Diagnóstico y tratamiento: Yatrogenia en la educación

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

El término yatrogenia se emplea en Medicina y en algunas áreas del campo Psi para referir a los efectos secundarios que puede traer consigo el tratamiento de una enfermedad, así como a un inapropiado diagnóstico realizado. De esta forma, puede ocurrir, por un lado, que un medicamento recetado o una intervención realizada pueden generar síntomas o daños más severos que los presentados por el paciente antes de ser asistido por un doctor o, por otro lado, en el campo Psi una persona puede sufrir un etiquetaje o afectar su autopercepción y reconocimiento social a partir de la inadecuada aplicación o interpretación de un instrumento diagnóstico, pudiendo clasificar a una persona con una inteligencia por debajo del promedio cuando el origen de la calificación reside en un mal manejo de los datos y no un desempeño mostrado.
En ambos ejemplos existe una responsabilidad que queda supeditada al código ético de cada una de las carreras referidas, lo que puede derivar en consecuencias para el profesional, pese a que se haya desenvuelto con las mejores intenciones y con base a sus conocimientos y preparación. Es difícil concebir que alguien pueda actuar con dolo y con la intención de perjudicar a alguien.
Lamentablemente no se pueden adjudicar responsabilidades a figuras políticas a pesar de que en su trabajo, que ellos consideran profesional, continuamente proponen alternativas de solución que generan consecuencias negativas o que realizan diagnósticos en donde se hace un manejo incompetente de la información, aunado a una tendencia a desacreditar y culpabilizar al docente de todos los problemas de la nación y a brindar discursos que parten de la ignorancia por falta de formación en aspectos educativos. Basta recordar que como una medida para atacar el rezago educativo, cuyo promedio de estudios se encuentra en segundo grado de secundaria, la opción brindada fue acreditar y aprobar a todos los alumnos, independientemente de sus habilidades y conocimientos, lo que ha propiciado su desinterés por aprender, su bajo o nulo compromiso con las escuelas y en un rendimiento académico pobre. O bien la malograda reforma educativa, la más importante del sexenio según nuestro mandatario, que sólo se centró, en un principio, en buscar evaluar a los maestros y que dejará un nuevo modelo educativo del que no existen garantías que podrá atender las enfermedades sociales que estamos padeciendo como el incremento de la delincuencia, la pobreza, la falta de trabajos estables y dignos, así como la corrupción. Se hacen malos diagnósticos y se identifican y se tratan síntomas, pero no buscan erradicar las enfermedades; estamos siendo testigos todos de una yatrogenia educativa, en donde el único afectado será, como siempre, el pueblo y nadie se responsabilizará ni tendrá sanciones por los efectos secundarios provocados.
Ante tal escenario, nos convendría más atender nuestros problemas con remedios caseros, desde los cuidados y protección que brinda el hogar, ahí tenemos que buscar la solución y no recibir la atención de alguien que sólo da placebos y que no le preocupa mantener la sociedad enferma. Es necesario cambiar de doctor ¿no?

*Maestro en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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