Tipos ideales de la docencia: variantes de la profesión de educar

 en Rodolfo Morán Quiroz

Luis Rodolfo Morán Quiroz*

Cada mayo celebramos en México la vocación de enseñar a otras personas. Desde distintos niveles educativos recibimos noticias de cómo se negociaron nuevas condiciones laborales o posibles aumentos de salario para conmemorar esta fecha. El día del maestro comenzó a celebrarse en 1917 por decreto de Venustiano Carranza. Se eligió esa fecha porque la fiesta de quien consagró su vida a la formación de maestros, San Juan Bautista de la Salle (1651-1719) coincidía con el quincuagésimo aniversario de la toma de Querétaro por el ejército republicano (1867), suceso con el que se concretó la caída del segundo imperio mexicano.
Para quienes nos desempeñamos en la docencia dentro de las ciencias sociales, este llamado a enseñar tiene ecos en dos textos clásicos del sociólogo Max Weber (1864-1920) acerca de la política y la ciencia como vocación. En otros textos, ese mismo autor propone que la reflexión teórica en ciencias sociales puede beneficiarse de abstracciones que él denominó “tipos ideales”. Los más conocidos tipos ideales de Weber refieren a las formas de dominación (carismática, racional-burocrática y tradicional), que podrían aplicarse tanto a las formas de actuar en política como a la organización de la actividad religiosa o a la actividad económica.
En memes, infografías, textos, tesis y conferencias encontramos múltiples taxonomías acerca de lo que es o debería ser la actividad de enseñar a estudiantes que también resultan clasificables desde algún conjunto de criterios. Sin embargo, como ya describieron autores como Borges, Kierkegaard y Cortázar, las taxonomías suelen tener sus bemoles y a veces hay especímenes de docentes o de estudiantes (y de muchas otras cosas), que no se ajustan a las categorías imaginadas por quienes intentan establecer conjuntos cuyos elementos resulten específicos de una sola categoría. Como también sabemos, hay algunos especímenes que representan un reto para quienes los quieren meter en cajas, cajones, o divisiones dentro de ellas. Así, la taxonomía que Jorge Luis Borges (1899-1986) “cita” a partir de una supuesta enciclopedia china, propone: los animales se dividen en: “a) pertenecientes al Emperador, b) embalsamados, c) amaestrados, d) lechones, e) sirenas, f) fabulosos, g) perros sueltos, h) incluidos en esta clasificación, i) que se agitan como locos, j) innumerables, k) dibujados con un pincel finísimo de pelo de camello, l) etcétera, m) que acaban de romper el jarrón, n) que de lejos parecen moscas.” (Citado aquí: https://www.bbvaopenmind.com/ciencia/biociencias/zoologia-fantastica-de-borges-imaginacion-y-ciencia/#:~:text=En%20ella%2C%20los%20animales%20se,l). Para Søren Kierkegaard (1813-1855), la libertad es la dialéctica de dos categorías: de lo posible y de lo necesario, lo que conlleva el problema de las paradojas y la desesperación (aquí: https://web.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/Kierkegard%20Tratado%20de%20la%20desesperación.pdf) Según Julio Cortázar (1914-1984), las personas pueden ser cronopios, famas o esperanzas, aunque las subcategorías dentro de cada una de esas categorías acaban por derivar en una complicada espiral de posibilidades que, aunque agotadoras, no agotan la realidad (aquí: https://web.seducoahuila.gob.mx/biblioweb/upload/Kierkegard%20Tratado%20de%20la%20desesperación.pdf).
En las siguientes líneas propongo unos “tipos ideales” que no necesariamente corresponden con instancias históricamente existentes, pero que nos permiten reflexionar en torno a cómo los docentes, entre otras cosas, nos hemos adaptado a las tecnologías vigentes en diferentes épocas y las diferentes concepciones acerca de cómo enseñar y promover el aprendizaje. Si bien es cierto que mucha de la actividad docente la realizamos sin buscar algún fundamento teórico que nos hable de la probabilidad de que se produzcan aprendizajes de relativa larga duración en los estudiantes, es posible generar una especie de tipología que enmarque prácticas pasadas y actuales que, en muchas ocasiones, conviven en las mismas escuelas e incluso dentro de los mismos docentes, dependiendo de variables como la asignatura, el marco normativo institucional, la formación de cada docente e incluso la cantidad de años ejerciendo este oficio de promover que otras personas aprendan. Consciente de que esta tipología no es exhaustiva y de que pueden existir traslapes entre los diferentes tipos aquí planteado, propongo estos tipos ideales. Aclaro que el término “ideales” no significa que las características y prácticas sean “las mejores” o “las más deseables”, sino que son abstracciones, es decir “ideas” que habría que revisar si efectivamente existen personas que las encarnen, la incorporen o las interpreten en la realidad. Aventuro, entonces:

