¿Quién forma a los formadores?

 en Carlos García

Carlos M. García González*

Inicio con esta retórica pregunta en el contexto de la tragedia o debacle de lo que queda de los posgrados en Jalisco. Y digo de “lo que queda”, porque no queda mucho. En esta situación no hay inocentes y sí muchos culpables por acción (de arriba hacia abajo) y de muchos más por omisión (de abajo hacia arriba), también una que otra mula ahorcada de seises (si no saben jugar dominó, lo siento), por comisión. Varios fantasmas, ocurrencias y fantasías circulan por los pasillos y cubículos de los establecimientos que cobijan lo que queda de estos programas. Ya no les puedo llamar instituciones porque desde hace cinco o diez años abandonaron la acción de instituir; es decir, de pensar y actuar ideas funcionales ante situaciones nuevas y resolver sus demandas. Se dedicaron a repetir el mismo baile, la misma canción, el mismo programa, hasta los mismos chistes en clase. Cuando en el decimoquinto aniversario del ISIDM, el cuarteto de música llevado para amenizar el convivio, ejecutaba sus partituras, la imagen que me evocó fue clara: la escena del hundimiento del Titanic. Y algunos despistados creen que flotar en una tabla mientras esperan su jubilación es vivir. De las instituciones que alguna vez fueron, por ausencia de dirección, miopía de horizonte, pereza intelectual, o autocomplacencia… convirtieron al posgrado jalisciense en un negocio de viudas. Ese negocio consiste en comprar casas para vivir de las rentas… mientras no se invierte en mantenimiento, la propiedad se devalúa y al final, como los posgrados, deben ser demolidos. Hasta el programa del doctorado es una idea e iniciativa que no fue instituida sino malamente copiada, por mozos de hacienda que ni reconocen ni agradecen las ideas que no son propias.
Como los que no saben, hablan y los que sí saben, no hablan; es permisible especular un poco. La verdad es que no es dable imaginar el conciliábulo de sabios de la tribu o expertos en la formación, convocados en reuniones ni siquiera clandestinas para rediseñar al posgrado. Si lo supieran hacer, si existiera el proyecto, ya lo debían ejecutar antes que dejar morir al posgrado. Su indecisión sale muy cara. Tampoco se anticipan iniciativas de los encomenderos que colaboraron desde el despacho de la dirección a dirigir su propia desaparición. No existe la capacidad intelectual, los arrestos o el valor para presentar una iniciativa ya no de supervivencia sino de futuro. Las lanchas del Titanic no alcanzaron para todos.
Muchas son las aportaciones que pudo haber proporcionado el posgrado. Pero a nadie le interesó que los mejores estudiantes de las diversas generaciones se integraran con su nueva visión y sensibilidad a reformular al posgrado. No sabían que estábamos flotando en las tablas del féretro producto no de la maldad de funcionarios y directivos del sector sino de haber nosotros abandonado el valioso acto de instituir. Tanto año de marqués y no saber mover el abanico, tanto años de decirles a los estudiantes que había que cambiar… siempre y cuando la lección fuera “haz lo que yo digo, no lo que yo hago” porque en el fondo da pánico y flojera cambiar. La debacle y ausencia de futuro es culpa de los formadores que nunca se cansaron de repetir las fórmulas, autores, mecanismos y mañas para vivir del trabajo ajeno. Flotar en la zona de confort, esperando que se cumpla el plazo para jubilarse es dejar morir a las instituciones de las que muchos vivimos y bien durante muchos años y morir con ellas. Ni siquiera por agradecimiento a dones que éstas nos otorgaron, sin nosotros realmente merecerlos. Conozco perros de rancho más agradecidos.
No desesperéis, ya alguien ha pensado qué hacer con los establecimientos. Hay de dos sopas: la primera a la mexicana que dicta lo siguiente: júntense, péguense y algo nuevo surgirá; seguramente un engendro de abajo hacia arriba. La segunda sopa es apegarse a los dictados de la OCDE, aclimatarlos a nuestra realidad y gestar un injerto de arriba hacia abajo. Sin embargo, como este país no es serio, el nuevo sexenio y sus nuevos gobernantes, con sus nuevos colores decidirán si la debacle se detiene, o se contiene. Pero sabemos el refrán jalisciense “Jalisco nunca pierde, y cuando pierde, arrebata”. El 2018 nos veremos en las urnas.

