Redes sociales y lo educativo: ¿toda opinión es válida?

 en Marco Antonio González

Marco Antonio González Villa*

Estamos viviendo un tiempo en el que las redes sociales se han convertido en un espacio que se ha empleado tanto como referente, así como espacio de expresión de cualquier tema posible, lo cual no necesariamente representa algo bueno o positivo.
En el campo de la educación podemos identificar a diferentes personas cuyo contenido creado es un material que vale la pena, por las posibilidades prácticas y marcos de explicación que ofrece, pero otros solamente se dedican a ofrecer opiniones personales que, por desgracia, en muchas ocasiones aportan poco y sólo promueven desinformación, tergiversación y/o discusiones estériles, pero cuentan con la aprobación, validación, el “like” de muchas personas. No damos aquí nombres para no exhibir o cuestionar directamente a nadie.
Sobre estas arenas, me parece importante recuperar una idea brillante del filósofo español José Antonio Marina, cuyo video pueden encontrar por cierto en redes sociales, en el que hace la siguiente pregunta ¿son válidas todas las opiniones? Y su respuesta es clara: NO. El argumento sobre el que basa su respuesta es la siguiente: todos tenemos derecho a dar nuestra opinión, es un derecho, pero no todas las opiniones son respetables. La validez de una opinión dependerá, precisamente, siempre del argumento que lo respalde.
Es por eso que no todo lo que escuchamos de personas, o personajes, en redes sociales en torno al vasto campo de lo educativo es válido, pertinente, coherente o acertado. Algunos hablan desde la propia experiencia, la cual pudo ser desafortunada, no suficiente, sobrevalorada o escasa y eso predispone su opinión, pero no brindan un sustento sólido a nivel teórico o con base a datos derivados de investigaciones; otros hablan desde lecturas limitadas o recortadas de algunos autores o bien se basan en lo que otras personas dicen de dichos autores, pero sin hacer una revisión o análisis profundo de textos y teorías, por lo que sus críticas o sus formas de citarlos es sumamente limitada y carente de sustento; otros solamente vierten cuestionamientos, frustración o rencor, que se traduce en ofensas y agresiones hacia estudiantes, docentes o instituciones, que develan una significación negativa o desprecio por la escuela y la educación.
Finalmente, es necesario recordar que, desde el punto de vista de la Lógica, he aquí mi sustento, cuando no existe una argumentación, expresión del raciocinio que representa el nivel más alto de las operaciones mentales, toda opinión termina siendo solamente un juicio, de carácter personal cuya proposición puede coincidir con los juicios de otros, pero eso no lo hace verdadero, así como tampoco racional si no se acompaña, como he referido, de un argumento. Sé que lo escrito en este texto es mi opinión, pero he intentado dar un sustento; sólo espero haberlo logrado.

*Doctor en Educación. Profesor de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala. antonio.gonzalez@ired.unam.mx

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