Repensar a las adolescencias y a las juventudes de ahora
Miguel Ángel Pérez Reynoso*
En los últimos días y como parte del trabajo que realizamos un grupo de colegas, junto al que esto escribe, pude estar cercano a la presentación de una serie de trabajos y de reflexiones en torno a las problemáticas por las que atraviesan los jóvenes y adolescentes de nuestro entorno.
El sábado anterior se llevó a cabo el Coloquio para dar a conocer proyectos de investigación y de intervención por parte de un grupo de alumnos y alumnas de la Maestría en Educación Media Superior (MENS) en la Unidad Guadalajara de la UPN, programa académico que coordina la mtra. Ángeles Tabares.
Ahí los alumnos y alumnas dieron a conocer sus avances de sus trabajos, la mayoría de los 13 trabajos presentados están vinculado de cierta manera con la problemática de los adolescentes (violencia en el noviazgo, tutoría, aprendizaje del álgebra, violencia entre pares, aprendizaje del inglés, etcétera). De igual manera, en el seno de la Maestría en Educación Básica (programa que coordino en la misma institución), también hay una serie de trabajos en torno a las problemáticas de las y los adolescentes: desarrollo socio-emocional, demanda para la atención tutorial, dificultades en el trabajo de equipo y cooperativo, deserción o abandono de la escuela y, en general, todos los problemas vinculados al plano relacional (socialización, vínculos afectivos, relación con las figuras de autoridad, etcétera).
A lo que le hemos llamado las juventudes y las adolescencias, es a una serie de fenómenos (algunos de ellos inéditos) los cuales están vinculados con el desarrollo social, afectivo, familiar y escolar de las y los adolescentes y de las y los jóvenes en nuestro entorno local.
Los nuevos formatos en el desarrollo de los sujetos, junto a los vertiginosos avances tecnológicos, han generado un punto de encuentro en donde los sujetos pertenecientes a los grupos etarios (antes mencionados), manifiestan hoy en día nuevas expresiones sociales que se concretizan al interior de los espacios escolares y que distan mucho de ser parecidos a los que los educadores a su cargo vivieron.
Se requiere con urgencia definir con cierto nivel de claridad ¿cuál es el estado que guardan las problemáticas socioemocionales de las juventudes, las adolescencias y de igual manera hasta dónde el diseño de propuestas de acción proyectos de investigación y atención educativa está contribuyendo a conocer la dimensión de dicha problemática y dar algunas salidas (sobre todo en el plano preventivo y educacional) a las mismas?
Un problema más que podríamos definir como un problema aparte es el incremento en la tasa de violencia o de cualquier tipo de formas de violencia como estratagema básica a la que se recurre para resolver conflictos, cumplir con los fines que se pretende o vincularse con los otros (quiénes son los otros cuando la mayor parte del tiempo se pasa ante un procesador en la mano).
Estas nuevas formas de vida exigen que desde la educación seamos capaces de diseñar nuevas formas de atención y acompañamiento pedagógico.
Concluyo que en los espacios de formación del posgrado existe una constante queja en torno a las dificultades detectadas para atender educativamente a las y los jóvenes a las y los adolescentes en el momento actual. Acerca de estas problemáticas y sus tendencias, qué le quieren decir a la gente que se dedica (en serio) a investigar y a generar conocimientos nuevos.
*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. [email protected]