Presencias

 In Rodolfo Morán Quiroz

Luis Rodolfo Morán Quiroz*

Puede ser que la cantidad de estudiantes inscritos en determinado curso no coincida con la cantidad de estudiantes presentes en el aula. Aun cuando es posible que haya más estudiantes que nombres en la lista, suele ser más probable que el número sea menor y que los estudiantes inscritos no se hagan presentes en todas las sesiones. Hay casos en que estudiantes inscritos jamás se apersonan en el aula.
Hace algunos semestres, durante la pandemia de Covid-19, se puso de moda la distinción entre sesiones virtuales y presenciales. Temíamos asistir a auditorios, aulas y otros escenarios en que eran posibles los contagios entre los asistentes. La opción fue recurrir a tecnologías con las que muchos de nosotros estábamos poco familiarizados o contra las que teníamos algunas resistencias. En realidad, las sesiones virtuales no garantizaban las presencias de los estudiantes o de los docentes al otro lado de las pantallas. Las tecnologías nos permitieron, incluso, programar sesiones que podrían revisarse ya grabadas. Por ejemplo, asignar a los estudiantes algún documental, conferencia o sesión de horas o días previos y confiar en que cada uno de los participantes tendría la disciplina para atender las sesiones completas.
Aun cuando no hay garantía de que cuando estamos en el aula prestemos atención a lo que se expone y discute, las sesiones virtuales nos han permitido, a muchos de nosotros, recurrir a otras tareas simultáneas. Las que no siempre permiten que estemos con los cinco sentidos en la sesión del curso. De tal modo, muchos estudiantes y docentes hemos expresado nuestras reservas y nuestras esperanzas respecto a las posibilidades. ¿Hay que estar en el aula durante las sesiones? Eso implica tiempo y preparativos para el traslado. ¿Es posible “asistir” (aunque sea con intensidad y atención limitadas) y hacer presencia por intermedio de una imagen en las pantallas ajenas? Eso implica la posibilidad de realizar otras tareas en vez de trasladarse, pero también otras actividades simultáneamente con la sesión.
Desafortunadamente, aun cuando estemos en el mismo espacio que nuestros interlocutores, no podemos garantizar que la cercanía signifique aprendizaje; ni siquiera que quienes están en la misma aula o auditorio atiendan al tema de la sesión, la conferencia, el debate o la discusión. La presencia, sea virtual o en persona, en los intercambios, no equivale a que cada aprendiz o cada docente participe plenamente en lo que sucede en un tiempo dedicado a determinados temas. Por fortuna, suele haber otras oportunidades para tomar el mismo curso o para acceder a lo tratado en determinadas sesiones; aunque tener conciencia de esas posibilidades a veces nos ha hecho postergar determinados cursos o temas o divagar durante las sesiones, pues ya habrá otra posibilidad de reunirse.
Hay presencias que sólo notamos en algunas sesiones. Mientras que las ausencias de algunos estudiantes que participan poco en las exposiciones, recapitulaciones y discusiones suelen pasar inadvertidas. Solemos concentrarnos en quienes están presentes y no siempre notamos la ausencia de algunas alumnas o algunos alumnos, a menos que suelan asistir y participar activamente. Por otra parte, las ausencias de los docentes suelen ser más notables, pues hay controles diarios de nuestras asistencias, aunque entre los grupos de estudiantes existen algunos que compensan (a veces con creces) las ausencias de los docentes y desarrollan mejores sesiones en sus esfuerzos de autogestión del aprendizaje, con trabajo en equipo y con actividades que abarcan espacios más allá de las aulas en un determinado plantel.
“Nos pasó de noche”, o “soñamos despiertos”, o simplemente olvidamos o reconocemos no haber puesto atención a la sesión sino a nuestros problemas y proyectos. O reconocemos nuestra ausencia en determinadas sesiones en que se trataron determinados temas o se practicaron determinadas habilidades. No obstante, la presencia suele aumentar la probabilidad de que nos enteremos de quiénes son interlocutores potenciales para consultarlos acerca de lo que sucede en determinados cursos y sesiones, de los materiales a conseguir y de las actividades y capacidades para las que nos preparan esos cursos. En todo momento habría que procurar enterarse de si quienes están “presentes” en una sesión están realmente “atentos” y buscar que señalen qué fue lo relevante para ellos. Sea en sesiones virtuales o (supuestamente) presenciales.

*Doctor en Ciencias Sociales. Profesor del Departamento de Sociología de la Universidad de Guadalajara. rmoranq@gmail.com

Comments
  • Dra. Alicia Elortegui Castell

    En el futuro todo va a cambiar, lo presencial va a disminuir y los docentes y alumno tenemos que aprender tegnologia y herramientas nuevas de trabajo.
    Excelente artículo Dr. Moran.

Start typing and press Enter to search