Un secretario que se va y otro que llega. Pero ¿de qué le sirve a la educación en México?

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Se va el ilustre anti-pedagogo Emilio Chuayffet. Formaba parte del deseo colectivo, no tuvo mejores recursos pedagógicos que los del golpeteo, la amenaza y la intimidación.
Emilio Chuayffet se va, lo fueron (como dijo un amigo), su ideario educativo fue la anti-pedagogía. Con un historial gris en su expediente: la matanza de Acteal, la pugna contra Elba Esther Gordillo, fajador hábil oficiante del juego sucio en la política. Deja la SEP y se va a la banca del equipo político del que forma parte, su compañero y jefe político del grupo al que pertenece, lo hace a un lado, no logró convencer con su propuesta de reforma educativa, no logró parar el descontento magisterial a la misma, su tarea como pedagogo-operador político ha concluido, ahora le toca a otro para que continúe con su obra iniciada en este sexenio.
El paso de Emilio Chuayffet por la SEP es más bien intrascendente, no hay, no existe ningún elemento que hable a su favor, algún aporte, alguna propuesta, alguna pieza discursiva… nada. Chuayffet se aferró a su proyecto de imponer por todos los medios una reforma inviable histórica y culturalmente para México. Así se le recordará.
Por otro lado, llama la atención que en este país el espacio de la atención y administración educativa sea atendido por políticos (por malos políticos), por admisntradores, por gente leal al presidente, por pensar más en la proyección política que en el desarrollo educacional.
No existe una racionalidad que se piense y se encarne en sujetos que conozcan de educación y que conozcan también como potenciar y garantizar el desarrollo educativo para todo México. No sólo se requiere ser buen académico, hábil gestor y excelente negociador, para desde el principal cargo educativo de este país, generar propuestas y proyectos de cara a la sociedad y sus necesidades.
Pareciera que este perfil no existe en Médico, y los pocos que lo tienen, no aceptan debido al poco margen de maniobra que se sabe existe dentro de los círculos políticos ligados al poder.
El actual rector de la UNAM José Narro, tiene un perfil idóneo al respecto, Juan Ramón de la Fuente ex rector de la misma casa de estudios, Tuirán, que ha sido sub-secretario de educación superior y que hoy es de media superior, es decir los cuadros destacados los mantienen en posiciones intermedias, ¿por qué? Por qué así opera el poder en México.
El nuevo secretario que ni su nombre recuerdo (que suple al que siempre se me olvidaba como se escribía su apellido) será continuador de la reforma que se pretenda imponerla transexenalmente. Los grandes titulares de la SEP de antaño y las grandes ideas pedagógicas de dichos secretarios deberán esperar para mejores tiempos.

*Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Guadalajara. [email protected]

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