Un gobierno que no Apprende

 en Luis Christian Velázquez Magallanes

Luis Christian Velázquez Magallanes*

 

La llegada de Pablo Lemus a la gubernatura del estado de Jalisco tuvo severos cuestionamientos. Los monitores en las diferentes casillas, durante y después del proceso electoral, dieron cuenta de cómo la jornada tuvo la intromisión del gobierno estatal por medio de prácticas correspondientes a esa vieja política que queremos superar, pero que, parece que los gobiernos en turno, quieren perpetuar. Por si fuera poco, el candidato naranja en su campaña realizó declaraciones que podían catalogarse como violencia de género. Las demandas y arbitrariedades, no faltaron.

Mientras se construían los argumentos y contraargumentos para invalidar o acreditar los datos emanados de la elección, observamos a un gobierno y a un candidato desesperados por posicionarse y legitimarse. En cada uno de los eventos organizados por la administración saliente, Pablo Lemus se presentaba como el seguro ganador y en sus discursos expresaba que, si bien continuaría con algunos aspectos de la administración a punto de concluir, habría otros que, por las circunstancias y una nueva lectura de la realidad, debían adecuarse. Sí, cómo no. Chango viejo no aprende nueva maroma.

La elección tuvo que definirse en las últimas instancias y, en el Supremo Tribunal Electoral, los jueces desestimaron las pruebas y dieron la constancia de mayoría al cuestionado Pablo Lemus.

El lugar común más trillado entre los políticos es la frase: fondo, es forma; se traduce como una invitación a cuidar, importando las circunstancias, todos los detalles en la toma de decisiones para evitar confusiones, rencillas o malas interpretaciones. Por esta razón, se creía que la entrante administración naranja tendría la oportunidad de conciliar y mejorar esas prácticas de arrogancia y autoritarismo del gobierno saliente. Pobre tonto, ingenuo, charlatán. A poco creían que éramos distintos, semos iguales.

La presentación de los chambelanes que acompañarían a Lemus en su administración avanzaba, pero faltaba uno muy importante: el nombramiento del secretario de Educación. En los pasillos se daba por sentada la continuidad de Juan Carlos Flores Miramontes, pero ¿a qué se debía la tardanza? Seguramente, el retraso se dio por las negociaciones, los acuerdos y la lectura de cartilla de lo que debía mostrar la nueva encomienda; ahora ya podemos decirlo, al estilo Jalisco. Pero, ¿y el proyecto de refundación?, ¿qué sería de Recrea con todo su oropel y parafernalia? Recrea, como proyecto educativo, se había presentado como el eje para la refundación de Jalisco. El proyecto prometía el renacimiento jalisciense para el 2040, no que se le daría carpetazo en el 2025. Y ahora, ¿qué hacemos con las plaquitas del autorreconocimiento y autoalabanza?

Triste el fenecer de Recrea; no hubo despedidas ni obituarios, su final se manifestó a partir de una actualización en la aplicación del sistema educativo: las inscripciones ahora se harían en Apprende. No se explicaron las razones del cambio, pero era más que obvio que los axiomas del discurso en la nueva administración buscaban marcar una separación en las formas, porque, aunque no parezca, a todos los actores políticos les preocupa cumplir a cabalidad su mandamiento de fondo es forma.

El problema es que, en la práctica, aunque discursivamente añoren desmarcarse, demuestran que son igual de autoritarios, arrogantes y contradictorios. Mientras usan todo el aparato de mercadotecnia y webinars para presentar sus protocolos de actuación para prevenir y atender casos de violencia y vulnerabilidad en las escuelas, los hechos son contundentes al mostrar su verdadera esencia. Mire, para muestra, un botón.

El 11 de febrero, usando de manera desmedida la fuerza del estado, miembros de la policía –sujetos con fusiles de asalto– ingresaron a la Escuela Normal Rural Miguel Hidalgo de Atequiza (ENRA) bajo el pretexto de recuperar autobuses y migrantes que habían sido privados de su libertad por estudiantes. Ante esa situación de vulnerabilidad y violencia provocada por el mismo Estado, ¿cómo se activa el protocolo para consignar un suceso que se ubica en la sección sujetos armados en un centro escolar?

En la irrupción de la policía estatal a la Normal de Atequiza, según los coloridos organizadores gráficos de los protocolos oficiales, ¿cuáles serían las medidas preventivas, las de intervención o respuesta ante el hecho y, sobre todo, las de denuncia?

Seamos claros, no existen elementos para justificar la reacción de la autoridad porque es desproporcional, autoritaria y con un total desconocimiento de lo que significa para el Estado mexicano la institucionalidad de las Normales Rurales. Las Normales Rurales son el máximo símbolo del ideal educativo del país; sus egresados tienen la misión de alfabetizar a todas las regiones a pesar de las circunstancias adversas.

