Caifanes y Freire: el pensamiento crítico como necesidad

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

El reciente sábado se presentó en el Palacio de los Deportes la agrupación de rock Caifanes para brindar un concierto, ritual en palabras de Saúl su vocalista. El recinto estaba lleno, lo cual es totalmente destacable para una banda que se presentó por primera vez en ese recinto hace poco más de tres décadas.
Tocando grandes éxitos, algunos temas de Jaguares y un tema nuevo, Saúl, fiel a su estilo, no perdió oportunidad de abordar y señalar problemáticas sociales, proyectando un video interpretado por un colectivo de mujeres con un tema en alusión a los feminicidios y, a los pocos minutos, con la icónica rola Antes de que nos olviden, nombre homónimo de un documental sobre la fallida lucha contra el narco de Calderón por cierto, se hizo una recuperación y denuncia de las lamentables muertes de periodistas a manos de sicarios enviados por aquellos que no soportan la verdad. Estos mensajes nos hacen recordar que una de las funciones sociales del rock, en México y otras partes del mundo, ha sido precisamente de denuncia, de rebeldía y de una dura crítica social.
Y en esto de los recuerdos, se hace inevitable pensar en Paulo Freire y en unos de los fines que propuso como fundamental en la educación: el desarrollo del pensamiento crítico y la necesidad de hacer política, tanto aprendiz como docente, tomando como referente las realidades a las que cada uno se enfrenta; teniendo y detentando esta perspectiva didáctica, cada docente promueve la rebeldía, la curiosidad y el gusto por arriesgarse, no desde la irresponsabilidad, sino con un fuerte sentido social como señala el pedagogo en su libro Pedagogía de la autonomía.
Inevitablemente, incluso obligadamente, emerge otro libro en la memoria, Pedagogía del oprimido, obra de arte de la educación en el que se plantea la forma en que los opresores se valen de diferentes estrategias para contener y mantener donde quieren a los oprimidos, mostrando siempre una actitud que, en apariencia es generosa, pero en realidad es sólo una careta; el orden social injusto favorece que detenten esta falsa actitud.
Las palabras del caifán mayor sirven para atender y apoyar a grupos oprimidos de opresores históricos, como son los hombres violentos y la clase política. La pregunta obligada siendo éste un espacio educativo es ¿cuál es el papel que juega la escuela para defendernos de estos opresores? Su permanente presencia nos deja en claro que tanto la familia como la escuela, agentes educativos, no hemos podido dar solución a este problema social, así como también es claro que denunciar la situación en un concierto, pese a que se transmite un mensaje, no es suficiente.
Freire es uno de los autores más nombrados en los espacios educativos, pero difícilmente lo vemos en las aulas en realidad. Caifanes me hizo recordarlo y en cada salón el y la docente son la voz cantante, no olvidemos entonces que los oprimidos y la palabra crítica formen parte de nuestro concierto educativo cotidiano. Finalmente no sólo el rockero es rebelde, los docentes también diría Freire… sólo hace falta asumirlo ¿no?

*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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