¿Qué le espera a la educación pública en México en el próximo gobierno sexenal?

Miguel Ángel Pérez Reynoso*

Lo peor que le puede pasar a un gobierno que se presume de democrático es caer en el autoritarismo, en la intolerancia y en el abuso de su posición de poder. Lo anterior es un peligro de lo que pudiera pasarle al gobierno de Claudia Sheinbaum cuando menos en lo que concierne a la educación.
Con respecto al anuncio que hizo la presidenta electa con respecto a la persona que nombró como titular de la SEP, Mario Delgado Carrillo, y que sirvió para hacer pública una serie de críticas y señalamientos en contra de dicho nombramiento.
La presidenta electa ha asumido la postura salinista de “ni los veo, ni los escucho” y esto es grave en sí mismo. La educación es el espacio con un mayor rango de incertidumbre en el futuro inmediato de este país, no se tiene claro si se continuará con el proyecto de la NEM o si se corregirá el rumbo.
Además, llega a la titularidad de la SEP un personaje que sabe muy poco de educación, pero sí, mucho de negociación política, esto da cuenta que cuando menos la primera parte del sexenio, la racionalidad gubernamental estará colocada en los cierres, los ajustes y las negociaciones políticas. Desde la SEP se educará a partir de hacer acuerdos y negociaciones, con el SNTE, con la CNTE y con el colegio de gobernadores del país. La parte educativa parece que les importa muy poco y quedará supeditada a los acuerdos políticos.
Una vez más, lo que priva en educación es la incertidumbre y una serie de preguntas que no tienen respuestas ni claras, ni convincentes. El gobierno de López Obrador que está por concluir su mandato, se encargó de atender prioritariamente la agenda política, no sólo pudo neutralizar a los grupos conservadores, de tal manera, que en las pasadas elecciones del 2 de junio del presente año, se ratifica su triunfo y habrá continuidad a su proyecto. Con esta ratificación del mandato, se esperaba una mejor atención en el abordaje de los asuntos educativos, parece que hay una insistencia de continuar con la misma tesitura, crecer políticamente y ganarles la batalla a los adversarios políticos, ahora enquistados en el poder judicial. Educación sigue esperando que se rescate y se reivindique como un área prioritaria para el desarrollo del país.
La agenda pública en educación tiene una larga lista de pendientes que van desde consolidar los cambios iniciados con la NEM, a partir de corregir y consolidar la reformulación curricular y los nuevos materiales de apoyo, incluyendo los libros de texto.
Mejorar la articulación entre los distintos niveles educativos para garantizar mejoras en la eficiencia terminal, y mejorar sustantivamente la atención al magisterio, al crear mejores condiciones para la profesionalización del gremio magisterial. Aquí, éste es el tema más delicado del sistema, el cual se asocia con la formación inicial y permanente con los cambios en las escuelas Normales y los acuerdos pendientes en la Universidad Pedagógica para legitimar el nuevo estatuto jurídico y que se le dé claridad al proyecto de la UPN a nivel nacional, y por último, tener una mayor claridad del tipo de mexicanas y mexicanos a los que se aspira formar a partir de la atención educativa desde los distintos espacios de la escuela pública.
Me parece que existe un deseo legítimo y colectivo por conocer cuál será la línea y el camino sobre el que transitará nuestro país en el terreno educativo a partir de los próximos meses de un nuevo gobierno.

*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. safimel04@gmail.com