique Alfaro. Aquí los colores si importan, o guinda por un lado o naranja con azul por el otro.
Es difícil separar el debate ideológico de la concreción de las prácticas pedagógicas, en ello es importante que las y los docentes aprendan a dilucidar y opten por defender no sólo su profesión, su trabajo, sino también los materiales de apoyo que sirven para desarrollarlo mejor.
En unos meses se abrirán las urnas para asistir a votar, la incongruencia de muchos gobernantes y funcionarios públicos será castigada en cuanto a sus aspiraciones, pero también es importante ciudadanizar el debate de la política, sobre todo lo relacionado con el campo de la educación.
Ojalá y muy pronto en que los libros circulen por las escuelas, las niñas y los niños sean capaces de abrirlos, de leerlos, olerlos, disfrutarlos y, sobre todo, de opinar en torno a un debate en donde alguien no quería que dichos libros llegaran a sus manos y que las y los docentes, reconozcan el valor pedagógico y cultural de este material, que le cuesta mucho a la nación y que la patria lo entiende como un logro histórico.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com

Comentarios
  • Graciela Bravo

    Ojalá y ya los entreguen, ésto es política y afecta a los escolares, no me explicó los extremos de no entregar si cada cambio se hacía polémica pero no sé llegaba a éste extremo de no entregarlos, si que estamos mal y si permitimos está arbitrariedad los que pierden son los alumnos y los docentes que no tendrán la oportunidad de manejarlos y utilizarlos para la mejora y apoyo de su práctica docente cotidiana, o para poder opinar y decidir si son útiles o no; solo cada docente elige sus herramientas, técnicas y espacios de aprendizaje en el aula, por qué quieren privarlos de utilizarlos y que solo él o ellas sean los que descubran las bondades o no de los textos, que bueno que no me tocó esta situación ya, pero sería de las primeras en exigir que se me deje trabajar como sé, como me preparo y actualizo cada día y porqué soy libre de planear mi hacer cotidiano para el bien del alumnado

  • Miguel Angel Perez Reynoso

    De acuerdo Graciela.
    Buen dicho

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