El voto de las y los jóvenes en la contienda electoral 2024

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

La contienda electoral que se avizora concluye este 2 de junio con las votaciones, se está tornando especialmente ríspida, no tanto por la contienda en sí, sino más bien, por lo que se juega en ella. El grupo de candidatos, junto con los partidos políticos conservadores que eligieron a Xóchitl Gálvez como su representante o candidata a la presidencia, ella ha estado muy por debajo de una candidata a la presidencia con aspiraciones de ganar. Pareciera por todo lo que hace, tiene que ver con sus aspiraciones de perder.
Así las cosas, en esta elección nuevamente habrá personas (jóvenes todos) que asisten a votar por primera vez. No tengo datos duros por grupos de edad, pero pudiéramos dividir a la población de la siguiente manera:

• 18 a 24 años. Votarán por primera vez o ya lo hicieron en una ocasión. Se puede decir que aquí se concentra el 30% de la población nacional aproximadamente.
• 24 a 30 años. Siguen siendo jóvenes con muchas preguntas e incertidumbre política.
• 30 a 40 años. Ya votaron en varias ocasiones y les ha tocado votar en los tiempos de las transiciones políticas, también comienzan a tener experiencia en votar y en quien decide no votar. Representa de 10 al 15 por ciento de la población nacional.
• 40 a 60 años. Es un sector de edad, ya tiene experiencia en votar y en abstenerse en el voto, algunas de estas personas tal vez mantengan una cierta filmación política con algún partido u organización. En caso de que asistan a votar ya tienen decidido su voto, se puede decir que es un voto duro por la izquierda o por la derecha. Representan entre el 40 y el 50 por ciento de la población global.
• 60 hasta 100 o más. Éste es el sector maduro de la población, integrado por adultos y adultos mayores, aquí hay experiencia para votar, pero, de igual manera incredulidad y decepción, muchos han votado y jamás han visto reflejado un triunfo personal en las decisiones políticas finales, hay un desangelamiento natural, por saber que detrás de las elecciones existen los fraudes, la compra de votos, las elecciones amañadas, los madrugues y negociaciones en lo madruguetes. No existe confianza en el momento de votarse. Representa entre el 10 y 15 por ciento de la población global.

De todo lo anterior me interesa detenerme en el sector juvenil de la población, como ya dije, no cuento con datos duros, pero pudiéramos decir que entre el 20 y el 30 por ciento de la población se concentra ahí.
El voto juvenil es un voto altamente cargado de ingenuidad y de incredulidad. El voto en nuestro medio no es el voto como tal, es un escaparate a través del cual podemos mirar o darnos cuenta del nivel de politización, de formación cívica y de la capacidad de ser o no ciudadanos de este país.
La ciudadanización o la formación cívica tiene que ver con esa capacidad de dilucidar y decidir, no sobre la base de emitir un voto en una contienda electoral determinada como a la que asistiremos ahora, sino más bien, el poder dar cuenta que el sujeto está preparado o preparada para asumir un compromiso democrático en el momento de asistir a votar.
En distintas consultas que se han hecho nos damos cuenta que los sujetos jóvenes que acudirán a votar por primera o por segunda vez este 2 de junio, reconocen mayoritariamente que no tienen claro por quién votarán; y otra cosa también sobre la cual se cuestionan: también para qué votar. Existe una visión pragmática de la realidad política nacional, el votar o el no votar pasa a un segundo plano, obvio, antes está la formación cívica que se ha recibido desde los primeros años de la educación básica.
Ciudadanizarse o ser ciudadano tiene que ver con ese compromiso cívico de ser persona de un ente social y el vivir en sociedad implica aceptar el cúmulo de reglas y los compromisos sociales que implica todo ello.
De esta manera, ese segmento de población traducido en votos es quien decidirá las elecciones (en caso de que se encuentre en márgenes muy reducidos), el próximo 2 de junio y me refiero a todos los ámbitos federales y locales.
Los votos juveniles son muy volátiles, los chicos de este segmento de edad, lo único que tienen claro es que nada tienen claro, y aquí ya no juega (en caso de que asistan a votar), ni la ideología política, ni el programa de gobierno, ni siquiera el carisma de la candidata o el candidato en turno. No, nada de eso importa, lo que importa al final será una decisión que se tome al calor de la emotividad, de las influencias cercanas con amigos o familiares, o votarán por quien les lata y puede ser un voto hacia la extrema derecha como también hacia la izquierda moderada, es decir, votar o no votar ese no es el dilema.
Es importante terminar esta serie de ideas al reconocer que, en esta coyuntura electoral, es importante pensar en los jóvenes muy jóvenes en sus propuestas y en el tipo de país que ellas y ellos idealizan, ellas y ellos estarán mucho más tiempo en este mundo y merecen un buen trato social y político.
Al final, y ojalá podamos conocer las intenciones del voto por grupos estadios, incisiva por sectores sociales. Bueno, habría que ver cómo se van dando las cosas, por lo pronto, el voto juvenil es fundamental en esta coyuntura electoral.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com

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