*Profesor-investigador del Centro Universitario de Los Lagos de la UdeG. carlosmmanuel@gmail.com

Comentarios
  • Rene Miguel Garcia Godinez

    El análisis es muy certero y atinado, sobre todo si proviene de un profesor- investigador y más aún Doctor, pero voy a realizar algunas precisiones epistemológicas, con la lógica de la mayéutica, de los antiguos griegos cuna de la civilización occidental. Corría el año de 1994, para ese entonces tendría 11 años de servicio y contaba con 35 años de edad, y el doctor Carlos con 45 años, en la línea del tiempo de la secretaria de educación pública, en educación básica, se había iniciado la desconcentración administrativa, en la presidencia se encontraba Carlos Salinas de Gortari, y el cambio en planes y programas de estudio, y sobre todo el inicio de carrera magisterial, era el boom de la educación.
    Jalisco no quedaba a la zaga de ese movimiento educativo, contaba con los primeros programas en Posgrado apenas nacían o tendría cuando mucho unos tres a cuatro años de existencia, se encontraba el CIPSS (Centro de estudios de posgrado) nacía el programa de la MEIPE (maestría en intervención en la práctica educativa), y el ISIDEM (Instituto Superior de Investigación y Docencia para el Magisterio, en aquel entonces se ubicaba en la Instalaciones de la Normal de Jalisco, donde se le dio un espacio, ya que venía de tener sus instalaciones en la Normal de Especialidades.
    Pero a que viene esta retorica absurda , como Diría el Doctor Carlos Garcia, que escribe desde fuera cuando él fue uno de los pioneros de ISIDEM, y sobre todo un intelectual en plena madurez al igual que física, el me hizo reflexionar la siguiente frase, el doctorado no quita lo tarado, aunque en ese entonces, yo apenas iba por la maestría, me toco conocerlo en 1994, junto con otro grupo de intelectuales que a la fecha siguen laborando en la Institución, de facto se le puede llamar, un docente proveniente de la Ciudad de México, egresado del CINESTAV, y con un amplio currículo, capaz de impactar a cualquiera de la provincia, al menos a mí me dejo impresionado, como un niño que ve por primera vez el mar, o viaja en avión. Tener la experiencia de ser guiado por un Doctor, un intelectual.
    Aprendí a reflexionar sobre el ser de la educación, y más aún como un objeto de estudio el cual puede ser estudiado desde múltiples aristas, a través de un prisma ya que cada quien le puede dar la interpretación que más le convenga, dando un sesgo de poder, en la retórica de la política y del lado del escritorio que te encuentres.
    Hoy Doctor Carlos te hayas del otro lado, la analogía que usas con el titatinic es magnífica, digna de un intelectual como tú, pero se te olvida que tu formaste parte de la tripulación, estuviste al lado de los directores, formaste o deformaste a muchos de los que hoy son los dirigentes sindicales o más aun que llevan la riendas de la educación, nombres, no voy a mencionar, pero los conoces bien, pasaron por la aulas que ocupaste. EL titanic se hundió y tu junto con él, bueno, creo que tu no, ya que escribes hoy desde fuera, olvidas la memoria histórica de la que tanta alusión realizaste desde tu pulpito del templo del saber.
    Una oración que no olvido, y me dejaste grabada, para que veas que tuviste incidencia en mí, la congruencia entre lo que se piensa, se dice y se actúa, donde quedo, tu huella indeleble, se la llevaría el agua, al hundirse el titanic, se llevó tus sueños.
    La marquesa se abanica, será por calor o por ardor, o por las dos, Carlos tal vez fui un pésimo alumno tuyo, no llegue a tu nivel intelectual, ni llegare, pero la analogía del perro de rancho me agrada, pero agregaría otro de perro más, perro que ladra no muerde, no se si yo sea el dueño del perro, o aun otro más, al perro más flaco se la pegan las pulgas.
    Por cierto, la jubilación en el plano de la burocracia, ya lo decía Lenin, o bueno Trump, para no ser socialista o la supremacía blanca, mejor vamos con la Madre Teresa de Calcuta, hay que dar hasta que duela, o tal vez pasar por Nelson Mandela o mejor aún, quedémonos en el movimiento Callista creador de las instituciones, y de los movimientos sindicalistas. Para que tanta vuelta, tú también tendrás ese beneficio cuando te jubiles y vivamos del erario de acuerdo a la esperanza de vida del INEGI, y seamos una estadística más, al menos eso aprendí y mal, cuando fui tu pupilo.
    Por último, jalisco nunca pierde, de acuerdo a tu imaginario o mi imaginario, depende te encuentres, si en la física cuántica estarás en dos lados a la vez, o en la teoría del juego nadie gana ni nadie pierde el resultado siempre será el mismo, esto es cero, para ambas partes.
    Gracias Dr. Carlos Garcia, su mayéutica es interesante, y me dio un espacio de reflexión y recordar aquellos tiempos idos que nunca volverán, tal vez nos encontremos algún día en un mundo paralelo como la teoría de la cuerdas. Y tal vez allí tu incidencia sea certera, y tu estés del otro lado, y aceptes que fuimos corresponsables estuvimos en los dos lados y el perro nos mordió a los dos, que estés bien y hasta la próxima. Donde quiera que sea. Y en la realidad que sea.
    Atentamente Rene Miguel Garcia Godinez

