Sindicato de maestros de el Estado de México, ¿tiempo para el cambio?
Marco Antonio González Villa*
Cuando uno se pone a revisar el origen y la historia de los sindicatos, tanto en el plano semántico como pragmático, encontramos dos elementos sumamente interesantes, obviamente entrelazados: es una palabra compuesta de origen griego cuyo significado sería “asociación de trabajadores que se juntan para hacer justicia” que se liga a su elemento histórico que nos muestra que surgen como una respuesta al capitalismo y su proclividad a instaurar la desigualdad social y de clases, buscando defender los intereses económicos de los trabajadores; de hecho, en una de sus acepciones más empleadas, al sindicato se le significa como protector. En México la historia de las movilizaciones de trabajadores y surgimiento de los sindicatos comienza a partir de la Independencia ligado al establecimiento del capitalismo precisamente.
En el caso del sector educativo, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, el famoso SNTE, surge en la década de los cuarenta del siglo pasado después de la realización de diferentes convenciones de maestros que generaron la conformación e integración de frentes, ligas, confederaciones y sindicatos; como todo sindicato, inicialmente buscó velar por los intereses comunes de los trabajadores de la educación que incluye, como señala la página de la CNDH, el mejoramiento de la calidad educativa.
Sin embargo, al crecer bajo la supervisión y aprobación del Partido de la Revolución Mexicana, que originó y se transformó posteriormente en el PRI, tenía implícitamente también la encomienda de apoyar a los intereses de dicho partido. El Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México, SMSEM, surgió en el año de 1952 con el objetivo supuesto de velar y luchar por los derechos laborales de los educadores, lamentablemente, poco a poco, como se puede comprobar siguiendo la trayectoria de sus dirigentes, se convirtió en una plataforma política para simpatizantes del PRI.
Hemos de reconocer que el SMSEM fue un sindicato poderoso, que tenía control sobre plazas para ingreso o promoción, así como también logró obtener incrementos significativos al sueldo y colaterales del magisterio. No obstante, hoy en día ha perdido todo tipo de fuerza e influencia: con el gobierno de Peña, del PRI, se creó el Servicio Profesional Docente lo que le quitó cualquier tipo de injerencia sobre plazas; las únicas plazas que pudo negociar respondían a compromisos políticos o personales y no al mérito, justicia o con objetivos claros de mejorar la calidad educativa. Al mismo tiempo su capacidad de negociación para sueldos y prestaciones quedó nulificada al homologar este punto con el sistema federal. Es importante señalar también que su papel en contra de la evaluación docente, que afectaba considerablemente al magisterio, fue de tibio a ausente, dejando a cada docente a la deriva y sin respaldo alguno; de igual manera, su papel como mediador en conflictos presentes entre miembros de la comunidad es sólo de presencia, pero no defiende o soluciona. Para colmo, perdió también su sentido democrático ya que en varias ocasiones ha habido planillas únicas para ocupar cargos que deberían ser, primero elegidos por la base magisterial, y segundo, representativos de nuestros intereses. Hoy con tristeza vemos que nuestros delegados sindicales no representan nuestra voz y sólo son gestores de obsequios y agendas.
Podemos decir que el SMSEM se encuentra totalmente alineado y alienado a los intereses del PRI y no de los trabajadores; aquí cabe hacer mención que históricamente el Estado de México había sido permanentemente PRIISTA hasta que este año cambiaron las cosas. Tenemos entonces la oportunidad de regresar a la instauración de un comité plural, democrático, que convoque a elecciones y cuyas propuestas y posturas reflejen protección y justicia para los trabajadores de la educación; habrá una planilla de base Priista, o de priistas camaleónicamente convertidos en Morenistas, que pretenderán seguir en el poder perpetuando las mismas prácticas, pero es tiempo de dar paso a otras vertientes que, aunque tengan una base política, realmente centren sus esfuerzos en generar condiciones para una vida y salario digno para los docentes. Escuchemos y analicemos nuevas propuestas, nuevos enfoques y, democráticamente, elijamos la opción que respalde genuinamente nuestros intereses. Es buen tiempo para cambiar, la inercia así lo dice, además ya es justo y necesario ¿no?
*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. [email protected]
Desde puesta en marcha de medidas de corte neoliberal en México, uno de los aspectos que naturalmente debía combatir se, era el sindicalismo. El tema es que en este país los sindicatos son tradicionalmente charros. Son menos representativos de sus bases y más serviles con los dirigentes (y de ellos hacía arriba). Es sumamente necesario transformar las estructuras de poder, no solo por la coyuntura política del Estado de México, sino por justicia social.
Al maestro del SMSEM en Edomex se le ha dejado en la total indefensión.
Gran narrativa , Las nuevas generaciones docentes hemos quedado desprotegidas laboralmente, jubilados han quedado en el olvido sindical, es necesario un cambio, una transformación que surja desde las bases magisteriales, desde docentes que conozcan y tengan verdadero compromiso con la base y no solo vean por intereses propios .
Unidos para este nuevo impulso y a seguir velando por los intereses de los maestros.
Siempre unidos
Tenemos que darle vida verdadera a nuestro sindicato, que sus nuevos integrantes velen de verdad por los intereses de la base magisterial y que se preocupen por todos aquellos maestros jubilados, para que su pensión les sea pagada como lo marca la ley, a los tres meses y no como en la actualidad que hasta después de dos años les vienen pagando.
De los trabajadores depende el que operen las estructuras tradicionales de poder vigentes. Con nuestro silencio, conformismo, miedo, inercia, permitimos la corrupción