Transformaciones

 en Rodolfo Morán Quiroz

Luis Rodolfo Morán Quiroz

 

Hace unos veinte años impartí un curso en un doctorado interinstitucional en educación, “la transformación como objeto de estudio”, en donde discutimos diversos conceptos del cambio y la permanencia. Un tema central era el de cómo el aprendizaje constituye un proceso por el cual se transforman las personas, dado que aprender abre la posibilidad de nuevas realidades para los individuos, los grupos, las organizaciones, las sociedades y las épocas. Hay cambios graduales y cambios súbitos, cambios de larga duración y cambios de escaso alcance. Rara vez las transformaciones se dan de la noche a la mañana, como le sucedió al pobre Gregorio Samsa en la obra de Franz Kafka (1883-1924), La metamorfosis (1915), en alemán Die Verwandlung, traducido en ocasiones como La transformación. Hay cambios que suelen denominarse revoluciones, algunos reformas, otros más se consideran simples adaptaciones o actualizaciones. Muchas de las modificaciones en los estilos de vida individuales y sociales se asocian a rompimientos con el pasado y muchas otras pretenden regresar a lo que, suponen algunos, fue un pasado en el que se vivió como debería vivirse.

Como hemos escuchado, el actual presidente de la República Mexicana, denominó a su régimen (2018-2024) como “La Cuarta Transformación”, aludiendo a tres momentos transformadores en el transcurso de la historia de México. Misma que comenzaría con dejar atrás la condición de colonia del imperio español en una porción del continente americano. Sintéticamente, la denominada “4T” sería otra transformación radical, de época, que cambiaría muchas de las condiciones de vida de los habitantes de lo que fue la “Nueva España”, que contenía otros espacios con nombres “novedosos” que recuerdan los nombres de lugares en la península ibérica: Nueva Vizcaya, Nueva Galicia, además de otros nombres heredados como Guadalajara, León, Córdoba, Mérida, Durango, Guadalupe, además de las alusiones a personajes de la saga cristiana, como San Juan, Santa María, San José, Jesús María, por mencionar algunos.

Cabe señalar que cada una de esos cambios de época han sido narrados de maneras bastante simplificadas y hasta se han cambiado las intenciones originales de sus iniciadores.

Primera transformación: una lucha que no era, pues La idea era tener un gobierno del virrey mientras regresaba Fernando VII a gobernar España, invadida por Napoleón. Pero a los criollos que iniciaron la lucha para defender el régimen de Fernando VIII se les pasó la mano y, ya muerto Hidalgo y otros cabecillas, la lucha derivó en la generación de un gobierno de un territorio que se convirtió en otro país en mayo del 2021. (https://www.infobae.com/america/mexico/2022/09/15/el-objetivo-desconocido-de-miguel-hidalgo-que-detono-la-lucha-por-la-independencia-de-mexico/).

Segunda transformación: una Reforma anterior a la llegada de un reformista, que en realidad estuvo relacionada con los grandes poderes económicos europeos. La causa formal de la intervención francesa en México y de la imposición del Segundo Imperio fue la suspensión de pagos a Francia, España e Inglaterra, que el gobierno del liberal Benito Juárez (1806-1872) se vio obligado a anunciar después de la Guerra de los Tres Años, también llamada Guerra de Reforma (1858-1861), entre liberales y conservadores (https://revistas.juridicas.unam.mx/index.php/hechos-y-derechos/article/view/6731/8667). A su llegada, Fernando Maximiliano José María de Habsburgo-Lorena (1832-1867), invitado por los conservadores, se dieron cuenta de que resultó ser más liberal que los autodenominados liberales mexicanos, y el nuevo emperador procedió a reconocer la nacionalización y desamortización de los bienes del clero. Maximiliano mostró así su desacuerdo con la clase conservadora y del clero mexicano. Reconoció la legislación juarista e invitó a Benito Juárez a formar parte de su gobierno como Ministro de Justicia (invitación que el oaxaqueño rechazó); integró en su gabinete a liberales como a los constituyentes de 1856 Pedro Escudero y José María Cortés y Esparza. Ratificó las leyes que despojaban a la iglesia católica de sus bienes a pesar de la oposición del Vaticano y del obispo de México. No es que Juárez hubiera sido muy buen estratega, sino que las guerras en Europa acabaron por retirarle la protección al emperador mexicano, por lo que Juárez pudo derrotar a un vulnerable gobierno trasplantado y cuya cabeza había recibido una invitación de los propios mexicanos los que se tildó de “traidores”.