  • MANOLO

    ya no consuma de esos jugos regionales René… la verdad fueron muchos estudiantes con los que trabajé en ISIDM y no recuerdo los nombres, de los rostros sí.

  • Miguel Ángel Pérez Reynoso

    Es interesante el debate que se aviva en torno al posgrado, y algunas cosas más ligadas con los perros de rancho, el conocimiento popular y otras linduras. Le entro al quite a este debate aunque, -como decía Atahualpa Yupanqui- no haya sido invitado.
    Yo también soy egresado del ISIDM, Inicié en la primera generación y terminé en la quinta, por asuntos que no vienen al caso referir. Tuve la buena surte de disfrutar el amplio horizonte (intelectual y teórico) del ahora Dr. Carlos Garcia. A ti Rene Miguel no te conozco, pero respeto tu atrevimiento de entrarle a este debate. Me parece en lo implicito de tu discurso, que estás ligado a la oficialidad, al sindicato tal vez (nada de ello me consta), y hoy con el cambio en las coyunturas pretendes hacer un “ajuste de cuentas” con el Dr. Carlos, de lo que él tal vez hizo contigo en las aulas del ISIDM, años atrás.

    Desde hace 27 años estoy ligado a la UPN primero como profesor de medio tiempo y hoy de tiempo completo, he transitado por las tres unidades metropolitanas (Tlaq. Zap. y hoy GDL), ahí me doctoré y ahí he trabajado en algunos programas de posgrado. Por otro lado el Dr. Carlos nos da pistas interesantes de este “hundimiento”, “debacle”. o Crónica de una muerte anunciada del posgrado en Jalisco. A mi me interesa lo que está por venir, si es que viene algo.

    Considero que el debate en torno al posgrado en Jalisco merece algo mas que los buenos dichos estelares de la jerga popular, merece pensar en escenarios posibles y deseables, merece que se discuta en los diversos círculos (en los arriba y en los de abajo), cuál es el compromiso intelectual, académico, ético y formal que se tienen con el posgrado con las instituciones y con los sujetos interesados.

    Ojalá que el editor de este portal anime un espacio en torno a este controversial tema. Y que siga el ajuste de cuentas de lo que pasó antaño y que después de ello vengan las propuestas de lo que es posible pensar y hacer.

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