Ser docente ¿buena opción para los jóvenes?

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

La respuesta obviamente puede ser dada desde varios lugares, por lo que intentaremos considerar diferentes factores, de mayor importancia, para responder. Sin embargo, confieso tener una preocupación.
La primera opción ante la pregunta sería sí, desde eso que llaman vocación profesional; buscando en internet algunas definiciones encontré que este tipo de vocación se define como la felicidad que se experimenta interiormente cuando se desempeña un trabajo que motiva, estimula e ilusiona. Me hizo recordar esa frase popular que reza “si trabajas en lo que te gusta, nunca tendrás que trabajar”, de lo que se infiere que se disfruta mucho, no se sufre ni se padece, laborar en un cargo social que uno deseaba, lo cual es cierto en alguna medida, pero no cuando las expectativas previas se contraponen a la realidad que se vive. Y aquí creo que ser docente, hoy en día, no tiene mucho que ofrecer si pensamos que el magisterio ha sido paulatinamente desvalorizado, se le han encomendado cada vez más responsabilidades, que no le corresponden social y psicológicamente, pero se deben cubrir las fallas del sistema, de igual manera, no se cuenta con un prestigio y reconocimiento social justo y sí hemos visto un incremento de violencia incluso física hacia su persona y su función.
Económicamente tampoco tiene mucho que ofrecer para un joven: los ingresos de un docente no se encuentran entre los más altos del sector profesional, así como tampoco corresponden al nivel de responsabilidad: algunas autoridades o políticos con menos responsabilidad por no estar al frente de infantes o adolescentes, perciben mucho más por un trabajo meramente administrativo. Hay también cada vez mayores opciones para percibir ingresos sin que ello implique un gran esfuerzo o que implique mantenerse íntegro o ser responsable de la vida y/o formación de alguien más, como generar contenidos para redes sociales, por ejemplo. Para colmo ya no se cuenta con un programa de jubilación para los y las docentes de recién ingreso a cada subsistema educativo. Por eso, es lógico, de forma regular aparecen videos que se viralizan de docentes que renuncian a su cargo por buscar mejores opciones: de vocación no alimento a mi familia, se decía en uno de esos videos.
Es por esto que tengo sentimientos ambivalentes ante este panorama: por un lado, me preocupa que jóvenes en proceso de decidir su futuro profesional consideren estas variables y ya no sea para ellos una opción estudiar en una Normal o adquirir formación pedagógica; pero por otro; resulta estimulante ver y saber que pese a estas adversidades y escenarios sigue habiendo una cantidad considerable de docentes frente al aula, de diferentes edades, incluyendo los jóvenes que hoy refiero. Es importante señalar, como varios lo hemos estipulado en otros momentos, que los principales problemas de la docencia no son por la labor realizada específicamente, sino que provienen de lo social, con el cambio en la conformación y organización de las familias, y de lo político, por la falta de valoración y justicia hacia una labor tan digna e importante.
Habrá que seguir estimulando y motivando a las nuevas generaciones para que vean en la docencia una opción y que la vocación sea un sostén para sí, para el beneficio de las generaciones que le sucedan; es necesario, sabemos, periódicamente rejuvenecer al magisterio, inyectarle vitalidad, así como seguir peleando por el reconocimiento de nuestra labor. Nada más no espantemos a maestros y maestras en ciernes, de verdad hacen y harán mucha falta ¿o no?

*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. [email protected]

Comentarios
  • SILVIA RUVALCABA

    Alguna vez alguien me preguntó:

    Trabajarías en un lugar que disfrutas y en donde haces lo que te apasiona aunque el sueldo no te alcance para tener una casa, tener y mantener un auto y vacacionar dos veces al año?

    O estarías en un trabajo en donde obtengas un salario que te alcance para lo anterior pero que tengas que hacer lo que no te gusta, que nadie te lo reconozca y que todos los dias estes pensando en la hora de salida.

    Afortunadamente nunca me vi en el dilema.

    Los profesores deben recibir un salario equivalente a su responsabilidad y funciones que son muchísimas.

    Y recibir el reconocimiento que se merecen.

  • Erika Griselda Ramos Mendoza

    Considero que la paradoja entre hacer lo que me gusta o hacer lo que me de estabilidad econommica, es una constante en la vida de cada individuo; sin embargo, realmente creo que la primera es una mejor opción. ¿o no?

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