Educación, ¿sin esperanza?

 en Miguel Bazdresch Parada

Miguel Bazdresch Parada*

Hace unos días murió Gustavo Esteva. Algunos extractos de su pensamiento los recogemos aquí para hacer memoria de su pensamiento y sus propuestas. Están tomadas de una entrevista realizada el 17 de julio de 2020 por la página web “Comunizar” que agrupa a una comunidad de colegas argentinos. Son muestras breves. Quien se interese en la entrevista completa puede ver http://comunizar.com.ar/una-conversacion-gustavo-esteva/
En aquel día se presentó así:

“Normalmente me presento como un activista de base y un intelectual público desprofesionalizado. Éstas son básicamente mis tarjetas de presentación. Colaboro en la Universidad de la Tierra en Oaxaca y en el Centro de Encuentros y Diálogos Interculturales y escribo regularmente mi columna en “La Jornada”, el periódico de México”.

En esta hora de urgencias para el país, para las instituciones y para la educación recordar algunos de los planteamientos y acciones de Esteva puede ayudar a la reflexión con la cual guiarnos en este proceloso mar en el cual se convierten, de pronto, las consideraciones diversas sobre sucesos, dichos, disputas y excesos de la vida institucional y la vida diaria del país. El proyecto de Universidad de la Tierra ayuda a repensar la acción educativa actual. Un extracto de la descripción de Esteva puede motivar esa reflexión:

“Fundamentalmente, nacimos por unas decisiones que tomaron el Foro Estatal Indígena de Oaxaca, de todos los pueblos indígenas que recuperaron la verdad histórica, de que la escuela ha sido el principal instrumento del Estado para destruir la condición indígena, para quitarles a los indios, lo indio. Y se preocuparon cuando después de cerrar escuelas pensaron qué hacer con sus jóvenes que sin ningún diploma no iban a poder continuar sus estudios y lo hicimos para que los jóvenes, los jóvenes indígenas, principalmente, puedan seguir estudiando aquello que les interesa y que no pueden aprender en su comunidad.”

La universidad de la Tierra no es un edificio, salones y asignaturas. Es aprender haciendo ahí en la comunidad que los demanda. Esteva lo dice así:

“Aprender haciendo significa que, en lugar de tratar de referirse a la lectura y a la enseñanza de arriba hacia abajo, todo aprendizaje se basa en la práctica de aquello que uno quiere hacer, lo que uno quiere aprender, con alguien que lo está haciendo y que lo sabe hacer. (…) Vamos solamente a las comunidades que nos invitan, (…) y ahí preguntamos qué es lo que la comunidad quiere aprender y aprendemos junto con ellos, con ellas, lo que ellos deciden que es interesante.

En este proceso, dice Esteva: “Nuestras tareas de exploración las llamamos “reflexión en acción” y estas tareas las hacemos todas y todos, no solamente algunos (…) no se distingue entre unos que sean los que piensan y otros que sean los pensados.” Personas como Gustavo Esteva impiden dudar de abrazar la esperanza en horas oscuras. Sus ideas pueden tildarse de radicales. Quizá sólo son pensadas y sentidas sin concesiones.

*Doctor en Filosofía de la educación. Profesor emérito del Instituto Superior de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). mbazdres@iteso.mx

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