En este sentido, ¿qué tipo de sociedad queremos construir cuando no entendemos y no mostramos empatía con las demandas de los grupos que denuncian injusticias? ¿Por qué el juicio de la mayoría se contamina con supuestos que muestran un desconocimiento de las circunstancias? “Claro joven, si se dedican a secuestrar camiones y a las personas que vienen ahí, no son estudiantes, son unos verdaderos delincuentes y, por tanto, merecen ser castigados”.

Quizá, hoy, deberíamos frenar y reflexionar sobre el tipo de sociedad que estamos modelando con nuestras elecciones, decisiones, apatías y silencios. La realidad exige que asumamos una actitud menos pasiva y más constructiva para mejorar nuestro ser y nuestras circunstancias.

 

*Licenciado en Filosofía. Profesor en la Escuela Secundaria General 59 “Francisco Márquez”. [email protected]

Comentarios
  • Rigel Ku
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    El artículo “Un gobierno que no apprende” deja en evidencia una de las fallas más graves en la administración pública: la incapacidad de aprender de la experiencia y corregir errores. Esta problemática se traduce en decisiones reiterativas, basadas más en discursos políticos que en evidencia objetiva, lo que perpetúa la ineficacia en la gestión gubernamental, particularmente en el ámbito educativo.

    La falta de evaluación y ajuste de políticas públicas demuestra que no basta con implementar programas o reformas si estos no responden a las necesidades reales de la población. La educación, como pilar del desarrollo social y económico, requiere un enfoque estratégico basado en la evidencia, el análisis crítico y la mejora continua. Sin estos elementos, cualquier intento de transformación carecerá de profundidad y eficacia.

    Un gobierno que no aprende, que ignora la crítica fundamentada y que persiste en errores estructurales, no solo fracasa en su gestión, sino que compromete el bienestar de generaciones enteras. La política educativa debe trascender los discursos ideológicos y fundamentarse en resultados tangibles que permitan construir un sistema verdaderamente equitativo y eficiente. De lo contrario, se perpetuará un modelo de gestión repetitivo, fallido e irresponsable.

  • Edith Galindo
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    En la política el común denominador es la ineptitud y el abuso del poder.
    Dirán que si no es el poder para “PODER hacer y deshacer a diestra y siniestra”.

    Desafortunadamente es un mal que no se puede erradicar. Y ¡Qué friega para los que sufren las consecuencias adversas de un mal gobierno!

  • Cady Sedano
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    Este artículo nos ofrece un claro ejemplo de cómo la corrupción y las fallas administrativas siguen estando profundamente arraigadas en nuestro sistema político. A pesar de los discursos de cambio y renovación que suelen acompañar a las nuevas administraciones, los hechos demuestran que muchas veces las autoridades continúan priorizando sus propios intereses por encima del bienestar colectivo. Además, el texto pone en evidencia cómo las autoridades, en lugar de actuar como servidores públicos al servicio del pueblo, utilizan su posición para mantenerse en el poder y proteger sus privilegios. Casos como la intervención desmedida en la Escuela Normal Rural de Atequiza reflejan un uso excesivo de la fuerza y una falta de comprensión de los verdaderos valores democráticos. Este artículo no solo habla sobre el gobierno si no que también habla respecto a la sociedad y del cómo nuestro papel como ciudadano es importante ya que para llegar a un ambiente justo se necesita de una sociedad equitativa, justa y más colectiva.

  • Johnny canales
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    Desgraciadamente es verdad, a Pablo le urgía tomar posesión para eliminar las cosas, me queda claro que esté es un gobierno que solo quiere recaudar, no le interesa la ecología, la educación y la seguridad, nos quiere vender esa absurda idea que la educación de Jalisco es la mejor, mejor para que? Pobres maestros mal pagados, sin armas para enfrentar la educación, ya sin autoridad porque para todo los quieren reportar, ni modo la gente se vendió por unos pesos y ahora a pagar las consecuencias, y tan claro es vean a los chamacos de hoy, todos vestidos igual, escuchando corridos tumbados y reguetón, eso sí desde su cama porque no quieren hacer nada., moraleja compraste naranjas agrias, ahora tomate el jugo 6 años

    • Oscar perez
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      Sin duda alguna siempre existirán fallas en el sistema y en la aplicación del mismo. El gobierno en turno ya sea a nivel nacional como estatal estará bajo el escrutinio y lupa de la sociedad por naturaleza propia esperando se resuelvan de faz todo lo mal hecho por el gobierno saliente, sin embargo por lo mencionado al principio algunos se detendrán en la parte negativa sin quitar el dedo del renglón.
      En fin soy un simple iluso que espera siempre lo mejor de su entorno y trato de ver siempre el vaso medio lleno sin dejar de reconocer los fallos pero también los aciertos realizados.

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