Claroscuros de la propuesta de reforma educativa a partir del 2022

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Aprendí de la Dra. Ofelia Ángeles una excelente curricóloga, que lo primero que debe de garantizar un re-diseño o un nuevo diseño curricular es la claridad de lo que se ofrece, tanto para los operarios como para los destinatarios o beneficiarios finales de la propuesta, programa educativo o curso determinado. Y después de la claridad de lo que se ofrece, viene lo correspondiente a los fines y beneficios educativos que se deprenden de dicho diseño.
Estos dos principios no los cumple o los cubre parcialmente la propuesta curricular 2022. Dicha propuesta está fuertemente impregnada de sesgos y reiteraciones ideológicas y también se alejan de darle claridad al propio diseño y a los fines que busca.
Todo mundo deberá recordar que al inicio del actual gobierno de la 4T (el cual ya está en su fase final), se tuvieron que hacen algunos cambios y modificaciones de fondo para corregir los excesos del gobierno anterior que impulsó “la mal llamada reforma educativa”.
El proyecto educativo, al cual se le denominó desde un inicio la Nueva Escuela Mexicana (NEM), realmente quedó atrapado en las discusiones, negociaciones y debate político. Es hasta la llegada de 2022 en donde aparece lo que se le denomina el Plan Curricular o la Propuesta Curricular 2022, ya no se habla de reforma educativa, ni siquiera del gran pacto o la alianza por la educación, simplemente todo queda en el Plan curricular 2022.
Dicha propuesta ya ha sido ampliamente discutida en los círculos académicos y de docentes, la cual deberá aplicarse a partir del próximo ciclo escolar 2023-2024; sin embargo, persisten las dudas, sobre todo, en el sector del magisterio. La nueva propuesta curricular habla de vincular los campos formativos con los ejes articuladores, se rige por algunos principios pedagógicos que son principios rectores y tiene una concreción al redefinir la tarea y el compromiso social de la escuela al vincular con la comunidad y rescatar el carácter educativo de la misma.
En el plano declarativo, la propuesta curricular se torna en un deseo legitimo para trascender y mejorar el servicio educativo que se ofrece a los millones de niñas, niños y jóvenes en nuestro país, incluso rompe y se contrapone con los principios pedagógicos de gobiernos anteriores, pero en el plano de la realidad cotidiana, la nueva propuesta traerá nuevas tensiones por la ausencia de claridad, sus ambigüedades e incluso algunas contradicciones programáticas.
Se habla de que esta propuesta ha sido producto de una gran consulta, pero no es así, las consultas sólo sirven como un recurso para la legitimidad política pero no más.
¿Qué pasará en el próximo ciclo escolar? Nadie lo sabe, pero habría que regresar a los fundamentos curriculares: a) claridad en lo que se ofrece y b) pertinencia en cuanto a los fines y lo que se aspira lograr con la misma.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com

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