El congreso del SNTE. La visión a futuro mirando el pasado
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
El SNTE es una de las organizaciones más autoritarias y anti-democráticas de la sociedad mexicana actual, el derecho a participar de cerca de 1 millón 300 mil trabajadores de la educación es pisoteado por una dirigencia, que todo lo tiene medido, arreglado, controlado… o mejor dicho casi todo.
La realización en Puerto Vallarta de lo que fue el VII Congreso Nacional Extraordinario, en la parte oculta del currículum tenía dos objetivos, muy claros:
1. Desmarcarse de la persecución legal, que invalidaba a Juan Díaz de la Torre como dirigente máximo de dicho organismo, a partir de los hilos y las piezas que comenzaba a mover Elba Esther Gordillo, su mentora.
2. Anunciar el potencial y la fuerza a todos los partidos políticos, para coquetear con el mejor postor. El SNTE siempre ha estado al lado del vencedor, le levanta la mano al presidente en turno fuera del PRI y en la supuesta alternancia del PAN. Hoy el escenario político no está nada claro, tanto el PRI como el PAN no tienen nada seguro, o mejor dicho lo único seguro es que perderán el gobierno y tal vez gran parte del poder del que han gozado y se han beneficiado a manos llenas en los últimos 80 años.
El SNTE realiza sus congresos no cuando se necesita sino cuando le conviene. El oportunismo político es también otra de sus identidades fundamentales. En la fase previa se llevaron a cabo asambleas delegaciones y por centro de trabajo para elegir delegados, es decir convidados de piedra, cuya voz y propuestas no valen, ante una inercia en donde todo ya está previamente cocinado. ¿para qué debatir algo que ya está acordado?
Los congresos de vía rápida están armados para seleccionar a los cercanos, a los incondicionales, ningún disidente ni siquiera de la línea institucional, mucho menos ligado con el Elbismo. Este congreso requería control absoluto de principio a fin y así pasó.
Hago un paréntesis para decir que el desplante de Elba Esther Gordillo, de pedir legalidad en el SNTE es una broma de mal gusto, ella fue el instrumento de una imposición ilegal para derrocar del SNTE en 1989 a su mentor Carlos Jonguitud Barrios y éste a su vez con pistola en mano tomó el edificio sindical el 22 de septiembre de 1972. ¿Qué hay detrás de todos estos recambios, movimientos y ajustes en el seno del sindicato más numeroso de América Latina? La sombra de una figura que está por encima de todas las instancias de la organización sindical: el presidente de la república en turno.
En el congreso del SNTE celebrado los primeros días de febrero en Puerto Vallarta, ¿fue Juan Díaz quien decidió continuar al frente de la organización por seis años más (seis años número mágico del poder en México), o fue el actual presidente quien le impuso esta tarea y esta medida, como parte de los acuerdos en lo oscurito y de las lealtades previamente acordadas? Por qué pregunto esto, porque en este ejercicio de proyectar para el futuro inmediato hay una pieza que no encaja en todo lo que el SNTE sabe controlar, ¿y qué va a pasar si Andrés Manuel López Obrador gana la presidencia de la república el 1º de julio? ¿Meterá a la cárcel a Juan Díaz y buscará la nueva fase en el SNTE con nueva dirigencia, pactarán y llegarán a un acuerdo negociado, o se dejarán arrastrar por un destino del cual no tienen el control?
Las veladoras en el SNTE se han agotado, antes le ponían uno a Dios y otra al diablo y siempre salían ganadores, pero hoy necesitan una tercera veladora que no tienen y no tendrán. Tal vez pronto tendremos una nueva casta de dirigentes en el SNTE, no se si esto será bueno para la democracia, aunque todo lo que cambia sirve para cambiar algo, ojalá que los cambios que están por venir sirvan para el bienestar de propios y extraños.
*Doctor en educación. Profesor-investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. mipreynoso@yahoo.com.mx
Tiene mucha razón Dr. Miguel es aberrante la forma en que se toman las decisiones al interior del SNTE pero es aún peor los peones que sin un ápice de dignidad se prestan a estas patrañas. Que bueno sería que a los que quedan los regresarán a sus lugares de trabajo, pero creo que ahí harían aun más daño, porque esos no son ni nunca serán Maestros. Esos son come miércoles…y repiten plato. Saludos
No cabe duda que se genera una pregunta válida y queda para esperar resultados que se desea sean para bien de la sociedad y la educación