Tipo ideal de los docentes literales:
El docente de este tipo tiende a transmitir la información como la encuentra en los libros consagrados de la asignatura que imparte. Si es posible, desde una visión didáctica que aprendió en sus cursos de pedagogía o en los cursos que él o ella recibieron durante su formación en alguna disciplina y en la práctica de la enseñanza;

Tipo ideal de los docentes actualizados:
No sólo adoptan los libros y las prácticas más recientes, sino que hacen todo lo posible por estar al día en las tecnologías aplicadas a la enseñanza y al aprendizaje. Se asegurarán de conseguir los más recientes aparatos (a los que suelen conocer como “gadgets”), ya sea del gis más compacto, los marcadores de agua y los pintarrones electrónicos de última generación, los sistemas de comunicación por internet más recientes y actualizados antes de cada sesión;

Tipo ideal de los docentes tradicionales:
Se preocupan por estar a tiempo en su aula y conocer por su nombre a cada estudiante, cumplir con firmar las listas, asistir a todas las juntas (aunque ya sepan que la de hoy es igual a la de ayer), presentar todos los documentos y revisar todos los detalles de los trabajos escritos o las mecanizaciones que le hacen llegar sus estudiantes;

Tipo ideal de los docentes al aire libre:
Suelen andar despeinados, vestidos según el clima, aunque a veces un poco descobijados o con demasiadas capas para el calor de mayo. Su práctica docente enfatiza las visitas a parques, museos, calles, observaciones de procesos reales y platicar con la gente en lo que suelen llamar prácticas “de campo”, aunque sean “urbanas”. Junto a los docentes del tipo militante, utilizan las marchas, mítines y hasta las manifestaciones artísticas polémicas como oportunidades de aprendizaje y análisis;

Tipo ideal de los docentes represivos:
Rara vez preguntan a los estudiantes qué es lo que quieren saber sobre la asignatura, la disciplina o la profesión y se inclinan a imponer tareas y trabajos que asignan con la frase: “lo que quiero que hagan es…”. Están convencidos de que su asignatura es la más importante de su disciplina y los estudiantes que no la manejen son unos completos fracasos en la profesión;

Tipo ideal de los docentes liberales:
Son docentes que están convencidos de que los estudiantes no los necesitan realmente y limitan su papel a sugerir algunas actividades de aprendizaje para la asignatura que tienen la fortuna de facilitar y de la que aprenden tanto gracias a los estudiantes. Suelen pensar que el aprendizaje es responsabilidad de cada estudiantes y que quien esté interesado realizará tareas excelentes, y quien curse la asignatura solo por trámite presentará cualquier cosa con tal de dejar relativamente contentos a los docentes.

Tipo ideal de los docentes militantes:
Algunos de estos docentes están convencidos de que existe algún partido que representa las luchas con las que simpatizan y se afilian a él. Muchos más de los docentes incluidos en este tipo son militantes en diversas luchas, aunque no tengan colores partidistas. Militan simultáneamente en luchas y organizaciones diversas, que representan convicciones religiosas, liberadoras, controladoras u otras que surjan a lo largo de su vida. Algunos son conscientes de las contradicciones entre sus múltiples militancias y convicciones, aunque otros no logran hacerlas explícitas a sus estudiantes.

¿Puedes identificarte con alguno de estos tipos ideales? ¿Observas algunos tipos ideales que no haya enumerado y descrito? ¿Cuáles de estos tipos se relacionan con tus profesoras y profesores a lo largo de tu formación básica, media o superior? ¿Cuáles tipos crees conveniente promover en la formación o capacitación de los docentes que se harán cargo de las próximas generaciones en tu disciplina o institución? ¿En cuál tipo te consideras o te gustaría que tus estudiantes te concibieran?

*Doctor en Ciencias Sociales. Profesor del departamento de sociología. Universidad de Guadalajara. rmoranq@gmail.com

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