Y lo volvieron a hacer
Adriana Piedad García Herrera*
No se sabe quién, pero se tiene una idea. Hace ya algunos años todo el acervo bibliográfico del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) desapareció de la red. En un instante, como suelen ser estas cosas, se esfumó, quedó como un recuerdo y algunos previsores conservaron distintos títulos, quizá adelantándose a un evento de esta naturaleza. La pérdida hasta nuestros días es irreparable, pero lo más grave es el mensaje que se envía con el hecho: sepultar una historia, borrarla del mapa, para que quizá en el mediano plazo nadie la recuerde.
El INEE tuvo una vasta producción editorial, se quiera reconocer o no, y configuró un episodio de la historia de la educación en México. La decisión de si eran materiales útiles, buenos, de calidad, importantes, la tomaron por nosotros; con un clic se decidió no sólo por las maestras y los maestros, sino por la sociedad entera: todo pasado que molesta, mejor borrarlo, y hoy lo vuelven a hacer.
De un plumazo, como decíamos en otros tiempos, eliminaron todos los materiales de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU). Parece que siguen ahí, pero al tratar de ingresar a las ligas nos dirigen a la conocida página “No se puede acceder a este sitio”. Que las instituciones se reestructuren se entiende, y si es para mejorar, hasta se justifica, pero desaparecer la producción completa de esos equipos de trabajo va más allá de mi entendimiento.
En mi generación íbamos a la biblioteca porque sabíamos que ahí íbamos a encontrar materiales que narraban la historia de la educación en nuestro país. Ahí estaba todo, lo útil, lo importante y hasta lo incómodo para algunos. Las reformas se conservaban y se reconstruían con las distintas lecturas que se hacían de esos materiales. ¿Será que hemos arribado a la distopía de Ray Bradbury, pero en bibliotecas virtuales?
Deberíamos, deberían también los responsables, tomar el ejemplo de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (CONALITEG), que logró colocar en línea el acervo histórico de libros de texto, desde su primera edición. Ahí nada se pierde, al contrario, se conserva, se actualiza y se difunde. ¿Por qué en lugar de borrar del mapa los materiales del INEE no se dispusieron en una página histórica para su consulta? Ese acervo no habría que digitalizarlo como los primeros LTG; ya se tenía la mitad del camino andado.
De la misma forma, estamos a buen tiempo de recuperar y poner a disposición la producción MEJOREDU, ahora que empieza a notarse su ausencia. No dejemos que esa historia sea borrada, como lo fue en su momento nuestro querido sitio http://rednormalista.ilce.edu.mx, en el que consultábamos todas las novedades del Programa para la Transformación y el Fortalecimiento Académico de las Escuelas Normales, y que con la llegada del plan 2012 desapareció.
Siempre estaremos a tiempo de recuperar nuestra historia, rescatando el rico acervo documental que es propiedad de todos y no solo de los que deciden borrarlo con un clic.
*Doctora en educación. Docente-investigadora de la Benemérita y Centenaria Escuela Normal de Jalisco. adrianapiedad.garcia@bycenj.edu.mx
Adriana parece que a alguien le molesta que conservemos la memoria pedagógica. Lo dices bien los materiales se pudieran colocar en un lugar histórico.
La Santa Inquisición llega a la SEP, quién gana borrando los accesos a esos materiales. No lo sé.
Lo que si se es que somos muchos los que perdemos Gracias por tu reflexión
Es el momento más oscuro en la educación básica porqué como buenos poosedores de la única verdad que proclaman corifeos políticos de un humanismo amaestrado, falso y de dogmas se destruye lo que construyó a lo largo de los años en educacion por los maestros y especialistas no los políticos sin memoria histórica no hay presente; ¿De dónde venimos ? ¿Qué se hizo bien? ¿Que se hizo mal ? ¿Dónde estamos? ¿Hacia dónde vamos? no frases huecas, hace falta una verdadera educación con saberes elementales, básicos, después de una Pandemia devastadora. Alumnos que no saben leer, escribir, operaciones básicas, ni reflexionar, no hay un diagnóstico real de la educación y no hay una memoria histórica, solo consignas Políticas huecas y demagogicas. Empiezan de cero destruyendo lo hecho por décadas, inventores del hilo negro podrido.
Saludos Adriana! No por nada se inventó el dicho “la historia la (re)escriben los vencedores”… y vaya que el actual grupo gobernante se siente, se asume y se proclama “vencedor”, así que la primera tarea es borrar del mapa las instituciones, las publicaciones y toda huella del pasado que pretenden sepultar, para que las nuevas generaciones crezcan creyendo que el mundo empezó con la “4T”…