Vacaciones escolares

 en Verónica

Verónica Vázquez Escalante*

Definitiamente dentro del campo de la investigación, una de las bondades que se presentan y es totalmente válido, es optar por el ensayo y error. Esto quiere decir (grosso modo) que se puede valer de la observación para considerar empíricamente, una posible respuesta, es decir puede resultar lo que se espera o puede dar otro resultado pero tengo la obligación de observer detenidamente, con el ojo muy entrenado a entender cambios, posturas críticas y la total percepción de lo que influye en la situación a investigar para lograr los hallazgos y por consecuencia, las conclusiones tan cercanas a la realidad como sea posible.
El tema de las vacaciones escolares es uno de los puntos que el sistema escolar tiene como prioridad, pero le causa dolor de cabeza a muchas otras profesiones, o peor aun, a elementos claves que pertenecen al mismo campo de trabajo; pues es obvio que en el último lustro han aplicado el método de ensayo y error para darnos el permiso de gozar de aquello que por ley nos pertenece tanto a los docentes como al alumnado.
En realidad no es nada nuevo lo que aquí se esta comentando, aunque si es necesario hacer evidente el nefasto movimiento del calendario escolar en detrimento del imprescindible descanso a tan agobiada profesión.
Los docentes tienen que tomar miles de decisiones en el transcurso de una jornada laboral sencilla, es decir, un día normal de clases, esto es desde que entran al plantel, saludan, firman, van a su respectiva aula, ordenan espacios e infinidad de situaciones que se presentan, por mínimas que sean, deben ellos de decidir entre un constante “si” o “no”, hasta para permitirle a los docentes entrar o salir, es la decisión que el docente debe tomar. En realidad una interminable lista de obligaciones diarias que gradualmente desgastan a los sujetos involucrados.
Todo lo que se menciona debe de ir acompañado del desarrollo de competencias, desde luego la que ahora se anuncia con bombo y platillo aunque tenemos más de 10 años usando la misma: Aprender a Aprender, aunque hay mucho más que hacer.
Las transformaciones son válidas, importantes y necesarias, pero no es posible que se apliquen sin criterio, que el método de ensayo y error lo usen sin las bases de las que depende.
Lo cierto es que este ciclo escolar, entre los calendarios de 200 días, los de 185 y los que seguirán sugiriendo, nadie termina, los alumnos ya no quieren ir a la escuela porque en realidad ya no están cumpliendo programas, están desarrollando actividades que se consideran extras y a los docentes los tienen cautivos porque tampoco pueden irse de vacaciones. Tanto el descanso físico como el mental es necesario y, los estudiantes no son la excepción.

*Doctora en Ciencias de la Educación. Profesora de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad 145 Zapopan. veve30@hotmail.com

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