19 de septiembre

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

Hay fechas, independientes a todo tipo de festividad, que se tornan significativas porque quedan asociadas a momentos que cambian la experiencia y la vida de una persona; comúnmente es una experiencia particular que adquiere sentido en lo individual y que en ocasiones se puede compartir con personas cercanas a uno, sin embargo, el 19 de septiembre es un día significativo para la mayoría de los mexicanos.
En los temblores de 1985 y de 2017 tuvimos a gobiernos del PRI caracterizados por su falta de acción ante las desgracias, aunado a escenarios en los que la corrupción y la pobreza resaltaba por encima de otros factores. Aspectos que son necesarios profundizar.
El temblor del 85 nos vino a enseñar uno de los estragos que provoca la corrupción: la muerte de personas inocentes. La película “7:19” puso de relieve que infraestructuras débiles, construidas a base de sobornos, se derrumbaban fácilmente. No sólo cayeron edificios, también cayó la fe en el gobierno, así como su credibilidad.
Pero el temblor de 2017 trajo consigo la muestra clara de que en muchas ocasiones no se aprende del pasado. Pese a que se empezaron a tomar medidas preventivas, es lógico que el miedo ante una situación de riesgo no es algo que se pueda evitar. Sin embargo, ante lo que no se puede anticipar, lo que se debe planificar son los planes de acción ante las desgracias.
Al igual que en 1985, en 2017 fue nuevamente la sociedad civil la que puso la muestra de como actuar para ayudar a aquellos que caen en desgracia, en donde el papel que jugaron los jóvenes fue una grata sorpresa, ya que tendieron la mano mostrando valores y demostraron tener una causa: la vida social.
Lamentablemente hubo también situaciones lamentables que ocurrieron posterior al temblor: se hizo patente que nuevamente los pobres son quienes más tienden a perder sus patrimonios y que sus escuelas, con infraestructuras débiles igual que antes, también cayeron; pudimos observar como una televisora y el gobierno montaron un espectáculo apostándole a la desgracia para ganar rating, y desviar la atención, inventando el rescate en una escuela de una niña que nunca existió y de una dueña real que desapareció. Lo que sí existió fue el redescubrimiento de la pobreza en estados al sur del país; también observamos como los recursos que se obtuvieron de la sociedad en general y de otros países, se fue perdiendo en el camino y, a dos años del suceso, aún se encuentran muchas familias sin recibir el apoyo necesario.
Hemos sufrido dos grandes sacudidas y hemos visto que la sociedad civil mexicana siempre estará lista para ayudar a quien lo necesite. Sigue preocupando solamente el papel que juega el sector político, tanto en la prevención como en la respuesta que pueden dar. 19 de septiembre es una fecha y acontecimientos para reflexionar ¿estamos listos para enfrentar otro suceso de esta magnitud?, sé que algunos sí, pero espero que no vuelva a suceder.

*Maestro en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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