Tercera transformación: después de Porfirio vino un desmadre; por más que se critica a Porfirio Díaz por eternizarse en el poder, los años que duró la revolución no fueron en su totalidad para quitarlo de la presidencia, pues Díaz renunció a la presidencia y abandonó el país en mayo de 1911, murió en París, Francia, el 2 de julio de 1915. Y todavía la revolución siguió, en la historia oficial, entre 1910 y 1917 aunque, según algunos, en esa denominación debe incluirse la consolidación con Venustiano Carranza, en 1920. Según otros, las luchas hasta los años cuarenta, con el inicio del Instituto Mexicano del Seguro Social en 1943, serían la verdadera consolidación del “proyecto” revolucionario… (https://www.mexicodesconocido.com.mx/revolucion-mexicana-personajes-fechas-y-documentos.html). El caso es que esa tercera transformación tampoco resultó de un solo proyecto de nación, sino que se prolongó por las luchas intestinas y los asesinatos de líderes de diversas facciones regionales que buscaban la hegemonía nacional. Cabe recordar que durante los siete años que van de 1910 a 1917 se registraron entre millón y medio y tres y medio millones de muertes por lesiones de bala, pedrada, bayoneta, hambre y otras derivadas de las condiciones bélicas.

Cuarta transformación: un cambio que no se ha concretado. Para muchos de mis amigos, la transformación que prometió el hombre de Macuspana en realidad significó una “trastornación”. Hay quien responde que esa crítica y el uso de ese término la hacen desde sus privilegios de universitarios clasemedieros que se creen lo que les contaron los gobiernos priístas y panistas que redactaron los libros de historia con los que fueron educados. El hecho es que no se ha concretado la transformación y la candidata de una organización que lleva nombre de “movimiento” pero funciona como “partido” se presenta como la “continuidad en la transformación”, reconociendo que, la verdad es que todavía está en proceso la deseada transformación y que todavía no se logran los cambios que se esperaba sucederían en menos tiempo.

La historia de nuestro país no es la excepción en lo que se refiere a la idea de Fernand Braudel (1902-1985) de “ciclos de la historia”. Y ha sido afectada por su relación con acontecimientos globales como las posibilidades de navegación, la búsqueda y trasplantes de manos obra esclava, la difusión del cristianismo, la expulsión de poblaciones de otras latitudes, las posibilidades tecnológicas y de comunicación. Así, entre otros motivos para diversas transformaciones en años muy recientes, tenemos que la PANDEMIA de Covid-19 representó una transformación en las vidas humanas en el país y en el mundo. Trastornó y alteró nuestra vidas y coincidió durante algunos meses con la 4T. Durante esa pandemia se suscitaron “muertes en exceso” (2021) (https://www.eleconomista.com.mx/opinion/Mas-muertos-que-en-las-guerras-20210315-0038.html) que podrían sumarse a las muertes por otras causas. Además de las 600 a 800 mil por covid, en la 4T se han registrado 190 mil por homicidios y se habla de cuando menos 47 mil personas desaparecidas las que, desafortunadamente, se sumarán a los decesos (https://www.eleconomista.com.mx/politica/Suman-171085-homicidios-en-el-sexenio-de-AMLO-20240117-0008.html).

Así como el aspirante a la presidencia y ya una vez presidente de Estados Unidos, Donald Trump, evoca la memoria de Lincoln, el héroe Juárez es invocado por López Obrador, además de sus supuestas consultas a otros espíritus, al estilo de quien convocara a derrocar a Díaz, Francisco I Madero (1873-1913) (https://eldeforma.com/2021/03/11/amlo-porfirio-diaz-mencion-conferencia-mananera/).

En otras épocas de la política nacional se ha acudido a otros conceptos que reflejan las aspiraciones de cambio o que señalan que la gente ya está harta de determinados gobiernos o condiciones derivadas de políticas y legislaciones en el país. Así, se ha hablado de “alternancia”, “el cambio”, “el verdadero cambio” y se han señalado ideas para reducir las desigualdades entre los individuos de diversas clases sociales, con conceptos como “solidaridad”, “bienestar”, “renovación moral”. Aspiraciones de cambio que han sido más relativas que absolutas, como se ve en la enumeración de “transformaciones” de la historia del país. En la 4T, la noción de bienestar se ha convertido en parte de los programas públicos e incluso da nombre a una institución financiera de reciente creación. Así como otro López (Antonio López de Santa Anna, 1794-1876) cedió parte del territorio a Estados Unidos tras sus fallidas estrategias militares, a López Obrador (nacido en 1953) se le reclama que durante su gobierno se ha cedido una buena parte del territorio nacional a los narcotraficantes. Una de las razones por las que se le ha etiquetado como #narcopresidente, un mote que el mismo presidente se ha encargado de dar a conocer mientras acusa a los “bots” de la oposición de difundirlo (https://www.youtube.com/watch?v=rO1o53PqbP4).

