Temacapulín: un pueblo que resiste

 en Miguel Ángel Pérez Reynoso

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

El pasado viernes 18 de este caluroso mes de marzo, asistimos a realizar una actividad de campo profesores y un grupo de alumnos de 2° semestre de la Licenciatura en Intervención Educativa (LIE) de la Unidad 141 de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) al poblado de Temacapulín, municipio de Cañadas de Obregón en la región de los Altos Jalisco. Temacapulín es un lugar amenazado por la construcción de la presa El Zapotillo, la cual amenaza con inundar el pueblo para reubicar a los pobladores a un lugar cercano, con su vaso se trata de llevar agua al municipio de León y algunas otras partes del estado de Guanajuato.
En Temacapulín fuimos recibidos por el padre Gabriel Espinoza y el dueño de la fonda “Mamá Tachita” Alfonso Íñiguez. Temacapulín es un pueblo pintoresco, un poco rulfiano, ya que pudimos ver pocas almas por las calles. Hablamos con el delegado municipal, el padre Gabriel y otros pocos personajes del poblado. En muchas casas de la comunidad se pueden ver carteles con el letrero: “Esta casa no se vende, no se alquila, no se traspasa. El agua es de todos”. Temacapulín es un pueblo que resiste ante las amenazas del gobierno federal a través de la CONAGUA y de otros organismos, gozan de un liderazgo con visión personificado en el padre Gabriel y han venido estudiando detenidamente todas las opciones para ganar la lucha. En un momento fueron bandera política en la campaña del actual gobernador Aristóteles Sandoval, pero ya se dieron cuenta de que todo ha sido un engaño, el gobierno promete demagógicamente lo que nunca cumple. Al propio gobernador ya le hicieron el reclamo de que no fue capaz de cumplir con las promesas que empeñó en campaña.
Si bien, en el poblado hay una familia por cada cinco casas que existen, la poca gente que habita Temacapulín tiene claro sus objetivos, hacer respetar la soberanía de un pueblo que en otro tiempo no estaba ni en el mapa.
Un papel importante lo juegan las mujeres de Temacapulín y las maestras de la escuela primaria, todas ellas también se suman a una causa común: la de hacer respetar un pueblo con historia y con una bella riqueza que la naturaleza les ha obsequiado.
Me pregunto entonces, cuál es el papel que le toca jugar a la educación en estas luchas. La educación sirve en muchas ocasiones paras resistir, para garantizar respeto, incluso de los organismos gubernamentales y para hacerse oír por una sociedad que no siempre es receptiva a este tipo de luchas.
Para la UPN en Jalisco es grato este tipo de experiencias ya que nos coloca de cara ante una realidad social compleja, en donde se pone en juego una disputa que en el fondo condensa distintas visiones sobre la realidad, sobre el cambio y sobre la gestión social.

*Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Guadalajara. [email protected]

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