“Aprender a… callar”: una reforma y un modelo contra la libertad de expresión

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

La Reforma Educativa puesta en marcha por el PAN en el 2009 y “mejorada”, según ellos, con el Modelo propuesto por el PRI en este sexenio, nos han mostrado que enseñar y predicar con el ejemplo no debe ser considerada jamás una opción didáctica. Siempre se ha reconocido que algunas de las competencias que plantean y siguen ambas propuestas tienen, en lo ideal, elementos sumamente rescatable, pero en lo real, irónica y lamentablemente, el mismo gobierno se encargará de que no se puedan lograr. Son peligrosas políticamente.
Me explico, vamos a recuperar dos competencias: la primera de nivel Básico “Expresa su opinión y la fundamenta al conocer diferentes ideas, motivaciones y acciones de diversos actores históricos” y, la segunda de Medio Superior “Sustenta una postura personal sobre temas de interés y relevancia general, considerando otros puntos de vista de manera crítica y reflexiva”, con las que podríamos suponer que, implícitamente, se fomenta la libertad de expresión. Pero en un país como el nuestro deberíamos considerar seriamente la viabilidad del desarrollo de ambas competencias.
A partir del año 2010, en que empezarían a verse los productos de la implementación de la Reforma, han asesinado a 55 periodistas en México, 30 durante la gestión de Peña Nieto en el que resalta el año 2016, en el que hubo 12 muertes con lo que ocupamos el tercer lugar en el mundo, sólo por debajo y no lejos de Irak que tuvo 15 muertos y de Afganistán con 13, pese a que el entorno social de dichos países Asiáticos es, se supone, de una violencia mayor.
Es necesario rescatar también que entre 2010 y 2016 la Fiscalía Especial para la atención de Delitos cometidos contra la libertad de expresión abrió más de 800 averiguaciones en las que en el 99.7% de los casos nadie fue sancionado o señalado, lo que la convierte en una de las Fiscalías con menor productividad y resultados en la historia de nuestro país, empleando recursos económicos y plazas innecesarias que solamente se tienen para aparentar que se ataca el problema, pero sólo ha promovido y favorecido la impunidad y una cultura de miedo para anular las voces y las palabras escritas de aquellos que se han atrevido a denunciar o señalar actos de corrupción o criminalidad, en donde los gobiernos, municipal, estatal o federal, han sido responsables, cómplices o indiferentes.
En la página de la Fiscalía tienen un apartado llamado ¿Qué hacemos?, donde señalan que, como parte de sus funciones, promueven una cultura de prevención del delito, de respeto y difusión de los derechos relacionados con la libertad de expresión y el derecho a la información y que protegen la seguridad de los comunicadores y otorgar medidas cautelares o de protección, así como gestionarlas ante las autoridades locales competentes. Los hechos nos dicen que una cosa es lo que se dice y otra lo que se hace; la Fiscalía es un acto fallido y una mentira. Sin embargo, no se cuestiona su falta de resultados, ni se les evalúa o se les responsabiliza de lo que sucede en el país.
¿Cómo impacta esto en la educación? Es simple: los alumnos están aprendiendo que no se puede criticar, cuestionar o señalar ningún tipo de delito o fallas de nuestros gobernantes y que el silencio garantiza la vida, aunque fomente la impunidad y la compra de periodistas. También observamos que la elección de carreras profesionales vinculadas a medios de información o difusión, está generando miedo en las familias, por el temor de perder a uno de sus integrantes cuando denuncien, objetiva y éticamente, un hecho histórico que altere el orden social. Podría dejar de ser una opción.
Los valores y las actitudes solamente pueden enseñarse a través del ejemplo, no en una clase en el aula; tiene el Gobierno en este momento la posibilidad histórica de ser congruente por fin y hacer algo en pro de la libertad de expresión. Pero sabemos en las escuelas que eso no va a pasar.

*Maestro en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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