De burros y flautas

Jorge Valencia*

Fábula que de tan recurrida ya olvidó al fabulador, “el burro que tocó la flauta” actualiza la fenomenología de la chiripa.
Para nosotros no hay burro que carezca del talento sino flauta que se acople a la estética del rebuzno. Cuando se nasaliza el esfuerzo y se musicaliza el resultado, hasta Arjona es digno de una greguería.
La chiripa es una de nuestras costumbres. Nos permite justificar la eficiencia bajo la escatología evaluativa donde no existen exámenes remediales sino medios puntos merecidos por el proceso. Tanto como sea posible, el sentido de una vida se ajusta a las intenciones, no a los desenlaces. La flauta nos cae del cielo sin razón ni intención pretendida. Nomás así. Como la lluvia o como un pájaro muerto.
La libertad es una cosa que ni obliga ni se busca. Un barquito de papel corriente abajo. Flautas que brotan del misterio sin tierra ni semillas, sólo por brotar en pos de una nariz que la resople como el burro canónico. El sentido de nuestras vidas es fluir adonde sople el viento.
Caminamos con la cabeza baja para hallar monedas. La suerte es nuestra nodriza y deidad. A ella invocamos y recurrimos cuando la adversidad nos amenaza y siempre hay una balsa para cruzar el río como una solución. Vivir es una moneda al aire. Lotería sin boleto comprado. El que nace para tamal, dicen, del cielo le caen las hojas.
Los más organizados acuden a la academia para dar el tono. Los rebuznos son plegarias corales que se cantan con partitura y emociones educadas al interior de un aula.
Los demás aprenden de forma silvestre, a soplidos arbitrarios. Hasta darle el tono. La chiripa como sino y recurrencia nos conforma y define. Hijos de la suerte, nuestra vida es vegetal: de árboles y plantas, flora humana regada por la intemperie. No tenemos planes ni propósitos que guíen nuestros actos. Sólo nos abandonamos al impulso del otoño.
El burro tocó la flauta, pero la tocó como James Galway.
Chivas está en la final del futbol.

*Director académico del Colegio SuBiré. jvalenci@subire.mx