Cuando la lectura se tornó en la gran ausente

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Desde hace 30 años que ingresé a la Universidad Pedagógica Nacional, y como parte de la atención a docentes en servicio en algunos municipios y regiones del estado, pude percatarme de que un tema recurrente en problemáticas, en intenciones propuestas y alternativas educativas era (y sigue siendo), un asunto ligado con el proceso de lectura y escritura. Después (o tal vez) de manera paralela se realizaron las primeras ediciones de la FIL en Guadalajara, donde, una semana de cada año nos convertimos en la ciudad más culta a nivel mundial y, otro elemento que reconozco es el problema de lectura prevaleciente.
Cada vez leemos menos, ya que aún no hemos aprendido significativamente a leer diferente, al inicio dicha problemática estaba ligada a alumnos de preescolar y primaria, hoy, incluso, dicha problemática llega a la formación universitaria y hasta el posgrado. Puede decirse que los procesos de lectura y escritura son temáticas de las más estudiadas. Las aportaciones de Emilia Ferreiro y seguidores bajo el enfoque constructivistas, abrieron nuevos horizontes para entender el proceso de cómo se aprende a leer y también de cómo se deja de aprender.
Todo lo anterior se vincula con la edición 2021 de la FIL en nuestra ciudad, jóvenes e incluso niñas y niños después del receso debido a la pandemia viven por primera vez un escaparate cultural, que se torna en una jungla en donde hay de todo, aunque no se puede elegir más que muy poco.
No existen estudios contundentes ni tampoco especulativos que se acerquen a demostrar que la FIL nos ha hecho más cultos y mejores lectores, pero en términos simbólicos el acercamiento a los libros y al material impreso es un buen comienzo.
La lectura junto con otros muchos componentes de la tarea educativa se ha reconfigurado, el texto escrito ha sido desplazado por la imagen audiovisual, lo mismo por el meme o el emoticón, ya no se lee como se leía antes y la forma de leer en la actualidad nos ha traído problemas asociados a un desarrollo cognitivo y emocional deficiente.
¿Cuáles son los escenarios que están por venir con respecto a la lectura y al consumo cultural? Es obvio pensar que se requiere mantener el fomento a la lectura creativa y crítica que genere mediaciones para la exigencia cognitiva.
La SEP no solo debería distribuir libros de obsequio entre los amplios sectores de la población, también formas de recuperación y de discusión de que los textos han sido leídos. Leer nos hará libres, el problema es que requerimos una disposición nueva para esa búsqueda. Es correcto que leer nos hará libres, pero, ¿qué se requiere para obligarnos a leer? Ese es el dilema de este tercer milenio.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com

Comentarios
  • Gerardo Rangel Garcia.

    Excelente, la lectura y la escritura van de la mano con el desarrollo de muchas habilidades para la vida que no se están desarrollando.

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