Estudiar el posgrado. Una opción inteligente
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
Este sábado 28 de junio se llevó a cabo en la Unidad Guadalajara de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) una edición más del Coloquio de Posgrados en Educación. En esta ocasión se unieron las y los estudiantes de la Maestría en Educación (ME) y de la Maestría en Educación Básica (MEB).
Es grato ver cómo los estudiantes de posgrado se preparan para presentar sus avances de proyectos, los resultados de investigación o proyectos de intervención en entornos reales de trabajo y en el marco del actual curso de reforma educativa.
En esta ocasión se organizaron tres mesas de trabajo con la exposición, una persona de la institución que comentaba sus trabajos y alguna intervención de su director de tesis.
Este evento en específico sirve para valorar la importancia de cursar un programa de posgrado (independientemente de la institución y de los programas en específico); lo que sí se recomienda es que sea de instituciones públicas y de programas que gocen de cierto nivel de prestigio académico, y con ello evitar las instituciones patito que solo están ahí para vender los títulos, reconocimientos académicos o las opciones de instituciones privadas cuyo interés es el cobro por encima de todo.
En estos tiempos vivimos un fenómeno sintomático en donde, paradójicamente, desde la esfera oficial se prioriza la tendencia a la privatización de la atención de los servicios académicos y educativos dirigidos a docentes en servicio. Ese es un pésimo indicador, pero lo es.
En el caso de la UPN, institución a la que pertenezco orgullosamente, está abierta la convocatoria para cursar la MEB en cualquiera de las cinco unidades del estado (Guadalajara, Tlaquepaque, Zapopan, Ciudad Guzmán y Autlán).
La Maestría en Educación Básica es una propuesta formativa profesionalizante, cuya intención es mejorar la práctica de los profesionales de la educación a partir de la reflexión y del diseño de proyectos de intervención.
La ventaja de la MEB es que está vinculada con las problemáticas específicas de los niveles y las modalidades de la educación básica; se vincula con el proceso actual de reforma educativa (la NEM). La MEB dura dos años y la gran ventaja es que coloca en el centro de la profesionalización la práctica que realizan las y los docentes en contexto, pero no para buscar defectos, errores o imperfecciones, sino oportunidades para la mejora. Además, los ejes de formación están definidos en la teoría educativa, la metodología de la intervención y la problematización y construcción de una temática en específico que se detecta y se trabaja en contexto vinculada con la propuesta curricular actual.
Los usuarios del programa deberán realizar diagnósticos pedagógicos que sirvan de base para el diseño de un proyecto de acción o de intervención y que, a su vez, sirvan como pretexto para diseñar estrategias innovadoras que puedan ser recuperadas a través de narrativas o de expresiones infantiles o juveniles de los usuarios y que sirvan como evidencia de que las reformas educativas pueden ser mejoradas desde las propuestas concretas que realizan los docentes desde abajo. La convocatoria aún está abierta; al ser la UPN una institución pública, los costos son generosos. Lo importante es el capital pedagógico que adquieren los usuarios al comprometerse a estudiar un programa de maestría.
Me gustaría que este artículo fuera complementado por testimonios de los usuarios que han pasado por el programa y que reconocen la transformación en su práctica y la capacidad profesional y el reconocimiento por ser mejores educadores.
*Doctor en Educación. Profesor-investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com