Y a los niños que los cuiden los abuelos…

 en Graciela Soto

Graciela Soto Martínez*

En esta Cuarta transformación ha llamado la atención la situación de las estancias y centros de desarrollo infantiles (CENDIS) y los apoyos o subsidios que se recibían por parte del gobierno, donde se menciona que se han encontrado diversos actos irregulares, que son llamados como corrupción y, por ello, se ha planteado el esquema de brindar un apoyo económico a los padres de familia para que ellos decidan quien les cuidará sus hijos mientras trabajan. Al parecer, las estancias o CENDIS, reportaban más alumnos de los que tenían, sus centros tenían niños fantasmas, esto con un claro interés económico.
Y es que en los últimos años muchas mujeres nos hemos incorporado al trabajo y requerimos quien nos apoye con nuestros hijos, además que se ha reconocido la importancia de la educación inicial y la estimulación temprana, por ello el auge de estos sitios, entre otros factores, por ello se ha incrementado el número de estancias y centros en los últimos años.
Existe preocupación con las palabras del secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, quien menciona: “se entregarán 1,600 pesos cada dos meses y serán los padres quienes decidan si el dinero se lo dan a una hermana, tía o a algún familiar por cuidar a sus hijos, o bien, darle los recursos a las estancias infantiles. “Será decisión de cada familia el manejo del apoyo” (fuente Animal Político, 7 de febrero de 2019) y es desde la presidencia de la República del actual gobierno que se menciona que no cuadran las cuentas de los apoyos brindados y el número de niños en estas estancias, al parecer la corrupción ha alcanzado estos espacios, por lo cual pretende que el apoyo que se entregue sea directo a los padres de familia (Conferencia matutina del 7 de febrero de 2019).
En este sentido, hay que preguntarse si han pensado en el bienestar de los niños y niñas, en lo que la ley plantea como “El interés superior de la niñez”, o si el tema deriva hacia otros asuntos. La Convención de los Derechos de los Niños que México ha suscrito señala en su artículo 3: “Los estados partes se comprometen a asegurar al niño la protección y cuidado que sean necesarios para su bienestar teniendo en cuenta los derechos y deberes de sus padres y tutores… así también se asegurarán que las instituciones, servicios y establecimientos encargados del cuidado y protección de los niños, cumplan las normas establecidas por las autoridades competentes… con una supervisión adecuada. Así también en la Ley General de los Derechos de niñas, niños y adolescentes se hacen explícitos estos derechos, sobre todo con el derecho que todos los niños tienen a la educación. No hay que olvidar que estos derechos tienen rango constitucional.
Se percibe que no se está tomando en cuenta la diversidad que existe en el país, es importante conocer el estado que guardan las estancias o los centros de desarrollo infantil, son espacios donde se están educando y formando nuestros niños pequeños, que no se mezcle una situación de administración financiera con los programas educativos que ahí puedan ofrecerse, esto me parece muy delicado. Los niños no sólo requieren de cuidados o entretenimiento como lo expresan algunas personas, se requiere de educación y esto es lo valioso de estas estancias infantiles donde el gobierno participaba con apoyos como parte de programas sociales.
Los abuelos, tías y familiares como personas que se pueden encargar del cuidado de un niño son tema aparte, con ellos hay otros vínculos, no se va evaluar aquí su formación y el tipo de educación que le brindan a un niño, pero se habla de estas opciones por lo cual hay que reflexionar antes de proponer esta encomienda, valoro enormemente que haya abuelos sanos que puedan hacerse cargo de sus nietos, con y sin apoyo económico, como lo han hecho durante décadas, tanto por amor a sus hijos como a sus nietos, pero no se confunda esto con una obligación.
Ellos están para disfrutar de su compañía y brindarles su sabiduría, pero no son los responsables para educar o guiar su desarrollo. La etapa de la vida o edad por la que pasan les va marcando la pauta de lo que pueden o no hacer con niños que están en constante crecimiento y demandan atención permanente. Quien tiene la fortuna de convivir y educarse cerca de un abuelo o de un familiar aproveche este regalo que le da la vida, sin embargo, no se puede recomendar que sea la opción educativa para muchos niños y niñas en circunstancias vulnerables.
