Y entonces ¿para qué queremos el posgrado en educación?

 en Andrea Ramírez

Andrea Ramírez Barajas*

Leí con atención los discursos de los dos funcionarios (el sindical y el institucional), compartidos en este mismo espacio virtual, en el marco de la realización de lo que fue el Primer Foro de Posgrado (Guadalajara, 27 de enero de (2018), y me quedé con más dudas que certezas.
Primero. El posgrado en educación desde sus orígenes se gestó con la finalidad de formar cuadros de alto nivel para incorporarlos al sistema educativo oficial, se trataba (se decía a principios de la década de los noventa del siglo pasado), de formar investigadores, gestores y administradores con un alto nivel de calidad y para incorporarlos al sistema. Hasta ahora, el posgrado ha tenido un proceso galopante de clientelismo político y legitimidad sindical. Ni todos los egresados de los posgrados son profesionales de la educación que se valgan de la investigación para trabajar, ni tampoco para ser mejores profesionales de la educación. Entonces, ¿de qué se trata?
Segundo. El posgrado en educación se convirtió en una especie de paradigma o de dispositivo el cual tenía como tesis central que a mayor escolaridad mejor rendimiento académico, pero no hay datos duros y muy pocas investigaciones que nos ayuden a respaldar dichas tesis.
En la historia de nuestro entorno inmediato se generó un despliegue de algunas instituciones e instancias pensadas en brindar programas o propuestas de posgrado. Se crea el CIPS, el ISIDM y la MEIPE, las unidades de la UPN también ofrecieron programas de posgrado (maestría, doctorado y especializaciones), pero junto a todo ello, también se generó un galopante y desordenado despliegue de instituciones “patito” (y que tampoco han sido estudiadas), que a cambio de dinero (mucho o poco para quien autorizó) comenzaron a operar y ofertar programas de todo tipo, predominando los de mala y muy mala calidad académica. De esta manera tenemos doctores y maestros (me refiero al grado académico) egresados de estas instituciones, dichas instancias tuvieron la oportunidad pero también la capacidad de gestionar su registro y poder operar en el estado. En el interior del estado el fenómenos fue mucho peor al no contar con instancias oficiales que les otorgaran una opción formativa (válida, pertinente e inciso cómoda), llegaron estas instituciones y de manera voraz vendían, porque es mejor decirlo así y no decir que formaban a los maestros y maestras de dichos lugares.
Tercero. Lo que tenemos hoy en día en pleno tercer milenio, es un monstruo de mil cabezas, una oferta educativa con problemas serios en su regulación y una demanda dispersa y escéptica que no cree y tampoco sabe para qué le sirve estudiar en un programa de posgrado. Es obvio pensar que las instituciones y las personas que están al interior de las instancias de posgrado quieren sobrevivir o, como bien lo dice un comentarista permanente de este espacio, quieren esperar tranquilamente a que llegue el momento de su jubilación para retirarse en paz. No, el problema sigue y el problema es nuestro. Aunado a lo anterior, las nuevas reglas del trabajo docente (ingreso, promoción y permanencia) le dan muy poco valor a la formación académica rigurosa en programas de posgrado, ahí lo que vale o lo que más vale es pasar un confuso examen estandarizado que nunca ha sido piloteado y menos investigado para ser idóneo y garantizar la carrera académica y, ¿entonces para qué el posgrado?
Cuarto. El posgrado visto con seriedad es una alternativa viable para actualizar la agenda y generar nuevas e inéditas alternativas formativas. Por ejemplo, formar educadores especializadas que diseñen y operen propuestas en torno a la violencia escolar y hacia una mejor convivencia, educar en la perspectiva de género hoy ausente en todas las instituciones de nuestra entidad, educar de mejor manera a las y los adolescentes de educación secundaria y a los jóvenes de bachillerato a través de líneas de especialización en el posgrado y que sean capaces de arribar a mejores estilos docentes y, lo más importante, generar líneas de investigación para realizar estudios e investigaciones con perspectivas amplias, pero a partir de incorporar a los estudiantes del nuevo centro de posgrado, en la generación de datos y sistematización de estados del conocimiento en dichas perspectivas.
El posgrado en Jalisco deberá reconfigurarse bajo nuevas reglas y, que por favor, queden fuera de las instancias de gobierno las personas que desde hace muchos años se han beneficiado de estas instituciones sin producir conocimiento, gente que no investiga y que su único modus vivendi es la grila y hablarle al oido a funcionarios del orden oficial y sindical, aquellos y aquellas que lo mismo le ponen una vela a Dios y al diablo sin el menor rubor ideológico.
El siguiente paso es saber quién o quienes dirigirán a este nuevo centro y lo recomendable, desde mi visión de ver las cosas, es voltear a la academia porque la política ya nos mostró su cara en el tema de la elección de directores de escuelas Normales y el posgrado en 2013, que promocionaron personajes que están más por los huesos que por el compromiso en la mejora educativa y de la calidad de la oferta educativa jalisciense en educación.

