Caifanes… por fin el reencuentro

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

No hablamos del grupo de rock mexicano, esperamos hablar un día de ese reencuentro, hablamos de los protagonistas de la película de 1967, Los Caifanes. En ella se muestran dos mundos sociales distintos y posibles para jóvenes adultos, basados en la clase económica, que, por una noche, por unas horas, pueden juntarse. Por un lado, tenemos a Paloma (Julissa) y al Ingeniero Jaime de Landa (Enrique Álvarez Félix), pareja perteneciente a una clase privilegiada; por otro lado, tenemos a el Estilos (Óscar Chávez), el Gato (Sergio Jiménez), el Mazacote (Eduardo López Rojas) y el Azteca (Ernesto Gómez Cruz).
El día lunes 8 de abril de 2024 murió el último caifán con vida, el Azteca, y esta vez nadie pudo salvarlo tal como pasó en la película: de mis soledades voy, de mis soledades vengo, porque para andar conmigo, me basta mi pensamiento, son las palabras de el Azteca antes de que se cerrara accidentalmente su ataúd, hoy ya no estaban los demás para ayudarlo. Hubiera sido el primero en morir, pero resultó ser el último; sin embargo, nuevamente están juntos para poder vivir nuevas aventuras y experiencias donde quiera que se encuentren.
Hoy, a más de 50 años de haberse realizado la película, podemos observar que, pese al intento por mostrar cierto realismo con relación a la forma de vivir de jóvenes de sectores de pobreza, había un deseo inconsciente, quiero pensar, por romantizar la precariedad económica durante la mayoría de la película, aunque el final es una cruda vuelta a la realidad.
Tal como en otras películas, Nosotros los pobres por ejemplo, se manda esta idea de que los jóvenes pobres son más felices y divertidos que las personas de sectores económicamente por encima de ellos. De la misma forma, también como en otras películas, Amarte duele por ejemplo, se abre la posibilidad de que un joven pobre pueda aspirar y competir por el amor de una mujer joven rica. Vemos también esta suerte de juegos en las que pueden burlarse de la muerte, de las leyes, de las reglas, y ser completamente impunes a recibir una sanción por sus acciones, lo cual es en ocasiones el ideal mal fundamentado de muchos adolescentes y jóvenes.
Sin embargo, los minutos finales son una vuelta al mundo real: el Estilos no recibe un beso de Paloma, pero sí un golpe de Jaime; el Ingeniero los ningunea de la manera más clasista posible, recordándoles que él es un profesionista y ellos ni nombre tienen; la noche termina, así como el sueño, en donde los mundos se separan, quedando todo en una posibilidad que difícilmente sería posible vivir.
Cada uno de los actores que representaron a Los Caifanes eran personas sumamente estudiosas, provenientes de la música, el teatro o el cine independiente, que lograron el pleno reconocimiento de sus exitosas carreras con los años: sus personajes pudieron trascender por las pantallas, pero sin una cámara enfrente difícilmente lograrían sobresalir o trascender socialmente.
Pero Los Caifanes son paradigmáticos de ese espíritu joven, con ímpetu, rebelde, atrevido, arrojado, arriesgado, valiente y con coraje para enfrentar sus circunstancias. Definitivamente, los Caifanes, hoy juntos otra vez, representan o representaron una etapa de nuestras vidas ¿o no? Ya tienen más noches para convivir, su historia continua…

*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

Escriba su búsqueda y presione ENTER para buscar