Gloria Anzaldúa, las diferentes caras de la mestiza

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

El 26 de septiembre de 1942 nació una de las mujeres más revolucionarias del pensamiento del siglo XX. No hay otra forma de nombrarla más pertinente y adecuada que Mestiza. Eso fue parte de su vida, una constante, una elección de transitar constantemente entre mundos diferentes que siempre parecieron irreconciliables, imposibles de reunir y que ella logró integrar de forma casi natural, como una consecuencia de su experiencia de vida.
Hay tintes de imposibilidad en los logros que consigue, naciendo en Estados Unidos en el momento en el que el país del Norte se encontraba ganando la Segunda Guerra Mundial, pero de padre y madre de origen latino, Urbano y Amalia, con todo lo que ello implica en esas latitudes y quedando huérfana a los 14 años, viviendo un momento de crisis a la cual enfrentó y salió de ella con fortaleza.
Así, empezó a transitar entre el mundo de la difícil realidad y el mundo de las utopías, mestiza de la vida real, logrando con esfuerzo una formación académica y una labor docente destacadas, pese a las condiciones adversas que enfrentaba.
Vino entonces el momento de la creación, de la producción literaria, de su legado. En cada uno de sus libros y sus textos se fue revelando una nueva forma de generar conocimiento, buscando sensibilizar y llevar a sus lectores a conectarnos con el otro, con el semejante, y la vía que encuentra para hacerlo es el dolor ¿no acaso todos hemos sufrido y sentido dolor alguna vez en la vida?, es una experiencia común, que nos atraviesa a todos y nos lleva realmente a comprendernos los unos a los otros. Sin embargo, ve ella en el dolor también una posibilidad de crear, de reinvención y de resignificación de la propia historia.
De esta manera, ella tendrá la posibilidad de entrelazar presente y pasado, de asumir y hablar de la sexualidad desde un lugar como mujer distinto, que la llevó a ser estandarte de la causa LGBT, de jugar con estilos literarios y con la teoría sobre la cual fue formada entrelazándola con elementos e imágenes de la filosofía y cosmovisión prehispánica, al mismo tiempo que ensalza diferentes etnias y la identidad mexicanas. Provocadoramente, incluía de manera constante palabras en español en sus escritos realizados en idioma inglés, dándole peso, valor y espacio a la cultura chicana. Viviendo siempre, como pudimos ver, en diferentes Borderlands, su idea fue siempre la integración de los mundos distintos y no su segregación o separación.
Creadora de una epistemología distinta que une lo racional a lo sensible, referente obligado de la filosofía latinoamericana y del feminismo contemporáneo, sea este un pequeño homenaje para una Mestiza admirable y sobresaliente.

*Maestro en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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