Francesco Tonucci es un pedagogo italiano que ha documentado la relación educativa que existe entre un abuelo y su nieto, o entre un adulto mayor y un niño, el plantea que ambos se ayudan desde su particular condición, el adulto con un cúmulo de tiempo y sabiduría, el niño con su curiosidad e interés, ambos escuchan lo que el otro tiene que decir, valoran el tiempo de uno para el otro, se construye una reciprocidad afectiva emocional que fortalece a los dos, ha dedicado algunas de sus conferencias a aconsejar a los abuelos sobre como apoyar la educación de sus nietos, por ello se infiere que si van a plantearse formalmente desde un programa social como figuras educativas también requieren ser orientados en esta tarea.
Otro aspecto que ya se ha presentado ha sido el de las becas de programas tipo oportunidades o prospera que dependían de SEDESOL, las cuáles se daban a las familias como una ayuda social para quien tenía a sus hijos en la escuela, las cuales eran cobradas por los padres de familia pero el destino del dinero da mucho que pensar por las cosas que nos tocó ver, la mayor parte de las veces no eran enfocadas en los niños, los cuales se presentaban al aula sin materiales, mal vestidos y alimentados, y mucho menos brindaban ayuda a la escuela, por experiencia se conoce que estas familias atienden las necesidades de los adultos dejando de lado las necesidades de los niños, esta afirmación no se puede generalizar pero muchos maestros pueden dar testimonio de este tipo de conductas familiares. Por ello, considero, que de entregarse el dinero de manera directa a los padres éste sea verificado el uso de los recursos, comprobando que se dedique a los niños y niñas, a su cuidado y educación, ya que nos falta camino por recorrer en cuanto a valores, sabiduría y una cultura de la honestidad.
Las estancias infantiles tienen su negro acontecer con lo ocurrido en la Guardería ABC en Hermosillo, Sonora, y a partir de ello las regulaciones por protección civil son rigurosas para estos sitios en todo el país, por ello, se puede solicitar una evaluación tanto de la seguridad del lugar como del programa educativo que se les plantea y del recurso que puedan recibir en el caso que así sea. Tengamos cuidado de que el cuidado de los niños sea un negocio para alguien que no tiene claro los fines y propósitos de la atención a los niños. Aprendamos de la lección que un día tuvimos con este caso, no se deje a menores sin las protecciones necesarias.
Regular los programas sociales que brindan apoyos a quien lo necesita requiere una auditoría, lejos de cuestionar este hecho se aplaude, son los impuestos de todos, debe existir transparencia en el manejo de los recursos. Esto es ya una nueva historia, si están detectando estos actos urge no sólo la modificación de un programa social sino las denuncias y actuar de acuerdo con la ley, enfrentando las consecuencias de haber cometido un fraude.
A la Secretaría de Hacienda le tocan las funciones de verificar los recursos con los que cuenta y el destino de éstos, y en estrecha vinculación con la Secretaría del Bienestar, revisar los criterios para valorar las personas que requieren apoyo y hacer que se cumplan los derechos de los niños y los derechos humanos. Por ello, considero que no le corresponde estar haciendo recomendaciones de pedagogía o de educación. Tampoco hacer aseveraciones a priori como la de confiamos en los papás que harán lo mejor. Si se va a confiar hay que asegurarse que se está protegiendo a la población más sensible y vulnerable que, en este caso, son los niños y las niñas.
Este artículo hace un llamado a todos los involucrados a poner por encima de los intereses económicos y el cuidado de los recursos, a las niñas y niños pequeños que hoy necesitan la certeza de un espacio educativo, no están para que la sociedad este pensando a ver quién se hace cargo de ellos, un espacio (sea cual sea) donde se garantice su seguridad, la cual, además aplique un programa educativo adecuado a la etapa de desarrollo del niño, en conclusión, un espacio para crecer, jugar y ser feliz, sino protegemos a la infancia nuestro destino está en riesgo. Los niños y niñas no son futuro, son presente.

*Doctora en Educación. Jefa de Sector de Educación Preescolar en la SEJ. grace-soto@supervisores.sej.gob.mx

Comentarios
  • Arnol

    ¿Qué puede hacer una abuela a la cual le fueron dejados sus nietos a su cuidado y los padres de estos se desentienden aún y que son jóvenes y tienen la obligación del cuidado y manutención de ellos??
    ¿A dónde puede acudir en el estado de México?

    ¿En este caso puede denunciar abandono?

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