Trabajar imprevistos

 en Carlos Espadas

Carlos Arturo Espadas Interián*

Dentro del ejercicio de la docencia, poco a poco ha ido cobrando fuerza la planeación, se busca con ello prever escenarios, construir opciones, rúbricas y demás que den certezas no sólo al profesor, sino también a los estudiantes, directivos, supervisores y a otras figuras que tienen que ver con este ejercicio.
Este proceso de planeación exige fijarse en una parte principal: los cómo, es decir, las formas, los métodos, tiempos, organización, estrategias, materiales y recursos. Por supuesto, no olvida los qué, es decir, los contenidos, conceptos, teorías y otros aspectos fundamentales que se encuentran en los programas indicativos.
Sin embargo, hay una cuestión que circunscribe actualmente al ejercicio de la docencia, las exigencias de la incorporación de los apoyos tecnológicos y con ello aumentar la importancia de los cómo.
Se puede decir que hoy más que nunca el debate teórico, filosófico y reflexivo entre los cómo y los qué cobra nueva importancia, sobre todo porque cada uno de estos dos elementos del binomio tiene un lugar especial en un momento histórico-cultural específico y en un marco de luchas de poder-sometimiento.
Es decir, el ejercicio de la docencia posee implicaciones de configuración del pensamiento y del espíritu humano y con ello repercute directamente en las estructuras de dominación que se concretan en el lenguaje, las actitudes, las formas entender y actuar en el mundo.
Así, la planeación se recubre de elementos que permiten hablar de una metaplaneación o incluso de una planeación filtrada y oculta que tiene lugar en la docencia. Así, la tendencia hacia el control de las situaciones y escenarios, posee una parte de incertidumbre que permanece imponderable no solo en función de la dominación-liberación, sino también en la dinámica propiamente humana.
Esas fibras íntimas de lo humano permite espacios en donde el profesor tiene que ser improvisador, hacer uso de lo que tiene a la mano en ese momento irrepetible, sea al construir un discurso, orientación o condición o incluso al momento mismo de elegir y presentar un contenido.
Estos imponderables conforman los imprevistos y con ellos la posibilidad que la educación siga considerándose como arte, por la creatividad en la aplicación que construya hombres y mujeres para una sociedad mejor, más humana y con ello justa, respetuosa y todas aquellas características que son comunes a lo más valioso de nuestra especie.

*Profesor–investigador de la Universidad Pedagógica Nacional Unidad 113 de León, Gto. cespadas1812@gmail.com

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