A pocas semanas de decidir si seguimos, como dice la candidata de Morena “con la corrup…con el cambio”, conseguir información respecto a los logros de la 4T podrá ayudar a decidir el voto el dos de junio del 2024: seguir con Morena o volver con los partidos que existían antes y de donde han salido muchos de los actuales candidatos. Podríamos considerar lo que afirma AMLO en su libro de agradecimiento: entre otras afirmaciones deshiladas e inconexas: dejo el cargo y me retiro de la vida política tranquilo y satisfecho porque considero que ayudé, junto con muchos hombres y mujeres, a iniciar una etapa nueva en la vida pública de México; se sentaron las bases y se avanzó mucho en llevar a la práctica los postulados de la nueva política denominada Humanismo Mexicano (…) se reconoció a los de abajo, a los del México profundo, que permanecían olvidados y humillados; se dejó de manifiesto que el modelo neoliberal o neoporfirista, sólo beneficia a una minoría y es completamente inviable para conseguir la felicidad de las mayorías… (¡Gracias!, 2024: p. 547).

En esta época electoral de final del sexenio, los diversos candidatos se acusan mutuamente de corrupción y aparecen múltiples declaraciones, en debates y medios de comunicación de que quienes defienden determinadas propuestas partidistas en realidad son oportunistas que han cambiado de partido para enriquecerse en vez de resolver los problemas de su entorno. En las “transformaciones del país se han extinguido partidos, organizaciones y movimientos (PDM, PSUM, PCM, PARM, Nueva Alianza) o vigentes (PAN, PRD, PRI, PVerde, PT, MC). En realidad, muchos “morenistas” provienen de partidos de otros tiempos. Lo que ha llevado a los cuestionamientos de “revolucionarios” o “autenticidad”.

Lo que podemos observar es que las elecciones del 2 de junio de 2024 medirán la capacidad de creer en las visiones políticas híbridas actualmente vigentes. Como reza la expresión del filósofo danés Soren Kierkegaard (1813-1855), los votantes realizarán un “salto de fe” que no siempre carece de angustia al realizarse: las evidencias empíricas e históricas, actuales y del pasado, serán interpretadas y cristalizadas en las boletas en buena parte con los ojos cerrados. Los ciudadanos que voten trazarán una “X” con los ojos (casi) cerrados, para pronunciarse hacia algo improbable pero que desean cordialmente.

Cabe observar que en 2024 cerca de la mitad de la población mundial, 49% según los cálculos de la AFP, vive en países donde se celebrarán elecciones (https://expansion.mx/mundo/2023/12/26/elecciones-presidenciales-en-el-mundo-2024). A saber habrá o hubo recientemente elecciones en Estados Unidos, México, Venezuela, Panamá, República Dominicana, Brasil (El Salvador celebró elecciones en febrero y ganó otra vez Bukele, tras una “ligera modificación” legal); en Senegal se celebraron elecciones en marzo y ahora ese país tiene al presidente más joven del continente africano (https://es.euronews.com/2024/04/03/en-senegal-el-presidente-mas-joven-de-africa-promete-un-cambio-sistemico). La India e Irán en Asia, además de Rusia, también tienen eleciones. A pesar del conflicto con Ucrania con el pretexto de haberse unido a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN); este año también ha sido o será ocasión de elecciones generales o locales en Alemania, Bélgica, Bulgaria, Croacia, Chipre, República Checa. Dinamarca, España, Estonia. Finlandia, Francia, Georgia, Grecia, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, Rumania, San Marino y Suecia. Finalmente, hay quien expresa su preocupación por el hecho de que la transformación tecnológica puede influir en las elecciones en el mundo (https://youtu.be/PPMb_rrej5c?si=1KOIEQAGECt9_W_1). En México se han señalado, en ese orden de cosas, las granjas de bots de izquierda y de derecha, que se suman a las acusaciones entre candidatos. Lo que podemos resaltar es que los partidos y los grupos políticos o clientelares pueden funcionar como cultos o sectas.