*Doctora en educación y consultora independiente. andrearamirez1970@hotmail.com

Comentarios
  • MANOLO

    Nunca deje de seguir la ruta de los dineros La rentabilidad para grupos administradores docentes y estudiantado siempre fue un motivador central el acceso a mejores condiciones salariales esto funcionó más o menos cuando los créditos por asignaturas se premiaban con letras diferenciadas en carrera magisterial.
    A los docentes les significa y esto aun en la actualidad el incrementar las categorías para cobrar mas dinero sin necesariamente hacer gran cosa aparte de dar clases y mal dirigir trabajso recepcionales.o tesis. de la investigación ni hablemos… Sobre todo a los universitarios trabajar para el posgrado de la secretaría les reditua quincenalmente un sobresueldo para el cual no se requiere hacer labores de investigación de utilidad para la secretaría… y en algunos casos tranquilamente usar las instalaciones y los recursos de las instituciones para realizar sus tareas de la universidad. Inclusive las que demandaron de hacer investigación para mantener o promoverse en la universidad sin que esto se viera necesariamente reflejado en su labor docente, en la formación de estudiantes o en la integración de productos de investigación de utilidad para la secretaría. Al fin que el secretario no solicitaba, ni requería y mucho menos leía los productos de los trabajos de tesis derivados de la feria de vanidad llamados coloquios, o congresos.A quién le importa ¿cuál es su sentido? Siga el dinero y la respuesta será nítida Eso hicieron del posgrado.Esa gente será la mejor habilitada para plantear lo que debería ser el posgrado que la educación de Jalisco necesita… la verdad lo dudo

  • Ramón Escobar Tabera Carrillo

    Buen Análisis del desarrollo institucional del Postgrado en Educación y sus variantes en Jalisco.

  • Adriana Piedad García Herrera

    Un posgrado con un propósito claro. Ya basta de posgrados en todo y en nada.
    Excelente reflexión Andrea.

    • Manolo

      Comentario contra ISIdM?

    • Manolo

      Es este un comentario contra la burocracia de Isidm??

  • Miguel Angel Reynoso

    Estoy de acuerdo en la sugerencia de Manolo, seguir la ruta del dinero nos llevaría a darnos cuenta quiénes se beneficiaron con recursos provenientes de los usuarios y de cuánto fue el beneficio. Tengo el conocimiento de instituciones muy extrañaras (virtuales) que vendían constancias por tres mil pesos a cambio de puntos para carrera magisterial, ¿de ese dinero quién salía beneficiado?

    ¿Ese mismo se hizo con algunos posgrados? es cuestión -como dice- seguir la ruta del dinero.

  • Blanca Vargas Rodríguez

    …”El posgrado en Jalisco deberá reconfigurarse bajo nuevas reglas y, que por favor, queden fuera de las instancias de gobierno las personas que desde hace muchos años se han beneficiado de estas instituciones sin producir conocimiento, gente que no investiga y que su único modus vivendi es la grila y hablarle al oido a funcionarios del orden oficial y sindical, aquellos y aquellas que lo mismo le ponen una vela a Dios y al diablo sin el menor rubor ideológico. “…

    Totalmente de acuerdo contigo.
    Que los posgrados no sean utilizados como cotitos de poder que empoderan a mafiosos. El posgrado debe de recuperarse como un espacio para la investigación, la reflexión y la mejora en la calidad humana.
    Las autoridades deben fijarse bien en la calidad moral, ética y académica de las personas antes de ponerlas a dirigir o coordinar un programa de posgrado, una institución académica.

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