El puente de la transición educativa. El punto cero de la realidad educativa local

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Vivimos tiempos de transición política y también educativa, (los políticos le llaman pomposamente ejercicio de entrega–recepción), pero en los hechos es un simple ejercicio de entrega de la estafeta, del gobierno que se va y que entrega al gobierno que llega. En este sentido se torna sugerente detenernos a pensar en: qué es lo que entrega el gobierno saliente y qué es lo que recibirá el gobierno entrante y, después de ello, cuáles son los compromisos que asumirá el gobierno nuevo.
El gobierno saliente deja en educación un clima de alta tensión, corrupción y mal uso de los recursos públicos en buena parte del sistema, un enojo colectivo por los malos manejos en muchas aéreas e incumplimiento de metas y tareas inconclusas. El gobierno saliente deja una cultura de desorden administrativo en la conducción del sistema, sin proyecto estratégico y con decisiones importantes tomadas a partir de caprichos, ocurrencias e improvisaciones. Gran parte de los componentes del sistema se sienten desgastados por un lado y desconcertados por el otro.
El gobierno saliente entrega la caricatura de un fetiche mal llamado “reforma educativa”, que sirvió como instrumento para agredir, para golpear al magisterio o como distractor para evadir la atención de los asuntos realmente importantes en educación.
El gobierno saliente deja un estilo muy pobre al conducir y administrar los asuntos educativos, a partir de anteponer el interés personal en la imagen, la obsesión por el oropel, el despilfarro de recursos en asuntos de cero importancia y un larguísimo etcétera.
¿Qué recibe el gobierno entrante? Recibe un sistema educativo, tensionado y convulsionado, con una larga lista de temas y asuntos inconclusos, con rezagos, adeudos y pérdida de la direccionalidad y la legitimidad en el sistema educativo estatal. El sistema se recibe con un alto nivel de inconformidad por sus principales actores y de incredulidad en las propuestas que surgen del aparato gubernamental.
Se recibe el jaloneo y el arribismo de muchos personajes que quieren treparse al tren del nuevo equipo gobernante (recuérdese que los oportunistas son internacionales) y aunque pueden ser de izquierda o de derecha, ellos y ellas tienen el dedo levantado para ser tomados en cuenta.
¿A qué se compromete en educación el gobierno entrante? Los compromisos como tales se desconocen, los anuncios y pronunciamientos de campaña sirvieron para ganar votos, ya cumplieron su misión y su papel de contribuir a ganar la gubernatura, ahora el nuevo grupo gobernante ha sido discreto (por no decir hermético) en no declarar ni personajes, ni compromisos con la educación y con la conducción del sistema.
El anuncio de refundar Jalisco (y también su educación), fue sólo una bandera ideológica, aun una educación refundada para la entidad ¿en qué se traduce?, ¿ cómo se vivirá en términos operativos?
El nuevo escenario para el nuevo equipo gobernante es que tiene una herencia muy desfavorable de los que se van y se vislumbra una relación muy tensa y distante con el gobierno del centro o de la federación.
Un elemento en contra del muevo gobierno (en su capítulo educativo) es la suma de tantos compromisos y tantos intereses que se tejieron en la campaña y la fase que le ha seguido. Hay muchos personajes que quieren dirigir, que quieren ser jefes, que quieren tomar el mando, distintas filiaciones y de diversas procedencias. La educación en Jalisco se tornará en un espacio que se presta al manoseo y a la improvisación. Esto será un elemento de continuidad entre los que se van y los que llegan.
Una propuesta educativa que se antoja pertinente es rescatar el federalismo, impulsar la política educativa local, pero con transparencia y honorabilidad (tarea que veo difícil), por tantos compromisos asumidos.
Por último, cabe decir, que en estos momentos vivimos en tierra de nadie en el punto cero de la educación pública en Jalisco, es decir, la pregunta que surge en este ejercicio de entrega-recepción es ¿continuidad o ruptura?

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. mipreynoso@yahoo.com.mx

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