Afirma Eva Ilouz: la pérdida de privilegios parece ser una motivación clave para apoyar a líderes antidemocráticos. En las elecciones de 2016, el apoyo a Donald Trump fue mayor entre los grupos con ingresos altos y medios. Las personas con salarios muy bajos eran más propensas a ponerse del lado de Hillary Clinton. El deseo de mantener el privilegio o el miedo a perderlo es, como sugiere Adorno, una fuerza motriz de la política en general y de la política fascista en particular.

Aquí un extracto del libro de Eva Illouz: la vida emocional del populismo: (https://nuso.org/articulo/310-fascismo-democracia-gusano-en-la-manzana/).

Un crítico mexicano expresa sus inquietudes antes de la presentación de su libro (https://youtu.be/yWlAeBSD06Y?si=4QHT6dnJLyL6Tjot). El costo de una locura, por Hugo Hiriart. Mientras que en el mundo se reconoce que en el “corto siglo XX”, se suscitaron transformaciones políticas asociadas a cambios políticos entre la dictadura y la democracia (https://www.bundesstiftung-aufarbeitung.de/sites/default/files/uploads/files/2019-11/faulenbach-demokratien_diktaturen.pdf), lo que refuerza el argumento desarrollado por el sociólogo sueco Göran Therborn de la ciclicidad económica, con momentos de “ecualización” frente a desigualdad, que suele suscitarse por cambios políticos de izquierda y derecha.

Promete AMLO en el libro mencionado arriba: “Ofrezco a mis adversarios sinceras disculpas; nunca pensé en hacerle daño a ninguna persona y me retiro sin odiar a nadie. Espero que comprendan que, si me expresé con dureza y radicalismo, lo hice siempre con el fin de alcanzar la bella utopía, el sublime ideal del amor al prójimo. A finales de septiembre me jubilaré y no volveré a participar en nada público”.

Ya veremos si a AMLO le dará por participar en alguna transformación “privada” asociada a la política del país…

 

*Doctor en Ciencias Sociales. Profesor del departamento de sociología. Universidad de Guadalajara. rmoranq@gmail.com

Comentarios
  • Eva

    Mente reduccionista, positivista, te falta conocer esos movimientos, tu hablas desde tu condición de privilegiado siempre descalificas al presidente e igniras sus obras. No es raro en ti, eh

  • Reyna Méndez

    Yo creo que afirmaciones deshiladas e inconexas son las suyas, y el tener un doctorado en sociología no le da autoridad para hacer tales señalamientos doctor sabelotodo.

    • Rodolfo morán

      Gracias por leer. Saludos

    • Rodolfo morán

      Gracias por su lectura y retroalimentación

  • ROBERTO MORAN QUIROZ

    Creo que leí un artículo diferente del que comentaron Reyna Méndez y Eva.
    En ninguna parte vi que el autor haya descalificado al Presidente. Y no entiendo por qué hay que hablar de las obras del primer mandatario en lugar de “ignirarlas”.
    Hasta donde yo sé, no se puede hablar de todo en un artículo, así que no veo por qué el autor tendría que demostrar un conocimiento enciclopédico sobre las diferentes transformaciones que ha vivido el país.
    No veo tampoco que el autor haya hecho algún señalamiento para el que se necesite una autoridad extraordinaria. Me gustaría que Reyna Méndez nos explicara qué credenciales se necesitan para citar las palabras del señor presidente y para hacer un breve resumen de las transformaciones que ha vivido el país.
    Me imaginaba que bastaba ser ciudadano para opinar de la cosa pública, pero ya veo que se necesita tener una licencia especial. Ojalá que en su explicación, Reyna Méndez no escriba como Yoda.
    Sospecho que estas dos personas vinieron aquí con ganas de insultar. Si son universitarias, qué lástima que no hayan entendido el artículo (bueno, a la mejor no lo entendí yo) y que rebajen el debate a decirle al otro que es reduccionista, positivista y sabelotodo. Yo tengo la tentación de llamarlas maoístas, pero a juzgar por lo que escriben, lo van a considerar un elogio.
    Sí me da pena que Eva no viva en una condición de privilegiada, que le permitiría saber dónde se ponen las comas y que los pronombres se acentúan, para diferenciarlos de los artículos.

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