Práctica educativa: reforzar, retener

 en Rubén Zatarain

Rubén Zatarain Mendoza*

Desde el lunes de esta semana retornaron a clases los más de 30 millones de educandos inscritos en las escuelas primarias, secundarias y en los jardines de niños del país.
Retorno a clases de nueva cuenta de manera virtual y con la propuesta de otra generación de recursos audiovisuales denominados oficialmente “Aprende en casa III”.
Mientras el aprendizaje real flota ingravido para un mayoritario porcentaje de educandos, mientras se dan a conocer sus contenidos, en el fracturado cimiento de la NEM, se proponen dos semanas para actividades de reforzamiento.
Previo a esto los docentes y directivos tuvieron su encuentro sin capacitación sistemática. Los directivos –en lo general por vía virtual Zoom y Meet– organizaron y desarrollaron sus Consejos Técnicos Escolares (7 y 8 de enero).
Está por verse el Consejo Técnico y la academia ideal, en el cual de manera dialógica se profesionalicen los profesores, se evidencie el liderazgo académico de los directivos y se den respuestas contextuales al tema de las dificultades de aprendizaje de grupos escolares y sujetos.
El Consejo Técnico, para analizar con tiempo suficiente los problemas de aprendizaje de los educandos en las condiciones ahora de virtualidad y de distanciamiento didáctico, también está por verse.
En las miles de escuelas de educación básica en el país hay un segundo trimestre en marcha, ¿qué contenidos se pretenden reforzar?, ¿y la gradualidad, integración, secuencia, intereses y necesidades del alumno?
Hay un proceso de trabajo en condiciones de educación a distancia que anuncia de nueva cuenta limitaciones en procesos y resultados de aprendizaje.
Los profesionales del sector educativo tenemos que reinventarnos y estar a la altura de las circunstancias.
No puede ser de otra manera. El aprendizaje, aunque algunos bien intencionados lo crean, no se da por generación conductista espontánea, no se da por repetición catequistica, por activación de un botón de encendido o por iluminación colorida y estética en redes y televisión.
No puede ser de otra manera, el activo social educador en las familias tiene sus limitaciones culturales, educativas, tiene sus múltiples condicionamientos económicos y materiales.
Según refieren los datos del Consejo Nacional de la Evaluación de la Política del Desarrollo Social, apenas el 21.9 por ciento de la población tiene sana distancia de la pobreza y la vulnerabilidad social. Por tanto, casi 8 de cada diez alumnos que provienen de las familias dónde hace falta todo, incluso “conectividad” y “recepción de señal”, se encuentran muy vulnerables.
El sistema educativo nacional está en una encrucijada y los saberes objeto de contenido escolar están en crisis.
Hay padres de familia cuyo sentir es que los estudiantes no aprenden en esta condición ayuna de contacto y apoyo del profesor.
Hay padres de familia que no pueden con las demandas de acompañamiento de sus hijos en distinto estadio de desarrollo y con distintas demandas de conocimiento.
La transición en el mando de la SEP está en marcha. El nuevo ciclo de gestión de la maestra Delfina Gómez está en impasse.
Con el levantamiento de nueva cuenta del botón rojo y el regreso a la normalidad de muchas de las actividades económicas como contexto, se reactiva el sistema educativo estatal en Jalisco, se reorganiza, para tomar decisiones de retorno a escuelas, según establezcan la mesa económica y de salud de la entidad y la propia autoridad de salud en el país. Las fechas tentativas están plantadas desde fines del año anterior. Se hablaba entonces del 25 de enero como posibilidad.
Los datos críticos del Covid-19 en Jalisco tienen la última palabra.
Mientras, a manera de gamificación pedagógica se ha puesto en manos de los colectivos unas fichas de CTE para tercera y cuarta sesión que no terminan de reformarse y mejorar a pesar de que la mejora continua es el concepto estelar en este ciclo escolar 2020-2021.
Guías, ficheros, que exhiben pobreza formativa, improvisación, importación de ideas de evidente inoperancia, mal ensambladas, de escaso nivel operativo.
El diseño universal de aprendizaje y los tambores de equidad suenan y retumban en el universo aldeano de cada hogar tipo sin el mínimo necesario; y la autonomía responsable, estratagema retórica de los eternos iniciados al mando oculta en una cortina de humo la autonomía de gestión que libera a los tomadores de decisiones, para que alimenten cómodamente sus ambiciones políticas.
Heteronomia irresponsable de un sistema educativo que ha minimizado la formación de docentes y directivos y que delega sin planificación; que se sostiene en los cansados hombros de una estructura dando vueltas circulares en la diagnosis de problemas que hay que resolver con las propias fuerzas y voluntades de los equipos y de los planes de trabajo individuales que ahora innovan con reforzamientos neoconductistas miopes.
Los docentes sin más apoyo que las erráticas guías inician actividades en el nuevo año.
Las instituciones formadoras y profesionalizantes de docentes están detenidas y sus propuestas pedagógicas se echan de menos. A su problemática acumulada en el tiempo, se suma ahora esta coyuntura que desvela realidades e incapacidad institucional para reaccionar a la altura de las expectativas, aún para los gestores con debilidad visual.
Las universidades de ambos sostenimientos se han tardado en reaccionar también.
No bastan lonas de Quédate en casa y de guarda la sana distancia.
No son instituciones de salud, son instituciones formativas; formadoras de los cuadros profesionales necesarios para el desarrollo del país y la atención del estratégico proyecto educativo nacional. ¿Cuáles formas de enseñanza métodos estrategias habrá que reinventar? ¿Cómo se hará dirección y supervisión para moderar tentaciones autoritarias y dictatoriales en las cátedras virtuales de educación media y educación superior?
Ángel Díaz Barriga, en un planteamiento publicado en la revista Educación Futura el pasado 6 de enero de 2021, afirma que a pesar de la autoevaluación favorable de la SEP de la estrategia Aprende en Casa II, hay un proyecto educativo en este sexenio que no acaba de construirse en lo fundamental, recomienda abandonar el centralismo curricular, el centralismo de la gestión de la educación, renunciar a la homogeneidad.
Hugo Covarrubias Cardiel (La Jornada, 9/01/21), Director del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación de la UNAM afirma que “La educación nacional no enfrenta un buen pronóstico para 2021. Ni los problemas estructurales de la educación, ni sus asuntos coyunturales muestran señales consistentes de mejora”.
Hay voces que afirman que la pandemia agudiza la problemática del sistema educativo nacional.
Ojalá que también los intelectuales de la universidad sean voces propositivas para accionar a ras de suelo con las comunidades de cada escuela, para atender problemáticas como la deserción incremental o el ausentismo y la incomunicación de un sector de alumnos.
Los colectivos docentes y directivos, los tomadores de decisiones tienen control sobre algunas variables internas de la calidad, sobre otras –de carácter externo– estamos en posición baja.
Loable la resistencia para sostener el servicio educativo de educadores y familias, loables las mil formas cómo intentan aprender y gobernar emociones los niños, niñas y adolescentes.
El semáforo verde indicará la luz para avanzar hacia la normalización de la vida en las escuelas, estados como Chiapas y Campeche pueden ser indicadores del camino.
Hay expectativa alta del personal en torno a la vacunación contra el Covid-19, los colectivos de docentes y alumnos, prestos a reforzar saberes esenciales y a mantenerse en contacto con la escuela, a partir de esta semana están atentos a la información oficial sobre las condiciones para el retorno a la normalidad de clases en las aulas.

*Doctor en educación. Profesor normalista de educación básica. zatarainr@hotmail.com

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